Las emisiones de carbono de Google incrementaron un 48% en cinco años por la IA

Un nuevo informe muestra que el boom de la inteligencia artificial pondrá a prueba los compromisos climáticos de las empresas tecnológicas

Un nuevo informe muestra que el auge de la inteligencia artificial pondrá a prueba los compromisos climáticos de las tecnológicas de Silicon Valley.
Por Rachel Metz
06 de julio, 2024 | 12:24 PM

Bloomberg — Las emisiones de Google se incrementaron prácticamente a un 50% en cinco años, ya que la compañía ha introducido la IA en varios de sus más importantes productos, dificultando así el alcance de su objetivo de erradicar las emisiones de carbono para el año 2030, de acuerdo con un nuevo informe medioambiental del coloso tecnológico.

Este informe anual se ha hecho público este martes y describe los avances de Google en la consecución de sus objetivos en el ámbito medioambiental durante el último año. Según explicó esta unidad de Alphabet Inc. (GOOGL), sus emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron un total de 14,3 millones de toneladas métricas de CO₂ equivalentes a lo largo de 2023.

El creceimiento de la IA está trastocando los planes y obejtivos de Google sobre la reducción de emisiones de carbono. Fotógrafo: David Paul Morris/Bloomberg

Esto supone un 48% superior al de 2019, según la empresa, y un 13% más alto que en 2022.

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Google explicó que la causa es el mayor consumo de energía de sus centros de datos y de las emisiones derivadas de su cadena de suministro, e indicó que su empeño en incorporar inteligencia artificial a sus productos podría complicar la tarea de reducir sus emisiones a futuro.

“Conforme vayamos integrando más la inteligencia artificial en nuestros productos, la disminución de las emisiones puede constituir un reto derivado de las crecientes exigencias energéticas derivadas de la mayor intensidad de cálculo de la IA, y de las emisiones vinculadas a los incrementos previstos de nuestra inversión en infraestructura técnica”, señaló Google en el informe.

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Desde hace algunos años, la compañía con sede en Mountain View (California) afirma que tiene previsto eliminar este tipo de emisiones de sus operaciones para el año 2030.

La inteligencia artificial, y en particular la IA generativa, que toma las entradas del usuario y da nuevos contenidos como texto, imágenes o canciones, es extremadamente intensiva en recursos, como demostró una reciente investigación de Bloomberg News. A medida que la tecnología crece rápidamente, se necesitan cada vez más centros de datos para construirla y hacerla funcionar, lo que conlleva un aumento de las necesidades energéticas.

El drástico aumento de las demandas de energía derivado del enfoque de crecimiento a toda costa de la IA de Silicon Valley amenaza con descarrilar los planes de transición energética de naciones enteras, así como los objetivos de energía limpia de empresas tecnológicas valoradas en billones de dólares.

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En algunos países, como Arabia Saudí, Irlanda y Malasia, la energía necesaria para hacer funcionar a pleno rendimiento todos los centros de datos que planean construir supera el suministro disponible de energías renovables, según un análisis de Bloomberg de los últimos datos disponibles.

Google no es la primera gran empresa tecnológica que cita el rápido crecimiento de la IA como un obstáculo para alcanzar los objetivos medioambientales.

En mayo, Microsoft Corp. (MSFT) dijo que sus emisiones de carbono habían aumentado un 30% desde 2020, a medida que la empresa invertía cada vez más en IA. El aumento hizo que el objetivo de esa empresa de llegar a menos de cero emisiones netas en 2030 fuera aún más difícil de lo que era cuando anunció su objetivo de carbono negativo.

Sasha Luccioni, responsable de clima de la startup Hugging Face Inc, dijo que los datos muestran que las empresas tecnológicas no estaban previendo el crecimiento masivo de la IA cuando fijaron sus objetivos medioambientales. “No podían haberlo hecho”, afirmó. “El año de referencia en ese informe de Google era 2019, definitivamente no lo anticiparon”.

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Las empresas se han visto sorprendidas tanto por la cantidad de energía necesaria para construir esa tecnología, dijo Luccioni, como por la cantidad de energía necesaria para hacerla funcionar.

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