Bloomberg — La conferencia de prensa del presidente Joe Biden en la cumbre de la OTAN equivale a un momento decisivo en su intento de acallar una batería de preocupaciones en casa y en el extranjero sobre su campaña presidencial de 2024.
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Biden recibió nuevos golpes el jueves, cuando el New York Times informó de que algunos asesores del presidente han discutido formas de persuadirle para que renuncie a ser el candidato y que su campaña estaba sondeando a los votantes sobre un hipotético cara a cara entre Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris.
Más tarde, en un evento al margen de la cumbre de la OTAN, Biden provocó sorpresa cuando identificó erróneamente al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy como el presidente ruso Vladimir Putin al presentarlo en el escenario. Si bien el presidente estadounidense se corrigió posteriormente y dijo que Zelenskiy “derrotaría al presidente Putin”, la metedura de pata fue rápidamente resaltada por los republicanos en las redes sociales y subrayó aún más la propensión de Biden a los errores verbales.
Esos acontecimientos sólo intensificarán las persistentes dudas de los miembros del partido sobre su capacidad para derrotar a Trump en noviembre y servir otros cuatro años, a pesar de un esfuerzo de semanas para apuntalar el apoyo. Los principales asesores políticos de Biden se dirigen al Capitolio el jueves por la tarde antes de las declaraciones del presidente, un intento de calmar a los senadores que han pasado los últimos días casi presionando a Biden para que considere abandonar la carrera.
Biden accidentally calls Ukraine's leader 'President Putin' pic.twitter.com/XWgpFiN5ga
— The Spectator Index (@spectatorindex) July 11, 2024
El senador Richard Blumenthal, de Connecticut, dijo que algunas de sus preocupaciones se disiparon en la reunión, mientras que otras se profundizaron. No dio más detalles. El senador Bernie Sanders, que compitió contra Biden en las primarias demócratas de 2020, expresó su confianza en el presidente. “Joe Biden va a ganar estas elecciones”, dijo.
Por otra parte, el número de demócratas de la Cámara de Representantes que piden que Biden se retire aumentó a más de una docena, incluidos Ed Case de Hawái y Greg Stanton de Arizona.
“Por el bien de la democracia estadounidense y para seguir avanzando en nuestras prioridades compartidas, creo que es hora de que el presidente deje de ser nuestro candidato”, dijo Stanton en un comunicado.
La campaña de Biden publicó un alegre memorándum en el que restaba importancia a las encuestas que le muestran por detrás de Trump, calificando la contienda de “carrera con margen de error” en los estados disputados y afirmando que “no hay indicios” de que otro demócrata pudiera competir mejor contra el republicano. En última instancia, Biden necesitará dar un giro radical a las percepciones cuando se presente ante los medios de comunicación reunidos al término de la cumbre de la OTAN.
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Una buena actuación podría ayudar a Biden, de 81 años, a tranquilizar a los ansiosos demócratas y a los líderes mundiales y a frenar las luchas internas en torno a su candidatura. Cualquier tropiezo es prácticamente seguro que intensificará la presión sobre él para que se haga a un lado.
El portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, dijo que los ayudantes de Biden no hablaban "inequívocamente" de que el presidente se hiciera a un lado y que su "equipo le apoya firmemente". Pero el memorando se produjo después de que altos cargos demócratas y antiguos ayudantes de Biden pidieran públicamente a su equipo que explicara cómo seguía siendo viable su candidatura.
"Aunque no hay duda de que ha aumentado la ansiedad tras el debate, no estamos viendo que esto se traduzca en un cambio drástico en la proporción de votos", escribieron en un memorando la presidenta de la campaña, Jennifer O'Malley Dillon, y la directora de campaña, Julie Chávez Rodríguez.
Pero el apoyo del presidente se estaba erosionando rápidamente entre los demócratas clave. La ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, declinó el miércoles ofrecer a Biden un respaldo rotundo, diciendo en MSNBC que “depende del presidente decidir si va a presentarse”.
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Pelosi sugirió que la cumbre de la alianza en Washington sería un momento crucial para que Biden demuestre su liderazgo en la escena mundial, e instó a sus colegas a "aguantar" sus opiniones sobre el presidente "hasta que veamos cómo nos va esta semana".
Muchos demócratas ignoraron ese consejo. Peter Welch, de Vermont, se convirtió en el primer senador demócrata en activo en respaldar públicamente la sustitución de Biden como candidato. La representante Hillary Scholten, que consiguió un escaño republicano en Michigan y se enfrenta a una dura carrera por la reelección, se convirtió en el último miembro de la Cámara que exige al presidente que ponga fin a su intento de conseguir un segundo mandato.
