Bloomberg Línea — Subestimadas alguna vez por el propio Elon Musk, las marcas de vehículos eléctricos (VE) de China como el gigante BYD siguen ganando terreno en mercados emergentes como Latinoamérica, en donde Brasil y México se han constituido en los principales centros de inversión en la región, dijeron a Bloomberg Línea especialistas de la firma francesa Allianz Trade, que ha seguido la evolución de este mercado.
Mientras en Brasil Chery y GWM ya han instalado fábricas y BYD va a invertir R$3.000 millones (unos US$552 millones) para construir en el país su primera fábrica de vehículos eléctricos fuera de Asia, en México 33 proveedores chinos de automóviles estaban registrados, 18 de los cuales exportaban a Estados Unidos. BYD también alista la posible construcción de una planta en México que generaría 10.000 nuevos empleos, según informaciones de la prensa.
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“Solo en abril, las exportaciones de vehículos eléctricos chinos a Brasil se multiplicaron por 13 en términos interanuales, alcanzando las 40.000 unidades. Esto convierte a Brasil en el mayor mercado de exportación de VE chinos por segundo mes consecutivo”, respondieron a Bloomberg Línea el economista sénior de Mercados Emergentes en esa firma, Luca Moneta, y Yao Lu, consultor sectorial de Allianz Trade.
Destacan que México es una plataforma ideal para acceder al mercado estadounidense con vehículos o componentes producidos localmente por empresas de propiedad mixta.
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Aunque la evolución del panorama político estadounidense podría dar lugar a un mayor escrutinio de las prácticas comerciales de México en el marco del acuerdo T-MEC, lo que aumentaría la complejidad de la relación económica.
De acuerdo a cifras aportadas por Allianz Trade a Bloomberg Línea, un 14% de los vehículos eléctricos fabricados en China se destinan a América Latina y si bien las exportaciones a México han aumentado significativamente, señalan que el valor de estas “sigue siendo relativamente pequeño”.
En una reciente entrevista con Bloomberg Línea, el presidente y director general de Renault-Sofasa, el argentino Ariel Montenegro, dijo que China tiene la ventaja de tener un alto volumen de producción, “que les está permitiendo llegar a todos los países del mundo de forma muy competitiva y muy agresiva”.
“Las nuevas marcas y constructores chinas han evolucionado muy bien, producto de un mercado interno que es hoy es el mayor del mundo, con 29 millones de carros comercializados por año en China. Esto ha permitido que florezcan nuevas marcas”, dijo.
Luca Moneta y Yao Lu señalan que además de Brasil y México, han observado un aumento de la actividad de las marcas de vehículos eléctricos chinos en mercados como Argentina, Chile y Perú.
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Mientras tanto, Tesla (TSLA) avanza en su propia carrera por el mercado latinoamericano, pero se concentra en las principales economías. En 2011, Musk desestimó al ahora gigante BYD, al expresar que no era “particularmente atractivo” y que su tecnología no era potente. En el segundo trimestre del año, la marca de automóviles más fuerte de China vendió casi 1 millón de modelos y en el segmento de carros puramente eléctricos despachó 426.000 unidades.
Las proyecciones de firmas como Statista apuntan a que los ingresos del mercado de vehículos eléctricos alcancen en Latinoamérica los US$1.866 millones en 2024. Con una tasa de crecimiento anual del 17,11%, prevé que el volumen de mercado llegue a los US$3.510 millones en 2028.
Según Statista, “desde una perspectiva internacional, la mayor parte de los ingresos se generarán en China (US$319.000 millones en 2024″.
Empresas de carros chinas también se fijan en materiales críticos
Desde la perspectiva de la cadena de suministro de vehículos eléctricos, los analistas de Allianz Trade explican que las empresas mineras chinas y los fabricantes de baterías han aumentado sus inversiones en Chile, Argentina y Bolivia en los últimos años debido a las ricas reservas de litio en estos países, que ayudan a asegurar materiales esenciales para la producción de vehículos eléctricos.
