Bloomberg — Cinco entidades de financiación para el desarrollo se han agrupado para hallar la forma de ejecutar el mayor proyecto de generación eléctrica del planeta, el complejo hidroeléctrico de Grand Inga, en la República Democrática del Congo (DRC, por sus siglas en inglés), estancado desde hace décadas.
El Banco de Desarrollo de África Meridional y la Corporación de Desarrollo Industrial, los dos bancos estatales sudafricanos, están trabajando con instituciones panafricanas, el Banco Africano de Desarrollo (DBSA, por sus silgas en inglés) y el Banco Africano de Exportaciones e Importaciones, además del Nuevo Banco de Desarrollo, el brazo de financiación del grupo de naciones BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Estas cinco entidades han adoptado la iniciativa de decir “reunámonos, veamos qué podemos aportar para conseguir este objetivo”, explicó en una entrevista Mpho Kubelo, director de riesgos de la DBSA. “¿Cómo conseguimos arrancarlo y a quienes tenemos que incorporar en términos de desarrollo real?”.
De construirse a plena capacidad (40 gigavatios), el complejo en el río Congo, el tercer río más caudaloso del planeta, desplazaría a la presa china de las Three Gorges Dam (Presa de las Tres Gargantas) como la mayor central eléctrica del globo.
Aún así, un historial de escándalos de corrupción gubernamental y el coste previsto del proyecto en varias fases, con algunas estimaciones que superan los US$80.000 millones, lo han limitado hasta ahora a dos presas con unos 1,8 gigavatios de capacidad instalada que se construyeron hace más de 40 años.
La mayor parte de esa electricidad se transmite 1.000 millas (1.609 km) a través del país para alimentar las minas de cobre y cobalto del Congo, gestionadas por empresas como CMOC Ltd., China Railway Group Ltd. y Glencore Plc.
Kubelo dijo que los bancos han estado trabajando juntos desde una cumbre mundial celebrada en París el pasado mes de junio y que cuentan con el respaldo del presidente tanto de Sudáfrica como del Congo. Dijo que Sudáfrica aceptaría comprar parte de la energía producida.
Hace solo dos meses, el gobierno del Congo anunció que había firmado un acuerdo preliminar con la nigeriana Natural Oilfield Services Ltd. para construir una central de 7 gigavatios en el lugar. Eso suplantó un acuerdo con Fortescue Ltd., una empresa propiedad del multimillonario minero australiano Andrew Forrest para desarrollar un complejo de 40 gigavatios.
La propia Fortescue había sustituido a un grupo de empresas españolas y chinas que fracasaron en su intento de desarrollar una versión del proyecto de US$14.000 millones y 11 gigavatios conocida como Inga III. Sudáfrica también había acordado comprar energía de esa versión de la instalación.
No está claro cuánto ha avanzado el acuerdo con Natural Oilfield.
La agencia del Congo encargada del desarrollo de Inga declinó hacer comentarios en respuesta a las preguntas de Bloomberg.
Las instituciones financieras de desarrollo tendrán que atraer la inversión privada al proyecto, dijo Kubelo.
“La realidad del asunto es que esto no lo van a hacer sólo las instituciones financieras de desarrollo”, dijo. “Esas instituciones se ocupan realmente de la preparación del proyecto”, dijo, y añadió que, en última instancia, tendrá que ser gestionado por empresas privadas.
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