Bloomberg — Conforme prosperan las apuestas deportivas en EE.UU., transformándose con rapidez en un negocio multimillonario, una preocupante tendencia empieza a surgir: los ciudadanos están sacando dinero de sus cuentas de valores para hacer apuestas por internet.
Este es el hallazgo clave expuesto en un reciente documento de trabajo titulado Gambling Away Stability: Sports Betting’s Impact on Vulnerable Households (Botando en apuestas la estabilidad:el impacto de las apuestas deportivas en los hogares vulnerables).
Este afirma que encontró pruebas de que por cada dólar gastado en la actividad recreativa, actualmente legalizada en la mayor parte de los estados a partir de 2018, las inversiones netas en acciones y otros instrumentos financieros descendieron en algo más de US$2.
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Es un fenómeno más grave entre las familias con más problemas económicos, posiblemente las mismas que se interesan por los mecanismos de enriquecimiento instantáneo en los mercados bursátiles, como las acciones meme y las estrategias especulativas.
“No es solo un auge ingenuo de una entretenida industria del entretenimiento, si bien seguramente lo es para determinadas clases de familias”, explicó en una entrevista Jason Kotter, profesor adjunto de finanzas de la Universidad Brigham Young y coautor del estudio. “Existe un coste concreto para los hogares con menos recursos que creo que debiera preocupar a los responsables políticos”.
Los defensores de los casinos lo ven de otra manera y dicen que el estudio, que aún no ha sido examinado por pares académicos, establece comparaciones falsas entre la inversión y el juego, siendo que este último es más propenso a competir por los dólares del entretenimiento.
Sea como fuere, las actividades minoristas que buscan emociones fuertes (desde las apuestas deportivas hasta las transacciones financieras) están en auge en la era pospandémica, y las plataformas gamificadas de todo tipo están acusadas de atraer la participación al dar a los estadounidenses un subidón de dopamina en un intento de aumentar la acción en línea.
Enmarcadas de esta manera, las apuestas deportivas y la especulación bursátil pueden verse como dos caras de la misma moneda. Como tal, la especulación bursátil podría incluso estar salvando a un grupo de estadounidenses adictos al juego de un destino peor: derrochar su dinero en apuestas deportivas en línea, dinero que en cambio podría invertir en sus cuentas de operaciones bursátiles.
Independientemente de su opinión sobre la interacción entre actividades similares a las apuestas, cada vez es más objeto de investigación. Robinhood Markets Inc. (HOOD), por su parte, está tomando medidas para alejar a los minoristas de las apuestas similares a las de los casinos en empresas como GameStop Corp. (GME) y llevarlas a inversiones sensatas que sigan índices.
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Si bien la negociación de acciones con finanzas inestables suele establecer un paralelismo con el juego, es discutible si la inversión en acciones en general puede tratarse como la misma categoría.
Para David Forman, vicepresidente de investigación de la Asociación Estadounidense del Juego, el artículo exageraba el efecto del juego en la salud financiera de los hogares y, lo que es más importante, su premisa era errónea.
“Hablan de gastar en apuestas deportivas como una inversión con valor esperado negativo en comparación con otras inversiones con valor esperado positivo”, dijo. “Simplemente no es así como los consumidores piensan sobre gastar su dinero en entretenimiento en deportes. No es una inversión, es una opción de entretenimiento”.
Pero para Kotter, tiene sentido comparar el juego con la inversión en acciones, ya que ambos implican asumir riesgos y obtener una recompensa financiera. “Se podría esperar que la tendencia natural de una persona a asumir riesgos afecte sus decisiones tanto en lo que respecta al juego como a la inversión”, añadió.
La industria del juego es consciente del riesgo financiero que supone el juego imprudente para los hogares estadounidenses.
En marzo, siete de las mayores empresas de juegos en línea de Estados Unidos formaron una alianza para fomentar el juego responsable, y algunas de ellas ofrecen productos que ayudan a los clientes a evaluar mejor su actividad y sus hábitos de gasto, según Jennifer Shatley , directora ejecutiva de la Responsible Online Gaming Association (Asociación de juegos en línea).
