Bloomberg — Horas después de que 100 aviones de combate israelíes se abalanzaran sobre el sur del Líbano, derribando miles de lanzamisiles de Hezbolá en lo que se calificó de ataque preventivo, Medio Oriente se preparaba para una conflagración ampliada que podría implicar a Irán y a sus milicias aliadas.
Las tensiones disminuyeron este lunes, pero siguen siendo elevadas y el riesgo de una guerra en toda la región sigue presente.
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El asalto israelí del domingo por la mañana se basó, según funcionarios israelíes, en la información de que Hezbolá estaba a punto de disparar miles de misiles contra el norte de Israel, así como aviones no tripulados contra un centro de inteligencia clave situado justo al norte de Tel Aviv, en represalia por el asesinato de su comandante en julio.
Israel declaró el estado de emergencia durante 48 horas y cerró su principal aeropuerto durante varias horas, con numerosas compañías aéreas cancelando vuelos. Hezbulá respondió disparando más de 200 proyectiles, según Israel, aunque las autoridades dijeron que los daños causados fueron muy limitados. Un soldado israelí murió por la caída de escombros, mientras que en Líbano se informó de tres muertes.
Si Hezbolá hubiera ejecutado con éxito un ataque contra objetivos en el centro de Israel, los enfrentamientos que se han estado cociendo a fuego lento en la zona fronteriza durante 10 meses podrían haberse convertido en una guerra más amplia.
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Los precios del petróleo subieron, con los operadores preocupados por una escalada, especialmente si Irán se implicara directamente. El Brent subió casi un 1% hasta situarse justo por debajo de los US$80 el barril a las 14:45 en Singapur.
“Nuestra esperanza es que los acontecimientos de anoche no desemboquen en una escalada que conduzca a una guerra regional”, declaró a la prensa el domingo por la noche el consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, durante una visita a Canadá.
Por ahora, reina una calma relativa.
“Fue un gran éxito que detectáramos los planes y ahora existe la posibilidad de que ambas partes no escalen esta situación tan compleja”, dijo el general de brigada retirado Ilan Biton, exjefe de defensa de la fuerza aérea de Israel. Tanto Israel como Hezbolá anunciaron que, por el momento, sus operaciones habían terminado, a pesar de que continuaban los combates a bajo nivel.
Israel reabrió pronto su aeropuerto y suavizó las restricciones a las reuniones públicas. El portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que no se habían producido daños en ninguna base militar israelí. El ejército israelí no volvió a imponer restricciones de seguridad a la población el domingo por la noche, lo que indica que no esperaba otro ataque de forma inminente.
Significativamente, las negociaciones en El Cairo encaminadas a establecer un alto el fuego en Gaza entre Israel y la milicia palestina Hamás comenzaron el domingo como estaba previsto.
Sin embargo, mientras que los funcionarios israelíes afirmaron que se habían producido avances, Hamás, después de que su delegación abandonara El Cairo el domingo por la noche, sugirió lo contrario.
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Israel ha “establecido nuevas condiciones para el alto el fuego” y “sigue aplazándolo”, según un comunicado que cita a Osama Hamdan, portavoz y dirigente de Hamás. En una indirecta a la administración del presidente estadounidense Joe Biden, dijo que está “sembrando falsas esperanzas al hablar de un acuerdo inminente con fines electorales”.
Las conversaciones continuarán a niveles más bajos en los próximos días en un esfuerzo por salvar las diferencias entre las partes, informó Associated Press, citando a un funcionario estadounidense que habló bajo condición de anonimato. El funcionario dijo que las recientes conversaciones han sido constructivas y que las partes están trabajando para alcanzar un acuerdo aplicable.
Subrayando las consecuencias
El intercambio israelí con Hezbolá “tiene más probabilidades de ayudar que de complicar las conversaciones sobre el alto el fuego”, dijo Mike Singh, director gerente del Washington Institute. “Al enviar el mensaje de que Israel está dispuesto y es capaz de escalar, y de que Washington le respaldará cuando lo haga, EE.UU. e Israel han subrayado las consecuencias que tendría para Hamás, Hezbolá e Irán seguir negándose a un acuerdo”.
