Bloomberg — Durante meses ha circulado por la República Democrática del Congo una mutación de Mpox (viruela símica). En la actualidad, la respuesta a lo que se ha transformado en una emergencia sanitaria global se afronta a un gran obstáculo: el país todavía no dispone de una sola vacuna.
La carencia de vacunas y los desafíos para entender la propagación de la enfermedad por este país del África central evidencian cómo los retrasos en la labor sobre el terreno, la ausencia de coordinación internacional y los problemas de financiación han entorpecido una respuesta ágil.
La sucesión de reacciones demoradas a la crisis se inició durante la última emergencia de viruela que concluyó en 2023, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África manifestaron que el continente no recibió el apoyo pertinente.
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A pesar de que la amenaza del Mpox reapareció y la organización que se encarga de la distribución global de vacunas manifestó su preocupación, la República del Congo se abstuvo de formalizar la solicitud de donaciones de vacunas. Las autoridades reguladoras de medicamentos del país solo aprobaron el uso de emergencia de las vacunas en el mes de junio.
Mientras tanto, múltiples países, organizaciones y donantes potenciales intentan ayudar, pero apenas están empezando a coordinar una respuesta conjunta.
“No creo que el mundo haya aprendido que no tenía sentido detener la emergencia de la Organización Mundial de la Salud el año pasado”, dijo Tulio De Oliveira, director del Centro de Respuesta Epidémica e Innovación de la Universidad de Stellenbosch, en una entrevista.
“Si hubiéramos aprendido, nos habríamos centrado en detener el brote”. Algunos expertos no están de acuerdo en que se debería haber mantenido la declaración de emergencia.
Según Peter Sands, director del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, la atención mundial se ha centrado en otra cosa. El Mpox lleva mucho tiempo en el Congo y “no ha recibido mucha atención”, dijo Sands en una entrevista.
La guerra y otras amenazas han exigido la atención de los gobiernos desde el final de la pandemia de Covid-19. Pero el brote de Mpox debería ser un recordatorio de que si se descuidan la vigilancia de la enfermedad y la atención primaria básica “eso puede volver y mordernos”, dijo Sands.
La situación en el Congo se ha complicado por otras múltiples amenazas sanitarias, como los brotes de sarampión y una crisis humanitaria, con 1,7 millones de desplazados internos en la provincia donde surgió el brote. Hay unos 15.700 casos sospechosos de viruela, pero es probable que la cifra real sea mucho mayor.
Para uno de los países más pobres del mundo, la crisis exige una respuesta financiera que no está en condiciones de afrontar. Roger Kamba, ministro de Salud Pública del Congo, calcula que se necesitarán 3,5 millones de dosis a un coste de cientos de millones de dólares.
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Respuesta coordinada
Una de las organizaciones responsables de los esfuerzos mundiales de vacunación, Gavi (por sus siglas en inglés, Alianza Global para Vacunas e Inmunización), empezó a celebrar reuniones diarias para discutir el brote del Congo en mayo. Hasta el pasado jueves, seguía esperando a que el Congo solicitara formalmente las vacunas.
El país no dispone de vacunas contra el Mpox para la respuesta de emergencia, pero ha solicitado dosis a Estados Unidos y Japón, según declaró a Bloomberg Samuel Boland, responsable de incidentes de Mpox de la OMS en África.
La coordinación va a ser fundamental para la respuesta, dijo la directora ejecutiva de Gavi, Sania Nishtar. “Todos estamos hablando con los mismos donantes, y eso es una muy buena noticia, pero necesitamos coordinarnos y esperamos que en los próximos días haya un mecanismo de coordinación”, dijo.
Las donaciones de vacunas podrían proceder de países que ya tienen reservas. EE.UU. tiene previsto donar 50.000 dosis, pero dispone de millones más. El Reino Unido ha confirmado que también tiene reservas, sin dar más detalles. Alemania tiene 117.000 dosis.
“Lo triste aquí es que las vacunas están listas para salir y hay ciertas cosas que están impidiendo que estos países tengan acceso a ellas”, dijo Javier Guzmán, director de política sanitaria global del Centro para el Desarrollo Global. Sin una respuesta rápida, la enfermedad se propagará a otros países, añadió.
Tras las donaciones iniciales, habrá que encargar vacunas a fabricantes como Bavarian Nordic A/S. Cuando se declaró la emergencia, esas conversaciones eran limitadas, según el CEO de la empresa danesa, Paul Chaplin.
“Covid-19 y también el brote de Mpox de 2022-23 deberían haber enseñado a todo el mundo que no se puede ignorar un brote en una parte del mundo”, afirmó.
--Con la colaboración de Michael J. Kavanagh.
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