Bloomberg — Las naciones insulares diseminadas a lo largo del Océano Pacífico están en el centro de una competencia cada vez más intensa entre China y EE.UU. por las rutas marítimas, los puertos de aguas profundas y otros activos estratégicos en lo que el Instituto Lowy denomina un nuevo “Gran Juego”.
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La proximidad de los países a rutas marítimas clave y a los cables de comunicación que atraviesan el fondo del Pacífico, junto con la pesca y los minerales del lecho marino, también fomentan la rivalidad, afirma Lowy en un informe publicado el miércoles. Pero es la ubicación marítima de la región entre Asia, Norteamérica y Australia lo que la mantendrá en primera línea de las estrategias de defensa de las grandes potencias.
“El panorama geopolítico del Pacífico está cada vez más abarrotado, con múltiples potencias compitiendo por su influencia”, afirmaron los autores del informe, Mihai Sora, Jessica Collins y Meg Keen. “China está ampliando su alcance a través de las relaciones diplomáticas, los proyectos de infraestructuras y la financiación del desarrollo, mientras que socios tradicionales como Australia y EE.UU. se esfuerzan por mantener su influencia”.
Se trata de un giro significativo para los líderes isleños que solían quejarse de que las naciones occidentales no prestaban suficiente atención a la región. Lowy advierte de que el nuevo enfoque estratégico va a suponer un reto para la buena gobernanza y la transparencia, ya que brinda oportunidades a los actores políticos locales para promover intereses estrechos por encima de lo que mejor sirve a la población del Pacífico.
La región del Pacífico está lidiando además con el aumento del nivel del mar debido al cambio climático, así como con una década perdida de desarrollo tras Covid.
China es ahora un actor importante en el Pacífico a través de la financiación del desarrollo, las relaciones diplomáticas y las infraestructuras como puertos, aeropuertos y telecomunicaciones. También está presionando para desempeñar un papel más importante en sectores clave como el militar, el policial, la conectividad digital y los medios de comunicación, según el informe del instituto con sede en Sidney.
Estados Unidos y sus aliados también se están poniendo al día. Desde 2017, se han establecido 18 nuevas embajadas en el Pacífico, incluidos puestos avanzados estadounidenses en Vanuatu y las Islas Salomón, mientras que se han cerrado cuatro. Australia, que ha abierto seis nuevos puestos en el Pacífico desde 2017, es el único país con presencia diplomática residente en todas las naciones soberanas del Pacífico.
"El ritmo frenético de la proyección diplomática mundial hacia el Pacífico subraya la intensidad de la competencia", dijo Lowy. "Pero este compromiso sostenido puede desbordar rápidamente los sistemas locales" y puede no aportar "beneficios tangibles".
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Los préstamos y las inversiones en infraestructuras de Pekín le han permitido reforzar su presencia a expensas de Taiwán, que ha perdido tres socios diplomáticos en el Pacífico en favor de China desde 2019.
En 2022, China firmó un pacto de seguridad con las Islas Salomón, lo que desató la preocupación de las naciones occidentales. Eso llevó a EE.UU. y Australia a reforzar la seguridad y otros acuerdos con países como Papúa Nueva Guinea. Canberra también firmó un acuerdo con Tuvalu que permite a su población trasladarse a Australia a medida que empeora el cambio climático.
El rápido aumento de la población y la urbanización están poniendo a prueba los servicios en las naciones del Pacífico y los jóvenes suelen tener escasas perspectivas de empleo y educación, según Lowy. Se calcula que la población de Papúa Nueva Guinea alcanzará los 22 millones de habitantes en 2050, frente a los cerca de 10 millones actuales, señaló.
Puertos e infraestructuras
La referencia al "Gran Juego" se remonta a la competición del siglo XIX por la influencia en Asia Central entre el Imperio Británico y los gobernantes zaristas de Rusia.
Uno de los problemas de la atención a las grandes potencias en el Pacífico es que las necesidades locales como la reducción de la pobreza, la educación, la sanidad y otras áreas clave se ignoran en favor de proyectos estratégicos como los puertos de gran calado y las infraestructuras de comunicaciones. O a nivel local, los políticos utilizan los fondos de desarrollo para construir estadios y otros proyectos de alto perfil a expensas de necesidades más acuciantes.
El número de donantes individuales al Pacífico aumentó a 82 en 2021 desde los 31 de 2008 y algunos isleños del Pacífico están preocupados por la capacidad de la arquitectura regional y los sistemas nacionales para gestionar y coordinar esta actividad, dijo Lowy.
"El alcance de la corrupción en el Pacífico, incluida la 'captura' del Estado por las élites y los intereses privados, no ha experimentado mejoras materiales a lo largo de los años", mostró el informe Lowy.
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