¿Cómo sabemos cuándo el planeta tiene su día más caluroso?

La más reciente racha excepcional de meses récord de elevadas temperaturas constituye un mejor indicador de la rapidez con la que se está calentando nuestro planeta

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Bloomberg — Las temperaturas más altas registradas en el planeta se alcanzaron el domingo 21 de julio. Tan solo 24 horas más tarde, ese récord se superó de nuevo, convirtiendo este lunes, con toda probabilidad, en el día más ardiente en miles de años.

Quizá parezca difícil que los científicos puedan determinar el día más caluroso de la historia, pues no disponen de monitores de temperatura en todos los rincones de la Tierra y hace menos de cien años que se realizan observaciones de forma relativamente generalizada. Sin embargo, han desarrollado una técnica que resulta cada vez más útil a medida que se calienta nuestro planeta.

Los alarmantes resultados del calor de este mes, comunicados por el Servicio de Cambio Climático Copérnico de la Unión Europea, se fundamentan en el “reanálisis”, una técnica que combina datos de temperatura y modelos para proporcionar una visión climática global.

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Este centro elabora una imagen prácticamente en tiempo real del clima de la Tierra, que incluye temperatura, viento y precipitaciones, para (aproximadamente) cada porción de 30 kilómetros cuadrados de la superficie del planeta.

Este reanálisis se remontan a hasta 1940 y han permitido a los científicos establecer con certeza en qué momento se ha superado un récord, ya se trate de un día, un mes o un año.

Además de este nuevo récord de calor diario, la información también muestra que el 2023 fue el año más caliente jamás registrado y que cada mes del calendario de los últimos trece meses ha sido el más caluroso del que se tiene registro.

Aunque no hay termómetros en todos los rincones del mundo, Copernicus recibe una gran cantidad de datos meteorológicos que utiliza para apuntalar sus reanálisis. “Tenemos este flujo constante de información que llega al centro”, afirma Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático, que forma parte del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés).

Los científicos del centro reciben 100 millones de lecturas diarias sobre las condiciones meteorológicas de todo el mundo.

Las observaciones proceden de aviones, satélites, barcos, radares y estaciones meteorológicas a nivel de superficie; todos ellos aportan información en tiempo real sobre la temperatura, el viento, la lluvia y la nieve, así como otros factores como la contaminación atmosférica. Esta información se introduce en un modelo, conocido como ERA5, que ya cuenta con información histórica sobre el clima mundial.

Existen lagunas en estas observaciones, porque las fuentes de datos no cubren todas las partes del mundo.

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Las condiciones meteorológicas, como los cielos nublados, también pueden reducir la cantidad de datos procedentes de fuentes como los satélites. Para colmar estas lagunas, los científicos toman las predicciones que ya han realizado, basadas en el modelo a largo plazo ERA5, y las contrastan con las observaciones.

Eso significa que una previsión que pronostique una temperatura determinada en un lugar concreto se pondrá a prueba con todos los datos que reciban los investigadores sobre el tiempo en ese lugar y en los alrededores, así como con fuerzas más amplias como las corrientes oceánicas y la circulación del aire.

Esto se hace repetidamente mientras se evalúa lo compatible que es la predicción con lo que realmente se ha registrado. El modelo también tiene en cuenta cualquier error en los datos registrados y se basa en las leyes de la física, incluidos los patrones meteorológicos, las corrientes y el flujo de aire que rigen el funcionamiento del clima mundial.

De este modo, es posible crear una imagen completa lo más exacta posible. Eso es lo que permite a los científicos declarar con confianza récords como cuando el mundo experimenta el día más caluroso de la historia de la humanidad.

A nivel mundial, cinco servicios meteorológicos, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. y la NASA, el ECMWF, la Administración Meteorológica de China y la Agencia Meteorológica de Japón, realizan evaluaciones continuas de la temperatura global mediante esta técnica.

Aunque sus modelos difieren ligeramente, los cinco grupos han llegado a conclusiones similares sobre el calor récord de los últimos meses y años.

Los datos históricos son más difíciles de conseguir.

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La serie de temperaturas más antigua, la Temperatura Central de Inglaterra en el Reino Unido, comenzó en el siglo XVII. Los datos de antes de que los humanos controlaran sistemáticamente las temperaturas proceden de fuentes como las burbujas de gas atrapadas en el hielo glaciar o los anillos de los árboles.

Estas fuentes no son tan específicas como la lectura de un termómetro, pero es posible afirmar con seguridad que las temperaturas recientes son probablemente las más altas en unos 100.000 años, afirma Copernicus.

Los meteorólogos también tienen una buena idea de cuándo se avecina un día especialmente significativo, como el día más caluroso jamás registrado. Esto se debe en parte a que las temperaturas medias globales suelen alcanzar su punto máximo entre principios de julio y principios de agosto.

El día más caluroso del año pasado, que supuso el récord anterior para el más caluroso de la historia, se produjo a principios de julio en medio de una histórica ola de calor oceánico. La intensificación de El Niño, un fenómeno climático global natural que suele significar temperaturas más cálidas en todo el mundo, proporcionó otra pista de que se estaba gestando un calor récord.

Hasta este mes de julio, pareció durante un tiempo que el mundo no establecería un nuevo récord diario, dice Buontempo. “La temperatura media global de los océanos empezó a subir de nuevo”, afirma.

"Algunas de las personas que controlan sistemáticamente nuestras predicciones empezaron a dar la voz de alarma". A principios de la semana pasada, estaban prestando más atención al reanálisis y preparándose para hacer un anuncio.

Esta técnica no sólo es útil para hacer anuncios del “día más caluroso de la historia”: se está utilizando para entrenar modelos de previsión de IA, especialmente para previsiones meteorológicas “de conjunto”, que representan múltiples escenarios futuros posibles.

También lo utilizan las empresas de energía solar para ayudar a los propietarios de viviendas a calcular cuánta energía podrían generar sus paneles, y las empresas de energía eólica para planificar dónde colocar los parques eólicos.

Copernicus trabaja actualmente en un nuevo modelo, conocido como ERA6, que será más preciso, dividiendo el mundo en cuadrículas de 14 kilómetros, e incorporará muchas más fuentes de datos históricos, incluidas las primeras lecturas por satélite de la década de 1970.

Para Buontempo, más importante que un día concreto es la reciente y extraordinaria racha de meses récord, ya que es un mejor indicador de la rapidez con la que se está calentando el mundo. Pero señalar un día concreto hace que el cambio climático se perciba de forma mucho más inmediata.

"Creo que tenemos que hacerlo más tangible, más directo, más visible", afirma. "Es importante que la gente esté informada".

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