El FMI presionará al G-20 para que reduzca los costos de la deuda de los países pobres

EE.UU. y China, los actores más importantes en temas de deuda mundial, analizan una propuesta para presentar a los líderes del grupo en noviembre

Por

Bloomberg — El Fondo Monetario Internacional está intentando reunir a las naciones del Grupo de los 20 en torno a un nuevo esfuerzo para ayudar a los países pobres a reducir la carga de la deuda, evitar los impagos y estabilizar sus economías.

Aunque el plan se encuentra en una fase incipiente, podría abarcar el reescalonamiento de los préstamos existentes, canjes de deuda y garantías crediticias que ayudarían a reducir los costos, según declaró Ceyla Pazarbasioglu -jefe del poderoso Departamento de Estrategia, Política y Revisión del Fondo- a los periodistas en una reunión informativa celebrada el miércoles en Washington.

Vea además: FMI: una lenta desinflación eleva el riesgo de tasas altas por más tiempo

La idea general es ofrecer a los países “un menú de opciones y que podamos decidir conjuntamente con ellos lo que les conviene”, dijo. “Una talla no sirve para todos”.

El impulso del FMI se produce en un momento en que varios países emergentes y en desarrollo, sobre todo de África y Asia meridional, siguen luchando contra las deudas acumuladas antes de la pandemia y agravadas en los dos últimos años por el aumento de los costoss de los préstamos.

El mecanismo existente del G-20, conocido como Marco Común, tiene como objetivo hacer frente a las secuelas de los impagos, más que prevenirlos. Se ha visto obstaculizado por los desacuerdos entre acreedores, incluida China -un importante prestamista de las economías de mercado emergentes en los años anteriores a la pandemia-, así como los tenedores de bonos privados.

La deuda en manos de 30 economías emergentes rastreadas por el Instituto Internacional de Finanzas ascendía a US$28,4 billones en el primer trimestre de este año, frente a los cerca de US$11 billones del mismo periodo de 2014. Algunas estimaciones sitúan los costos anuales del servicio para los países pobres en más de US$400.000 millones.

Lea también: Argentina lastrará crecimiento de LatAm en 2024: así les irá a Brasil y México, según FMI

Esa carga de la deuda está desviando fondos muy necesarios de la inversión y los servicios públicos, según el FMI y su institución hermana, el Banco Mundial.

Más allá de los países que ya han incurrido en impago en los últimos años, como Zambia, Ghana o Sri Lanka, hay otros que luchan contra los elevados costos del servicio de la deuda y el lento crecimiento, en parte debido a las cicatrices económicas relacionadas con el Covid-19.

“Éste es el problema clave en estos momentos”, afirmó Pazarbasioglu. La cuestión “se va a discutir mucho” cuando los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G-20 se reúnan la próxima semana en Brasil, donde el país anfitrión ha puesto un gran énfasis en la desigualdad.

Conseguir que el G-20 se ponga de acuerdo significaría lograr un acuerdo poco frecuente entre EE.UU. y China, los actores más importantes en las conversaciones sobre la deuda mundial, pero rivales cuando se trata de seguridad y comercio. Los dos países ya han discutido las nuevas ideas con el objetivo de tener lista una propuesta para que los líderes del G-20 la aprueben cuando se reúnan en noviembre.

Vea además: Exclusiva | Claudia Sheinbaum responde a Fitch: nada de qué preocuparse por la reforma judicial

La nueva iniciativa sería un "tercer pilar" para ayudar a los países a encauzarse, dijo Pazarbasioglu, junto con el aumento de los ingresos nacionales y un mayor apoyo de los prestamistas multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo. Añadió que este enfoque "holístico" funcionaría en países como Kenia, que se ha visto sacudida por mortíferas protestas contra la subida de impuestos.

Un resultado clave del nuevo esfuerzo sería ayudar a los países a evitar los impagos que pueden conducir a reestructuraciones largas y complicadas, una de las razones por las que el Marco Común ha sido criticado. Pazarbasioglu reconoció el problema, pero defendió el programa.

"El Marco Común ha sido lento, pero está progresando", afirmó.

Lea más en Bloomberg.com