Bloomberg — El desplome de las acciones estadounidenses está dando la razón a algunos de los más destacados bajistas de Wall Street, que redoblan sus advertencias sobre los riesgos de una desaceleración económica.
Michael Wilson, de Morgan Stanley -entre las voces pesimistas más notables hasta el año pasado- dijo que los inversores estaban adoptando una visión más pesimista sobre el crecimiento económico. Los datos de la semana pasada “desafiaron la visión de aterrizaje suave” sostenida por algunos participantes del mercado, escribió en una nota.
“La conclusión es que el consumidor se ha debilitado este año”, dijo Wilson. “La relación riesgo-recompensa para la renta variable sigue siendo desfavorable en términos generales. A estas alturas, es difícil argumentar que muchas acciones están baratas si las revisiones de los beneficios no dan un giro definitivo.”
La renta variable estadounidense se ha desplomado en los primeros días de agosto, impulsada por las tecnológicas, ya que a los inversores les preocupa que la Reserva Federal haya tardado demasiado en recortar las tasas de interés a tiempo para evitar una recesión. Las cifras de la semana pasada mostraron un desplome del sector manufacturero estadounidense y una ralentización de la contratación mayor de lo esperado.
Wilson -cuya visión bajista se cumplió en 2022- ha rehuido este año hacer grandes apuestas sobre el S&P 500 (SPY) después de que su previsión no se materializara en 2023. El estratega se había vuelto más optimista sobre el índice para mediados de 2025.
Mientras tanto, el equipo de estrategia de JPMorgan Chase & Co. (JPM) se encuentra entre las últimas voces bajistas de alto perfil de este año. El estratega Mislav Matejka afirmó este lunes que las acciones seguirán presionadas por la debilidad de la actividad empresarial, la caída de los rendimientos de los bonos y el deterioro de las perspectivas de beneficios.
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“Esto no parece el telón de fondo de la ‘recuperación’ que se esperaba”, escribió Matejka. “Mantenemos la cautela sobre la renta variable, esperando que llegue la fase de ‘lo malo es malo’”, añadió. Las acciones habían tendido a subir a principios de año por las apuestas a que unos datos más débiles provocarían recortes de los tipos de la Fed.
En 4.200 puntos, el equipo mantiene el objetivo más bajo para final de año para el S&P 500 entre los estrategas seguidos por Bloomberg. La previsión implica descensos de otro 21% desde el cierre del índice del viernes.
Aún así, su opinión contrasta con la de la mesa de operaciones del banco, donde John Schlegel, el jefe de inteligencia de posicionamiento, dijo que el giro fuera del sector tecnológico podría estar “casi terminada” y que “nos estamos acercando” a una oportunidad táctica para comprar la caída.
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Por el momento, la caída se prolongaría el lunes, con los contratos del Nasdaq 100, de gran peso tecnológico, hundiéndose hasta un 6,5%. La caída también ha afectado a los mercados mundiales de renta variable. En este contexto, tanto Matejka como Wilson afirmaron que esperan que los sectores defensivos superen a los cíclicos, más sensibles a la economía.
El deterioro de la amplitud de las revisiones de beneficios -el diferencial entre las mejoras y las rebajas de los analistas- también está ensombreciendo las perspectivas para las acciones, señalaron los estrategas.
“La verdadera cuestión para los inversores en renta variable es si las empresas pueden cumplir lo que ahora se cotiza, es decir, un crecimiento acelerado de los beneficios con varios años de expansión por delante”, escribió Wilson. “Seguimos siendo escépticos en ese frente”.
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