Bloomberg — La compañía Blue Origin LLC ha experimentado fallos en sus pruebas durante las recientes semanas, entre los que se encuentra un incidente en la fábrica que causó daños en una parte del futuro cohete New Glenn, la tan esperada pieza central del proyecto de esta empresa impulsada por Jeff Bezos para rivalizar con SpaceX.
La parte superior de un cohete se plegó sobre sí misma, debido parcialmente a un fallo de los trabajadores, cuando estaba siendo trasladada a un hangar de almacenamiento, de acuerdo con personas al corriente de la situación.
En un incidente separado, otra parte superior del cohete fracasó durante las pruebas de estrés y explotó, señalaron estas fuentes. Las reparaciones se están llevando a cabo, explicó otra de las personas, y señaló que no hubo heridos en ninguno de los dos incidentes.
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Estos incidentes, que no se habían dado a conocer hasta este momento, son una muestra de las dificultades a las que se está enfrentando Blue Origin a raíz del incremento de su producción del New Glenn, que ya lleva cuatro años de retrasos.
Simultáneamente, el nuevo CEO, Dave Limp, ha contratado a varios ejecutivos para superar el bache de I+D (investigación y desarrollo) que sufre la compañía desde hace años.
Blue Origin tiene prisa por cumplir el estricto plazo para presentar el cohete en octubre para la misión Escapade de la NASA.
La fecha de lanzamiento del New Glenn está fijada para dentro de unos dos meses, ya que en ese plazo Marte se hallará lo suficientemente cerca de la Tierra. Pasado octubre, los planetas no se alinearán de ese modo hasta dentro de dos años.
No está claro si los recientes incidentes afectarán al calendario de lanzamientos.
Los dos percances afectaron al hardware programado para el segundo y tercer vuelos del cohete New Glenn, que se supone que tendrán lugar después del debut de octubre. Un portavoz de Blue Origin dijo que está en vías de lanzar el New Glenn este año y que está trabajando duro para que así sea.
La compañía tiene mucho hardware en producción para los próximos vuelos, dijo el portavoz, añadiendo que Blue Origin está constantemente probando su futuro hardware.
El New Glenn está diseñado para llevar satélites, y eventualmente personas, a la órbita terrestre. Es clave para que Blue Origin pueda desafiar a SpaceX, de Elon Musk, y a United Launch Alliance, de Boeing (BA) y Lockheed Martin Corp (LMT), por las lucrativas misiones de seguridad nacional de EE UU.
También es fundamental para despejar un retraso de lanzamientos comerciales para operadores de satélites, incluido el Proyecto Kuiper de Amazon, una iniciativa para ampliar el acceso global de banda ancha.
Pero antes, la empresa se dispone a lanzar Escapade, una ambiciosa misión inaugural para la NASA que enviará dos naves gemelas a Marte para estudiar el campo magnético del planeta.
Las dos naves espaciales, construidas por Rocket Lab en colaboración con la Universidad de California en Berkeley, se terminaron recientemente y se enviaron a Florida para el lanzamiento.
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Pero la ventana en la que la Tierra y Marte están más cerca uno del otro en sus órbitas alrededor del Sol se cierra este otoño, y algunos dentro de la empresa se preguntan si se podrá cumplir el plazo incluso con trabajo las 24 horas del día.
Todo el hardware de vuelo está completo y la empresa está trabajando en el ensamblaje y la integración de los motores, según el portavoz de Blue Origin.
Incluso las empresas con más éxito se enfrentan a menudo a contratiempos al intentar inaugurar nuevos cohetes. Bezos, la segunda persona más rica del mundo y fundador de Amazon, lleva años intentando poner Blue Origin en órbita.
Fundada en 2000, aproximadamente un año antes que la ahora dominante SpaceX de Musk, Bezos ha financiado fábricas de cohetes y motores, extensas plataformas de lanzamiento en Texas y Florida y contrataciones que han llevado a su plantilla a superar los 10.000 empleados.
“Gran parte de la cohetería se resolvió en los años 60″, dijo Bezos a Everyday Astronaut (Astronautas de todos los días) durante una visita a las instalaciones de New Glenn el 30 de mayo. “Lo que no está resuelto es hacerlo de bajo coste. Eso tiene que ver con la reutilización, las técnicas de fabricación y otras cosas”.
Blue Origin ha lidiado con retrasos en el desarrollo, una cultura corporativa aletargada y contratiempos explosivos, incluidos los recientes episodios en su fábrica de cohetes de Florida descritos a Bloomberg.
En el primero de los casos recientes, los trabajadores de la fábrica trasladaron una enorme sección del New Glenn, destinada al segundo vuelo del cohete, fuera de la humedad de Florida y a un hangar de almacenamiento con aire acondicionado.
Pero no controlaron adecuadamente el material ni dispusieron de válvulas de liberación de presión y se enfrió hasta el punto de arrugarse sobre sí mismo, como una lata de Coca-Cola aplastada.
En el segundo caso, una parte del cohete destinado al tercer vuelo del New Glenn falló durante las pruebas de resistencia y explotó en el edificio en el que se encontraba.
Muchos empleados han estado trabajando duro para tratar de cumplir el plazo para el Escapade, con empleados que han sido reclutados de otras unidades para ayudar a apoyar a los equipos del New Glenn a alcanzar la ventana de lanzamiento, dijo una de las personas.
Como parte de los esfuerzos para poner a Blue Origin en una marcha superior, en diciembre Bezos dio el puesto más alto a Limp, un veterano de Amazon conocido por su rapidez de ejecución y por resolver los problemas de los clientes.
Limp se movió rápidamente para sacudir la empresa, dando prioridad a los proyectos centrales: el New Glenn, el motor BE-4 que lo impulsa y un alunizador para la NASA. El director general también incorporó a ejecutivos de la cadena de suministro, finanzas y recursos humanos.
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Limp no ha terminado: a fecha de 21 de agosto, en la página web de la empresa figuraban puestos vacantes para vicepresidente de operaciones comerciales y gestión de programas y vicepresidente de automatización de la fabricación, lo que sugiere que Blue Origin está pensando en una época en la que vuele al espacio con más frecuencia.
El CEO no tuvo que empezar de cero.
Poco después de empezar, Blue Origin reanudó por fin los vuelos con su cohete de turismo espacial. En junio, el Departamento de Defensa seleccionó a la empresa para competir por hasta US$5.600 millonesen contratos para poner en órbita futuros satélites de seguridad nacional. Blue Origin ha pregonado una cartera de lanzamientos por valor de US$10.000 millones.
Además, en los últimos meses, Blue Origin ha podido superar obstáculos anteriores para impulsar la producción y las entregas de su motor BE-4, que también impulsa el nuevo cohete Vulcan de United Launch Alliance.
“Me siento mucho mejor respecto a los BE-4″, declaró Tory Bruno, CEO de ULA, a Bloomberg en una entrevista reciente. “Su fábrica está en marcha y los motores están saliendo. Ahora me siento mucho más cómodo”.
Bezos ha dicho que Blue Origin “es el trabajo más importante que estoy haciendo”. El Índice de Multimillonarios de Bloomberg estima que en 2021 duplicó la cantidad de dinero que estaba inyectando anualmente en la empresa hasta los US$2.000 millones.
"Nuestro trabajo hoy no es hacerlo mejor de lo que ellos lo hicieron en los vuelos espaciales", dijo Bezos durante la visita a la planta el 30 de mayo, refiriéndose a los viajes espaciales del pasado. "Es hacerlo más asequible".
--Con la colaboración de Matt Day.
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