Riesgo de huracanes lleva a un banco caribeño a blindar sus finanzas contra catástrofes

Gobiernos y multilaterales están recurriendo a este tipo de mecanismos para aliviar el golpe que suponen las tormentas, cada vez más destructivas y frecuentes

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Bloomberg — El huracán Beryl arrasó el Caribe la semana pasada, dejando a los gobiernos de las pequeñas islas apresurándose a encontrar fondos para los miles de millones de dólares en daños.

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Fue el tipo de situación para la que Stefano Capodagli está intentando prepararse en el Banco de Desarrollo del Caribe, uno de los mayores prestamistas de dichos gobiernos.

Está tratando de blindar las finanzas regionales contra el cambio climático con un plan que añadiría cláusulas que permitan a los prestatarios suspender los pagos durante al menos dos años después de una catástrofe grave, liberando así dinero para la reconstrucción. El plan también permite al banco de desarrollo retrasar los pagos de los empréstitos que utiliza para financiar los préstamos.

“Estamos creando resiliencia ante las catástrofes naturales en una región muy expuesta al impacto de los grandes huracanes, como hemos visto en Bahamas, Antigua, Santa Lucía y Jamaica y en otras naciones”, declaró el director de riesgos.

El banco aún está desarrollando el plan. En otros lugares se han planteado dudas sobre cómo medir si una catástrofe es lo bastante fuerte como para activar las cláusulas, aunque cause estragos económicos.

Los gobiernos y las instituciones multilaterales están recurriendo a este tipo de mecanismos para aliviar el golpe que suponen las tormentas, cada vez más destructivas y frecuentes. Dos islas caribeñas - Barbados y Granada - incluyeron cláusulas anticiclónicas en los contratos de bonos después de que reestructuraran su deuda. Grandes prestamistas como el Banco Mundial también han anunciado cláusulas de resistencia climática. Y la emisión de bonos para catástrofes -que pagan si hay un desastre- alcanzó un récord este año.

Las medidas financieras están cobrando urgencia en medio del aumento de la temperatura de los océanos y el cambio a las condiciones de La Niña, que facilitan el desarrollo de las tormentas. Los científicos de la Universidad Estatal de Colorado prevén una temporada de huracanes bastante más activa que la media histórica, con 25 tormentas con nombre y seis huracanes de gran intensidad. Beryl, la tormenta de categoría 5 más temprana de la que se tiene constancia, causó hasta US$1.500 millones de daños en las pequeñas islas Windwards antes de golpear Jamaica, las islas Caimán, México y EE.UU., según un análisis de CoreLogic.

Impulsar la cartera de préstamos

El Banco de Desarrollo del Caribe desplegará la estructura de su plan el próximo año y aplicará gradualmente las cláusulas más adelante.

"El cambio climático es una amenaza muy relevante para nuestros miembros, por lo que se trata de una prioridad", afirmó Capodagli.

El banco tiene la intención de recurrir al mercado internacional de bonos para vender hasta US$300 millones, probablemente el año que viene. Los actuales bonos en dólares con vencimiento en 2027 se negocian a unos 98 centavos de dólar.

También quiere aumentar su cartera de préstamos de us$1.500 millones y está en conversaciones con los gobiernos para captar más capital social. Aunque su cartera es relativamente pequeña, Capodagli dijo que sus préstamos desempeñan un papel vital en las finanzas de muchos de sus 19 miembros prestatarios, que incluyen lugares como Haití y Montserrat.

"Estamos hablando de islas pequeñas con una capacidad de endeudamiento limitada, por lo que para algunos de estos países que ni siquiera tienen calificación crediticia, nuestra contribución es clave y crucial para sus presupuestos", afirmó.

--Con la colaboración de Jim Wyss y Felipe Marques.

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