El mercado de valores en sí, en particular durante el confinamiento, cuando se cancelaron o redujeron muchos deportes, ha sido un microcosmos de la psicología especulativa.
Los operadores minoristas han acudido en masa al comercio de opciones, que ahora representan un récord del 18,8% de la actividad total del mercado, según muestran los datos bursátiles recopilados por JPMorgan Chase & Co (JPM).
Los reguladores han expresado su preocupación por el hecho de que las casas de bolsa están gamificando la negociación de acciones de una manera que atrae a la gente a arriesgar más dinero.
Las tácticas de marketing de Robinhood (como la concesión de acciones gratuitas a cambio de recomendaciones de amigos) atrajeron a un ejército de inversores primerizos durante la pandemia, cuando los estadounidenses estaban confinados en casa y recibían cheques de estímulo.
Según Steve Quirk, director de corretaje de la empresa, esos clientes han madurado desde entonces, ya que Robinhood lanzó cuentas de jubilación y productos de rendimiento como parte de un movimiento para guiarlos a la siguiente etapa de su trayectoria inversora.
En este momento, la negociación de acciones meme en su plataforma es solo “una fracción” de lo que se vio en 2021, dijo, y los inversores en general están buscando diversificación a través de fondos que rastrean índices.
“Los estamos poniendo en el buen camino”, dijo Quirk.
Durante décadas, la interacción entre el juego y la participación en el mercado de valores ha sido de gran interés tanto para Wall Street como para el mundo académico.
Para explorar el impacto de las apuestas deportivas en línea en las finanzas de los hogares, Kotter y sus colegas emplearon datos de una empresa de análisis que agrega transacciones de consumidores en los principales bancos, empresas de tarjetas de crédito y casas de bolsa.
Armados con información sobre usuarios y transacciones estadounidenses desde 2010 hasta septiembre de 2023, los investigadores de la Universidad Northwestern, la Universidad de Kansas y BYU construyeron un modelo para determinar, entre otras cosas, si el acceso a las apuestas deportivas legalizadas afecta la propensión de la población a asumir otras formas de riesgo financiero.
Para controlar el efecto de las fuerzas macroeconómicas, como las tasas de interés y la inflación, el estudio comparó los patrones de comportamiento de los consumidores en los estados donde el juego se legalizó con los de aquellos donde todavía está prohibido.
Si bien los datos no cubrieron cuestiones como las cuentas de jubilación, sus conclusiones se respaldaron con las declaraciones de impuestos a nivel estatal de la población en general.
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Cabe destacar que los investigadores descubrieron que, a medida que proliferaban las apuestas deportivas, también aumentaba el gasto en loterías y otras actividades de juego en línea, como el póquer. Lo mismo ocurría con las actividades que ellos caracterizaban como relacionadas con las apuestas, como la televisión por cable y las cenas fuera de casa.
Sin embargo, el atracón se produjo en parte a expensas de la propiedad de acciones, al menos cuando se mide en inversiones después de impuestos.
En efecto, los fondos que se destinaban a apuestas moderadas aunque arriesgadas, como las acciones, ahora se están canalizando en masa hacia apuestas más arriesgadas, en las que la probabilidad de ganar es menor, afirman los investigadores.
En el camino, quienes se lanzaron a las apuestas deportivas a pesar de tener poco dinero están sufriendo, ya que la deuda de las tarjetas de crédito aumenta y la frecuencia de los sobregiros aumenta.
Los investigadores sugieren que, en un momento en que las casas de apuestas buscan atraer y asegurar la lealtad de los fanáticos de los deportes, sus hallazgos deberían servir como advertencia para que los reguladores adopten una postura firme con respecto a la industria. Casualidad o no, también se produce en un momento en que la campaña estándar de acciones de memes ha perdido parte del impacto que tuvo en 2021.
“La idea de que las apuestas están sustituyendo a la inversión en el mercado de valores y el auge de las apuestas: esos dos hechos se combinaron para contar una historia que es consistente con el hecho de que las acciones meme son un tema menos recurrente en la actualidad”, dijo Kotter. “No creo que sea la causa principal de la diferencia, pero ciertamente está en segundo plano”.
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