Hezbolá dijo que su ataque contra Israel estaba planeado como inicio de las represalias por el asesinato de su comandante Fuad Shukr el 30 de julio en los suburbios del sur de Beirut. El grupo dijo que disparó más de 320 misiles, seguidos por aviones no tripulados, para atacar 11 cuarteles del ejército y emplazamientos militares en el norte de Israel.
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La base del servicio de inteligencia Mossad en Glilot fue el principal objetivo del ataque, dijo el domingo el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, convocó una reunión del gabinete de seguridad el domingo y dijo que estaba “decidido a hacer todo lo posible para defender a nuestro país, para devolver a los residentes del norte con seguridad a sus hogares y para seguir manteniendo una regla simple: A quien nos haga daño, le haremos daño”.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, hablaron por teléfono durante el fin de semana. Israel se negó a decir si EE.UU. fue advertido con antelación del ataque del domingo, y un portavoz militar dijo: “Fue una operación israelí”.
Apoyo de EE.UU.
EE.UU. ha intensificado su presencia naval y de defensa aérea en la región como advertencia a Irán y a sus aliados para que no incrementen las hostilidades.
Cuando se le preguntó si Israel había informado con antelación a EE.UU. de sus planes de golpear a Hezbolá, Sullivan, el asesor de seguridad nacional, eludió la pregunta. “No puedo hablar directamente de las conversaciones que se desarrollaron ayer, aparte de decir que hubo una comunicación continua, y que hemos estado siguiendo la amenaza de ataques de Hezbolá contra Israel desde hace algún tiempo”, dijo.
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Pero a pesar de las nuevas declaraciones estadounidenses del domingo afirmando el apoyo al derecho de Israel a la defensa, el ataque contra Hezbolá es un revés para “la diplomacia estadounidense, que se ha centrado con láser en la desescalada” y en la búsqueda de un alto el fuego en Gaza, según Merissa Khurma, directora del programa de Medio Oriente en el Wilson Center de Washington. “En privado, los últimos más de diez meses han mostrado diversos flujos y reflujos en las relaciones entre Estados Unidos e Israel, y ciertamente un aumento significativo de las tensiones”.
Dijo que esto suscita dudas entre los aliados regionales sobre "si EE.UU. sigue teniendo influencia sobre Israel".
Israel y Hezbolá llevan intercambiando disparos a lo largo de la frontera desde octubre, cuando la organización libanesa entró en liza en apoyo de Hamás en Gaza. Los ataques israelíes han matado al menos a 500 personas desde entonces, la mayoría combatientes de Hezbolá. En Israel, unos 30 soldados y 18 civiles han muerto por ataques de Hezbolá.
Evitar que las escaramuzas se intensifiquen aún más ha estado en el centro de los esfuerzos diplomáticos internacionales para aliviar la tensión en Medio Oriente.
Horas después de que un ataque aéreo israelí matara el 30 de julio al jefe militar de Hezbolá en Beirut, Irán culpó a Israel de matar al jefe de la oficina política de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán. Irán ha prometido tomar represalias, pero también ha dicho que lo haría según su propio calendario. Israel le ha advertido repetidamente que no lo haga.
El domingo, Netanyahu advirtió a Hezbolá e Irán que el último ataque no era “el final de la historia” y que era “un paso más en el camino para cambiar la situación en el norte y devolver a nuestros residentes sanos y salvos a sus hogares.”
Evacuaciones
EE.UU. ha estado intentando mediar entre Líbano e Israel para alcanzar un compromiso sobre las disputas fronterizas. Decenas de miles de israelíes y libaneses han sido evacuados de la zona fronteriza debido a los combates, e Israel quiere que Hezbolá aleje a sus combatientes de la frontera para permitir el regreso de sus ciudadanos.
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Hezbolá, que cuenta con el respaldo de Irán y ha sido designada organización terrorista por Estados Unidos, afirma que continuará las hostilidades con Israel hasta que el país acceda a un alto el fuego en Gaza con Hamás, también designado grupo terrorista por Estados Unidos y otros países.
La guerra en el enclave palestino comenzó el 7 de octubre después de que militantes de Hamás, apoyados por Irán, invadieran Israel y mataran a 1.200 personas y secuestraran a otras. Las represalias de Israel en Gaza han matado al menos a 40.000 personas, según los responsables sanitarios de Hamás en Gaza.
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