Bloomberg Línea — El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó a la baja su pronóstico de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe en 2024, recortándolo una décima hasta el 1,9%, lastrado por el desempeño de la economía de Argentina que se contraerá este año un 3,5%.
El organismo espera que la economía regional se expanda un 2,7% en el 2025, por encima de las previsiones del 2,5% de abril. La estimación del año pasado es que la economía creció un 2,3%, por debajo del 4,2% del 2022.
Las proyecciones apuntan a que la economía de Argentina se contraerá un 3,5%, lo que significa que las previsiones se han empeorado siete décimas frente al reporte de abril, y en 2025 se mantiene la expectativa de que el PIB se expanda un 5%.
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Dentro de las grandes economías regionales, la proyección es que Brasil crecerá 2,1% este año y México un 2,2%, ambos por encima del promedio regional.
“Se ha revisado a la baja el crecimiento para 2024 en Brasil, como reflejo del impacto a corto plazo de las inundaciones, y en México, debido a la moderación de la demanda”, señala el reporte.
En el caso de Brasil, la expectativa es que la economía crezca un 2,4% en 2025, lo que significó una mejora de tres décimas frente a la previsión de abril.
Y en México, el PIB se expandiría un 1,6% el próximo año, una mejora de 0,2 en comparación con abril.
“Se ha revisado al alza el crecimiento en 2025 en Brasil para reflejar la reconstrucción tras las inundaciones y factores estructurales favorables (por ejemplo, la aceleración de la producción de hidrocarburos)”, dice el documento.
En junio, el Banco Mundial (BM) proyectó que la economía de Latinoamérica y el Caribe crecería un 1,8% en 2024, -0,5 puntos porcentuales por debajo de las previsiones de enero, en tanto que para 2025 espera que repunte hasta el 2,7%, conforme las tasas de interés se normalicen y baje la inflación.
Según el BM, en la región, el mejor desempeño para el 2024 lo obtendrá Guyana, con un crecimiento del 34,3%, por encima del 33% estimado en el 2023. También destaca el desempeño de República Dominicana, cuya economía crecería 5,1%, por encima del 2,4% del año pasado. En la otra cara, la economía de Argentina se contraerá un 3,5% y la de Haití un 1,8%.
El desempeño de la economía de Latinoamérica previsto para este año por el FMI está por debajo de la proyección para los mercados emergentes y economías en desarrollo, pues el FMI espera que el PIB se expanda en promedio un 4,3% tanto en 2024 como en 2025.
El Fondo Monetario Internacional ahora prevé que la economía mundial crecerá un 3,2% en 2024 y un 3,3% en 2025.
“El crecimiento en las principales economías avanzadas se está alineando más a medida que se cierran las brechas de producción”, según el FMI.
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Los riesgos para el crecimiento económico mundial, según el FMI
Algunos riesgos asociados al crecimiento de la economía mundial este año tienen que ver con el alza de la inflación ante “la falta de progresos en la desinflación de los servicios y las presiones sobre los precios derivadas de nuevas tensiones comerciales o geopolíticas”.
Las proyecciones apuntan a que la inflación mundial se desacelerará al 5,9% este año, frente al 6,7% del año pasado, “en vías de un aterrizaje suave”, escribió Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del Fondo Monetario Internacional.
Agregó que a pesar de esto, en algunas economías avanzadas, especialmente Estados Unidos, “el progreso en materia de desinflación se ha desacelerado y los riesgos apuntan al alza”.
Además, señaló el organismo, la escalada de las tensiones comerciales podría contribuir a incrementar el coste de los bienes importados a lo largo de la cadena de suministro.
Según el FMI, “el riesgo de inflación elevada ha aumentado las perspectivas de tipos de interés más altos, lo que a su vez incrementa los riesgos externos, fiscales y financieros”.
Otro de los riesgos asociados al desempeño de la economía mundial tiene que ver con una apreciación prolongada del dólar, derivada de las disparidades de tipos, que “podría perturbar los flujos de capital e impedir la relajación prevista de la política monetaria, lo que podría repercutir negativamente en el crecimiento”.
“La persistencia de tipos de interés elevados podría aumentar aún más los costes de los préstamos y afectar a la estabilidad financiera si las mejoras fiscales no compensan el aumento de los tipos reales en un contexto de menor crecimiento potencial”, apuntó el organismo.
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