“Varios fabricantes de automóviles chinos están aprovechando el potencial de crecimiento y la importancia estratégica de América Latina para ampliar su presencia global, diversificar sus mercados y satisfacer la creciente demanda de vehículos en la región”, apuntaron.
Aunque en este contexto, la relación comercial también está experimentando profundos cambios, “con aranceles de exportación a la región relativamente altos”. Detallan que Argentina, por ejemplo, mantiene un arancel del 35% para los VE chinos y Brasil tiene previsto aumentar gradualmente el tipo hasta el 35% en 2026.
No obstante, en la otra cara se tiene que algunos países latinoamericanos, como Chile, “tienen acuerdos de cooperación comercial favorables con China e imponen aranceles cero a las importaciones chinas, lo que ofrece oportunidades para reducir los costes comerciales y aprovechar los acuerdos de libre comercio existentes”.
Este es el panorama para las principales marcas de carros eléctricos chinos en la región, de acuerdo a las perspectivas de Allianz Trade:
- BYD (Build Your Dreams): ha realizado inversiones por alrededor de US$910 millones en Brasil y Chile hasta 2023. En febrero de 2024, realizó un estudio de viabilidad para la construcción de una planta en México.
- Chery Automobile: ha establecido una presencia significativa en varios mercados latinoamericanos, como Argentina, Brasil y Chile. Está centrando en ampliar sus capacidades de producción, introducir nuevos modelos y aumentar sus redes de concesionarios.
- Great Wall Motors: ha anunciado que su fábrica en Brasil entrará en funcionamiento, con planes de lanzar diez vehículos eléctricos en el país para 2025. Está trabajando en la región para establecer plantas de ensamblaje y aumentar su alcance en el mercado mediante la ampliación de sus redes de concesionarios.
- JAC Motors: ha estado activa en mercados como Brasil y Perú, ofreciendo una gama de vehículos de pasajeros y comerciales. También está invirtiendo en la ampliación de su red de servicios y concesionarios.
- Geely: ha entrado en varios mercados latinoamericanos, entre ellos Perú, donde se está centrando en crear una red de servicios posventa y ampliar su presencia en los concesionarios para mejorar la experiencia y la asistencia al cliente.
¿Qué retos y oportunidades representa esta influencia china para el sector del comercio de automóviles?
Para los analistas, la influencia de las marcas de vehículos chinos puede contribuir a acelerar la transición energética en la región y al mismo tiempo ayudar a reducir los costes de los carros eléctricos, beneficiando a los consumidores y a las emisiones relacionadas con la movilidad.
Pero para Luca Moneta y Yao Lu, la creciente presencia de China en los sectores automovilístico y extractivo también podría amplificar las consecuencias medioambientales y sociales de ampliar la capacidad de fabricación y la extracción de materias primas esenciales.
Este es un factor relevante en una región como Latinoamérica, que presenta obstáculos referentes a normativas claras, reducción de la desigualdad y controles oportunos y eficaces.
“Para las potencias automovilísticas establecidas en Europa, EE.UU., Japón y Corea del Sur, preocupan el acceso a materiales esenciales, las amenazas a las industrias locales, los riesgos políticos y las tensiones geopolíticas”, matizaron Luca Moneta, y Yao Lu.
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Específicamente sobre Latinoamérica, expresaron que la afluencia de inversiones chinas podría impulsar el crecimiento económico, crear empleo y mejorar la base manufacturera, al tiempo que intensifica la competencia para los fabricantes locales e internacionales ya establecidos.
Al mismo tiempo, consideran que esto puede empujar a los demás fabricantes para que innoven y reduzcan costes, lo que puede suponer un reto para aquellas con menos capital o conocimientos tecnológicos.
“Las marcas chinas también pueden enfrentarse al escepticismo inicial sobre la calidad y fiabilidad de sus vehículos. Superar estas percepciones requiere importantes esfuerzos de marketing y un suministro constante de productos de alta calidad”, remataron.