Bloomberg — Mediadores internacionales para un alto el fuego en Gaza se reunirán este jueves con representantes israelíes, en un nuevo intento de alcanzar un acuerdo que evite una posible escalada de la violencia en el Medio Oriente.
Representantes de Hamás, la organización islamista apoyada por Irán, no asistirían a las conversaciones en Doha, la capital de Catar. Sin embargo, dos funcionarios dijeron que los mediadores se comunicarán con el grupo después de la reunión. Las personas pidieron no ser identificadas porque no están autorizadas a hablar públicamente.
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Delegados de EE.UU., Catar y Egipto asistirán a las conversaciones. Su objetivo como mediadores es lograr una pausa en el conflicto entre Israel y Hamás, el cual ya lleva más de 10 meses y que ha desatado hostilidades en otros frentes regionales.
Las distintas partes siguen discutiendo una propuesta en tres fases presentada en mayo por el presidente de EE.UU., Joe Biden. Busca suspender las hostilidades, liberar a los más de 100 rehenes en poder de Hamás a cambio de prisioneros palestinos y enviar más ayuda a la Franja de Gaza.
El plan enfrenta dificultades. Israel insiste en que seguirá luchando hasta la destrucción total de Hamás, mientras que el grupo exige que cualquier alto el fuego sea permanente y que se retiren todas las tropas israelíes.
Represalias
Irán y el grupo militante Hizbulá, la organización con sede en Libano y que también cuenta con el apoyo de Irán, han amenazado con tomar represalias contra Israel, al que culpan de los asesinatos de directivos en Beirut y Teherán hace dos semanas.
Funcionarios israelíes describieron la reunión en Doha como una oportunidad para cerrar filas con EE.UU., representado por el director de la CIA, William Burns, y pedir al primer ministro qatarí, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y al jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Abbas Kamel, que persuadan a Hamás de ceder en sus posiciones.
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El principal negociador de Israel es David Barnea, director de la agencia de espionaje Mossad. Irán acusa a la agencia del asesinato del jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, el 31 de julio. Israel no ha confirmado ni negado su responsabilidad, aunque ha dicho que el asesinato de los dirigentes de Hamás es uno de sus objetivos de guerra.
Un punto conflictivo es una cláusula que prevé nuevas negociaciones después de que entre en vigor la primera fase de un alto el fuego. Otro es qué concesiones acordarían ambas partes durante una segunda fase.
Según la propuesta de Biden, las negociaciones podrían continuar si se prolongan más allá de las seis semanas de tregua inicial, y la pausa en los combates podría ampliarse según fuera necesario. Israel se opone ya que teme que Hamás alargue las conversaciones indefinidamente. Hamás, por su parte, se ha opuesto a ciertas propuestas para la segunda fase, incluida la desmilitarización del grupo, según los funcionarios.
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Otros temas conflictivos son la insistencia de Israel de mantener fuerzas a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, el número de rehenes vivos que Hamás debería o podría liberar en la primera fase de la tregua y cómo hacer cumplir la solicitud de Biden de permitir a los civiles, y no a los combatientes, volver al norte de Gaza.
La guerra estalló después de que combatientes Hamás irrumpieran en el sur de Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas. Israel respondió con un asalto aéreo y terrestre que ha matado a unas 40.000 personas, según representantes de Hamás en Gaza. EE.UU. considera a Hamás una organización terrorista.
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