El actor George Clooney, que fue el anfitrión de una espléndida recaudación de fondos en Los Ángeles en la que se recaudaron US$30 millones para Biden, escribió en un artículo de opinión en el New York Times que el Partido Demócrata debería tener un nuevo candidato porque Biden es demasiado viejo y no puede ganar las elecciones, un sentimiento que, según dijo, comparten en privado todos los legisladores con los que ha hablado. Otros iconos de Hollywood que han organizado actos en beneficio de la campaña de Biden -entre ellos el actor Michael Douglas y el director Rob Reiner- se hicieron eco de esas preocupaciones.
Un 56% de los demócratas quiere que Biden se haga a un lado, aunque el presidente sigue empatado a 46% con Trump entre los votantes registrados en todo el país, según una encuesta del Washington Post/ABC News/Ipsos publicada el jueves. En general, el 85% de los adultos encuestados dijo que Biden es demasiado viejo para servir otro mandato.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, está abierto a sustituir a Biden, informó Axios el miércoles. El principal demócrata dijo a Bloomberg News tras el informe: “Estoy a favor de Joe”.
El personal de Biden ha promocionado su comparecencia del jueves como una rueda de prensa sustancial, sugiriendo que incluirá una fulminante y larga sesión de preguntas y respuestas con los periodistas.
Todo lo que no sea eso, incluido el tipo de compromisos con los medios de comunicación estrechamente controlados que han sido habituales durante la presidencia de Biden, probablemente desalentará a los legisladores demócratas que han instado al presidente a hablar sin guiones y a sincerarse con el pueblo estadounidense sobre su aptitud para el cargo.
Biden continuó esta semana su intento de cerrar filas entre los demócratas y cimentar el apoyo entre aliados clave, convocando una reunión de alcaldes demócratas y hablando ante la coalición laboral AFL-CIO. “Pienso en ustedes como mi OTAN doméstica”, dijo Biden a los responsables sindicales el miércoles. Aceptó participar en otra entrevista televisiva en horario de máxima audiencia el lunes con la NBC.
También trató de dar una buena imagen ante los líderes de la OTAN, pronunciando el martes un encendido discurso en el que elogió a la alianza y sorprendió al secretario general saliente, Jens Stoltenberg, concediéndole la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor civil estadounidense. Pelosi calificó las declaraciones de Biden de "espectaculares".
El nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, defendió la capacidad de Biden y dijo a la BBC que el presidente estadounidense estuvo “en buena forma” en su reunión del miércoles en la Casa Blanca. Esos sentimientos se hicieron eco de la valoración del primer ministro holandés, Dick Schoof, que calificó a Biden de “presidente fuerte”.
Los líderes reunidos en la reunión de la OTAN en Washington examinaron de cerca cada uno de los movimientos de Biden. Las especulaciones en torno al destino de Biden llegaron a tal punto en la cumbre que entre algunas delegaciones aliadas circuló el rumor de que el presidente planeaba aprovechar su conferencia de prensa del jueves para anunciar que abandonaba la carrera.
Un alto funcionario europeo dijo que Biden parecía viejo, mientras que otro funcionario que también asistió a la cumbre del Grupo de los Siete del mes pasado dijo que entonces parecía que el estado del presidente empeoraba, pero que en la OTAN parecía más agudo.
Otros diplomáticos elogiaron el discurso de Biden en el que ensalzó el valor de la alianza transatlántica y su apoyo a Ucrania. Algunos líderes europeos han expresado su preocupación por que Trump pueda retirar a EEUU de la escena mundial si gana en noviembre. Un funcionario dijo que era lamentable que gran parte de la atención de la cumbre se centrara en la apariencia de Biden en comparación con la sustancia.
El primer ministro luxemburgués, Luc Frieden, declaró en una entrevista que Biden causó "una impresión muy enérgica" y rebatió la idea de que el presidente "no fuera capaz de dirigir la OTAN como miembro principal".
"Me parece un poco sorprendente que la gente juzgue a una persona por una sola actuación en televisión", dijo Frieden, refiriéndose al debate.
Una aparición enérgica de Biden en la cumbre sigue pareciendo poco probable que aclare el sombrío panorama en las capitales extranjeras y en los pasillos del Congreso.
"Ni la conferencia de prensa de esta noche ni la entrevista de la NBC del lunes por la noche ofrecerán al presidente la salvación política que parece estar buscando". El representante Ritchie Torres, de Nueva York, publicó en X. "Si el Presidente se convierte formalmente en el candidato demócrata, no tendremos más remedio que sacar lo mejor de una situación complicada".
--Con la colaboración de Stephanie Lai, Courtney McBride, Natalia Drozdiak, Andrea Palasciano, Alberto Nardelli, Erik Wasson y Donato Paolo Mancini.
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