El objetivo del Líbano de ser uno de los principales destinos turísticos se desvanece

El país está hundido en una crisis tras un descenso en el flujo de dólares alrededor del 2019 y la pérdida de confianza en su habilidad de financiar su deuda

Beirut
Por Dana Khraiche
25 de agosto, 2024 | 08:00 AM

Bloomberg — Las expectativas de Líbano de estimular su moribunda economía con los ingresos del turismo se han visto frenadas tras el ataque aéreo de Israel sobre su capital, Beirut, y la creciente amenaza de guerra total, que provocaría una serie de prohibiciones de viaje y las consiguientes retiradas de turistas.

Según el ministro de Economía y Comercio, Amin Salam, se había previsto que los ingresos de la temporada estival derivados de los visitantes, en su mayor parte provenientes de la numerosa población libanesa en el extranjero, sobrepasaran los US$5.000 a US$7.000 millones que ingresaron en el 2023.

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No obstante, según declaró durante una entrevista, todo eso cambió a raíz del ataque de finales del mes de julio, que ha despertado el miedo a un conflicto más extenso en territorio libanés entre Israel y el grupo militante Hezbolá.

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El lanzamiento de cohetes en los barrios del sur de Beirut causó la muerte de un alto mando de Hezbolá, que ha estado intercambiando disparos con el estado judío desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el pasado mes de octubre.

Según Israel, el comandante Fuad Shukr era el responsable de un ataque en los Altos del Golán (Golan Heights), territorio controlado por los israelíes, en el que fallecieron doce jóvenes que jugaban al fútbol.

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Este conflicto ha supuesto ya para Líbano un coste de más de US$ 10.000 millones, según Salam, basándose en la pérdida de ingresos y en los daños sufridos en sus infraestructuras.

"Habíamos soñado" que el crecimiento del gasto de los turistas y de los libaneses que regresaban continuaría, dijo en su oficina de Beirut. Pero "todos los que habían reservado cancelaron, y todos los que estaban aquí se fueron. El sector se congeló. Los hoteles y las tiendas están vacíos".

Impedir que las hostilidades vayan a más ha sido uno de los principales objetivos de los esfuerzos diplomáticos internacionales para aliviar la tensión en toda la región.

Los gobiernos internacionales emitieron advertencias de viaje en el momento del ataque israelí y las compañías aéreas suspendieron los vuelos. Estados Unidos incluso ofreció a sus ciudadanos préstamos para comprar boletos de salida, cuyos precios se han disparado.

El gasto de los turistas en Líbano supuso un importante impulso para una economía mediterránea que se ha hundido en los últimos cinco años debido a una crisis bancaria y de deuda.

"Este dinero es lo que mantiene vivo al país", dijo Salam.

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Hezbolá, respaldada por Irán y designada organización terrorista por EE.UU., afirma que continuará las hostilidades con Israel hasta que el país acuerde un alto el fuego con Hamás en Gaza.

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El fuego transfronterizo con Israel ha destruido cientos de hogares y negocios libaneses y franjas de terreno agrícola, que junto con el turismo es la principal fuente de ingresos del país.

Más de 500 personas han muerto en Líbano por ataques israelíes desde octubre, la mayoría combatientes de Hezbolá. En Israel, unos 30 soldados y 18 civiles han muerto por ataques de Hezbolá.

Crisis económica

Líbano se sumió en una crisis después de que las entradas de dólares procedentes de la diáspora comenzaran a disminuir en torno a 2019, y la confianza en la capacidad del país para financiar su deuda se desvaneciera.

Estallaron protestas masivas en medio de una inflación galopante y una corrupción gubernamental rampante. La situación no hizo más que empeorar tras una explosión en el puerto de Beirut en 2020 que mató a cerca de 220 personas.

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Líbano incumplió el pago de más de US$31.000 millones en bonos y sigue bloqueado en los mercados financieros. Las conversaciones de reestructuración aún no se han puesto en marcha.

En el último año, la menor impresión de dinero por parte del banco central y la dolarización de la economía, algo que Salam describe como su logro más importante y que las empresas locales deseaban, han supuesto un alivio. La inflación se ha ralentizado hasta el 42% desde casi el 270% en abril de 2023.

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  La economía libanesa se ha hundido desde 2018.

Por aquel entonces, Salam pidió a todos los supermercados y otros minoristas que fijaran los precios de los artículos en dólares. Antes de esta decisión, las tiendas solían vaciar su caja registradora tres veces al día, ya que revalorizaban constantemente los artículos en la libra local, dijo.

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Aún así, la economía está lejos de arreglarse. Las autoridades no se ponen de acuerdo sobre cómo reestructurar los bancos y llevar a cabo otras reformas que serán necesarias para obtener un préstamo del FMI e impulsar el crecimiento.

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El martes, el Banco Audi SAL, uno de los mayores prestamistas del Líbano, dijo que el brazo de inversión privada del Banco Mundial le había demandado por no haber pagado la deuda subordinada.

Salam dijo que cuando se hizo cargo del ministerio de Economía en 2021, no quedaban asesores y apenas había empleados. Su oficina está en un edificio del centro de Beirut cubierto de grafiti contra la corrupción y casi vacío de residentes y empresas.

Dice que el statu quo no puede mantenerse y que se necesita desesperadamente una intervención de patrocinadores extranjeros.

"Primero tenemos que recuperar la confianza de la gente", dijo, y luego "la confianza de la comunidad internacional".

--Con la colaboración de Chris Miller y Omar Tamo.

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