Bloomberg — El partido de Joe Biden está sumido en la confusión sobre si debe obligar al presidente de 81 años a hacerse a un lado. Los republicanos tienen una opinión clara: en realidad no importa.
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La batalla que ha consumido los círculos demócratas desde el calamitoso debate del mes pasado entre Biden y Donald Trump está haciendo las delicias de los delegados de la Convención Nacional Republicana que se celebra esta semana en Milwaukee, quienes afirman que no creen que la trascendental decisión de sus rivales vaya a alterar mucho la contienda.
Algunos dicen que no importa en absoluto que los demócratas cambien a Biden, mientras que otros afirman que, en realidad, el partido podría salir peor parado. Una cosa está clara: el presidente en funciones no es visto como una amenaza para Trump, y los republicanos confían en que los demócratas no tengan opciones de recuperar el impulso en la carrera.
"Me gusta justo donde están: atascados, divididos, luchando, mientras nosotros estamos unidos", dijo Ed Cox, presidente del Partido Republicano de Nueva York. "No hay forma de que puedan expulsarle, pero ya han empezado a tomar impulso en esa dirección, así que tienen verdaderos problemas".
Biden ha dicho en repetidas ocasiones que no se hará a un lado, pero eso no ha acallado las dudas dentro de su partido. Esta semana ha llegado una avalancha de informes de que figuras demócratas clave habían advertido en privado a Biden de que debería sopesar seriamente la posibilidad de echarse a un lado. Un alto asesor de Biden dijo que tiene intención de presentarse, mientras que otros aliados afirmaron que han aumentado las posibilidades de que se haga a un lado.
Mientras tanto, los republicanos se han visto alentados por un flujo constante de sondeos, que muestran a Trump por delante de Biden en cuestiones clave para las elecciones de noviembre, a saber, la economía debido a las luchas del presidente a principios de su mandato contra la inflación. Eso a pesar de que el coste de la vida muestra signos de disminuir y el desempleo es bajo.
Los demócratas se retrasan
El Comité Nacional Demócrata dijo el miércoles que no iniciará una votación nominal para ungir oficialmente a Biden como candidato hasta al menos el 1 de agosto, un retraso que alude al creciente clamor de que el partido podría intentar acelerar la nominación de Biden para evitar las peticiones de una convención abierta en agosto.
Pero, en su propia reunión, los republicanos no mostraron preocupación por que una nueva candidatura pudiera insuflar vida a la alicaída campaña demócrata.
Trump "va a ganar a cualquiera de las dos, sin lugar a dudas, no hay diferencia", dijo Debbie Sachs Alvis, una delegada republicana de Alabama, refiriéndose tanto a Biden como a la vicepresidenta Kamala Harris.
"Ambos son igual de horribles, así que realmente no importaría, respetuosamente", dijo el delegado de Georgia Bruce LeVell.
Larry Elder, que se presentó brevemente a las primarias republicanas, dijo que "no importa" si es Biden o Harris, pero que sería uno de los dos.
"Si pisas a Kamala Harris, estás pisando a las votantes negras y se pondrán lívidas", dijo. "Así que están atascados con Biden o Harris".
El encuestador republicano Tony Fabrizio dijo que los republicanos se benefician de la agitación.
"Si no es el presidente Biden, la idea de que van a pasar por encima de Kamala Harris, y dársela a algún candidato desconocido, creo que es fantasiosa", dijo, hablando en un evento organizado por el Instituto de Política de la Universidad de Chicago al margen de la convención del GOP.
Dijo que los republicanos están preparados para pivotar si Harris se convierte en la candidata, y que las encuestas muestran que el público tiene un conocimiento relativamente bajo de su historial. “Estamos preparados para definirla”, dijo.
Comparación de edades
Aún así, eliminar a Biden de la papeleta presenta algunas ventajas potenciales para los demócratas. Cualquier sustituto, incluida Harris u otras posibilidades -como la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, o el gobernador de California, Gavin Newsom- sería décadas más joven que Biden, lo que marcaría un contraste con Trump, de 78 años.
Elegir rápidamente a un nuevo nominado permitiría a los demócratas dejar atrás la batalla intrapartidista que todo lo consume y que persiste desde hace semanas. En su lugar, podrían gastar energía en hacer campaña contra Trump y las ideas políticas de sus aliados -incluidos los planes para remodelar la fuerza laboral del gobierno y restringir el acceso al aborto.
Pero un canje también puede resultar complicado. Por ejemplo, la letra pequeña de cambiar a estas alturas plantea dudas sobre si hay tiempo para conseguir un nuevo candidato en las papeletas de los estados clave.
Los republicanos han aprovechado una línea de ataque clave de los demócratas -que estas elecciones tratan de preservar la democracia- para criticar al establishment del partido por sopesar ahora la posibilidad de forzar la salida de un candidato que ganó las primarias, aunque prácticamente sin oposición.
"Creo que por la propia democracia, tiene que permanecer en la candidatura", dijo esta semana el ex presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy en una entrevista en el hemiciclo de la convención. "Si creen que la democracia es importante, deberían haber tomado esta decisión hace un año".
--Con la colaboración de Julie Fine y Billy House.
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