Opinión - Bloomberg

Los inversores de Nvidia deben recordar que el hardware es algo difícil

Fotógrafo: Dhiraj Singh/Bloomberg
Por Dave Lee
29 de agosto, 2024 | 11:03 AM
Tiempo de lectura: 4 minutos

Existe un adagio en Silicon Valley: el hardware es difícil. Y es caro. Y toma mucho tiempo.

Eso ocurre incluso cuando eres una compañía que lo hace muy bien, como Nvidia Corp (NVDA), que ha alcanzado un valor de mercado de US$3 billones debido a su excepcional habilidad para afrontar el reto de hardware más complejo del momento: fabricar chips de vanguardia para la IA.

Que yo sepa, Wall Street no tiene ese refrán. O ningún otro, de hecho, cuando se trata de transformar el mundo a través de la tecnología, salvo quizás el siguiente: el crecimiento es bueno, y es mejor que los cerebros de Occidente se las ingenien para que los “buenos tiempos” continúen y vengan rápido.

Por eso, cuando Nvidia confirmó este miércoles algunos rumores de que su nuevo chip Blackwell se había enfrentado a ciertos problemas de producción, los operadores han reaccionado de forma negativa, provocando una caída de sus acciones de hasta el 8,4% al cierre de la sesión.

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Además, la compañía se vio afectada por un crecimiento interanual de los ingresos del 122%, al parecer no lo suficiente, y por unas previsiones que, si bien superaban las estimaciones, tampoco resultaban lo bastante buenas.

Francamente, es como si el CEO Jensen Huang, ni siquiera lo intentara.

Se ha convertido en una tontería. Analistas de Bloomberg Intelligence no se equivocan al decir que Nvidia se está enfrentando a “expectativas altísimas e insostenibles”.

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Lo del retraso de Blackwell es un contratiempo transitorio, y los márgenes generales de la compañía son todavía enormes, como consecuencia de la vertiginosa demanda que se mantendrá durante muchos meses.

Las compañías de tecnología continúan solicitando los chips de Nvidia como los clientes del Black Friday en busca de un nuevo televisor. El retraso de Blackwell no es un problema. “Comprarán todo lo que Nvidia venda”, asegura Gil Luria, de D.A. Davidson.

Como Huang les dijo a los inversores y luego habló extensamente sobre ello en una entrevista exclusiva con Ed Ludlow de Bloomberg, tiene pedidos anticipados de Blackwell a mansalva. El problema de producción, ahora resuelto, era un problema con el proceso de fabricación más que con el chip en sí.

Esa es una distinción significativa: no se trató de un contratiempo que se produce cuando se vuelve a empezar de cero. Los problemas ocurren, especialmente cuando una empresa ha acelerado repentinamente su cronograma de producción, como lo ha hecho Nvidia, prometiendo ahora actualizar su hardware estrella al menos una vez al año.

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Los envíos se intensificarán a fines del cuarto trimestre de Nvidia (de noviembre a enero) y en el próximo. “Vamos a tener un gran próximo año también”, dijo Huang, y no lo dudaría.

Ahora bien, si los inversores quieren algo de lo que realmente valga la pena preocuparse, deberían mirar más allá. Deberían preguntarse qué sucederá cuando los principales clientes de Nvidia, grandes empresas de gran escala como Amazon.com Inc. (AMZN), Google de Alphabet Inc.(GOOGL) y unos cuantos más, puedan satisfacer mejor una mayor parte de sus propias necesidades de hardware con sus propios componentes en lugar de con los de Nvidia.

Huang dijo que estas empresas representan ahora el 45% de la base de clientes de Nvidia. Esa es una vulnerabilidad, se mire como se mire.

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Los accionistas también podrían querer cuestionar el problema más existencial de qué podría suceder si los retornos de inversión siguen eludiendo las principales iniciativas de IA.

Mark Zuckerberg admitió que Meta Platforms Inc. (META) estaba cometiendo un error al invertir demasiado en lo que respecta a los gastos relacionados con la inteligencia artificial.

Existe un escenario en el que esta y otras empresas hiperescaladoras, cargadas con mucha más capacidad de servidor de la que necesitan, de repente encuentran pocas razones para hacer negocios con Nvidia. (Me recuerda un poco a Amazon durante la pandemia, comprando desesperadamente cualquier espacio de almacén que pudiera conseguir. La exuberancia excesiva le costó el trabajo al ejecutivo a cargo y llevó a la empresa a cerrar plantas y cancelar proyectos de construcción a diestra y siniestra).

Cuando los analistas le preguntaron sobre el nerviosismo en torno al retorno de la inversión en la conferencia telefónica de resultados del miércoles, Huang no dijo mucho. Pero seamos realistas, estos no son problemas de 2024. Probablemente tampoco sean realmente problemas de 2025.

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Incluso si la IA y su potencial han sido exagerados drásticamente, es probable que se necesiten muchos más miles de millones de dólares gastados en chips de Nvidia antes de que lo descubramos. Hasta entonces, los inversores no deben reaccionar exageradamente a los inevitables baches en el camino.

El hardware es difícil, aunque supongo que mantener contento a Wall Street podría ser aún más difícil.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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