Bloomberg — El calor abrasador que azota Europa oriental y la región del Mar Negro está marchitando el maíz en un momento crucial del desarrollo de la cosecha, lo que hace temer una escasez de suministros.
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Las temperaturas han superado los 38C (100F) en Ucrania - uno de los principales cargadores mundiales de maíz. Rumanía -uno de los principales productores de la Unión Europea- se encuentra en plena sequía. Las inclemencias del tiempo llegan cuando la cosecha se encuentra en una fase crítica de polinización. El calor podría impedir la formación de granos o hacer que las plantas existentes se marchitaran.
"Diez días de julio observamos temperaturas superiores a 35 grados. Ninguna abeja poliniza a estas temperaturas", dijo por teléfono Tetiana Adamenko, jefa del departamento de agricultura del Centro Nacional de Hidrometeorología de Ucrania. "Preliminarmente parece que la cosecha de maíz va a ser entre un 20 y un 30% inferior a lo esperado".
Se espera que las exportaciones de maíz del país disminuyan alrededor de una quinta parte en la temporada 2024-25, ya que tanto las superficies de siembra como los rendimientos serán menores. Strategie Grains ha revisado ligeramente a la baja sus estimaciones para la cosecha de maíz de la Unión Europea, en su último informe.
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Rumanía planea pedir ayuda a la Unión Europea para compensar a sus agricultores por los daños de más de 500 millones de euros (US$546 millones) en las cosechas de más de 2 millones de hectáreas de maíz y girasol del país, según declaró el ministro de Agricultura, Florin Barbu, en una entrevista a la agencia estatal de noticias Agerpres.
La caída de la producción de maíz amenaza con reducir las reservas y elevar los costes para alimentar a los rebaños de ganado en el continente, con los precios locales resistiendo el reciente descenso de los futuros de referencia de Chicago. Los daños en las cosechas también ponen de relieve los riesgos para la seguridad alimentaria y el coste de la vida a medida que el cambio climático afecta a los agricultores de todo el mundo.
Este mes se registraron temperaturas récord en varias ciudades ucranianas y tanto Bulgaria como Rumanía tuvieron su junio más caluroso jamás registrado. Rumanía ha advertido de que las temperaturas podrían superar los 40ºC al menos hasta el miércoles, lo que afectaría a las reservas de agua tanto para la agricultura como para la producción de electricidad, según el ministro de Energía, Sebastian Burduja.
"No es sólo la falta de precipitaciones, ahora es la reserva de agua del suelo", dijo Marius Somesan, un agricultor de Teleorman, en Rumanía, que cultiva trigo, cebada, girasoles y una pequeña cantidad de maíz. Incluso después de cavar hasta un metro en la tierra, dijo que no hay agua ya que "todo se está secando". Toda el agua ya se la han llevado las plantas".
--Con la colaboración de Andra Timu, Slav Okov y Eamon Akil Farhat.
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