Bloomberg — La caída del sector inmobiliario residencial chino se desaceleró aún más en junio, tras los esfuerzos del Gobierno por poner un suelo al mercado de la vivienda en algunas de sus mayores ciudades.
El valor de las ventas de viviendas nuevas de las 100 mayores inmobiliarias cayó un 17% respecto al año anterior, hasta los 439.000 millones de yuanes (US$60.000 millones), frente al descenso del 34% registrado en mayo, según datos preliminares de China Real Estate Information Corp.
La caída más lenta se produjo después de que tres de las mayores ciudades del país -Shanghai, Shenzhen y Guangzhou- aplicaran medidas de flexibilización a finales de mayo, recortando los pagos iniciales y permitiendo hipotecas más baratas, después de que el gobierno central diera a conocer un amplio paquete de rescate inmobiliario. La capital, Pekín, se convirtió en la cuarta de las llamadas ciudades de nivel 1 en seguir su ejemplo en los últimos días.
El giro en la trayectoria de las ventas de viviendas nuevas puede ofrecer cierto alivio a la economía china, que va camino de incumplir el objetivo oficial de crecimiento del 5% fijado por el gobierno para este año, según estimó Bloomberg Economics esta semana. El desplome inmobiliario ha obstaculizado el crecimiento a pesar de un aluvión de medidas de apoyo, incluso cuando otros indicadores económicos, incluida la producción industrial, se han estabilizado.
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La relajación ha impulsado las ventas de viviendas nuevas en el sur de Shenzhen y Guangzhou en junio, con una media diaria de unidades vendidas en los primeros 25 días de más del 30% respecto a mayo, según mostraron los datos de China Index Holdings. Esto ha provocado leves ganancias en Shanghai, con un aumento de las ventas del 11%.
Aun así, las medidas de apoyo a la vivienda adoptadas hasta la fecha no han logrado detener una caída más generalizada. Dos empresas de calificación crediticia rebajaron recientemente sus previsiones para el mercado inmobiliario chino: la unidad en tierra de S&P Global Ratings y Fitch Ratings prevén ahora que las ventas anuales de viviendas caigan al menos un 15% con respecto al año pasado.
Los economistas de Wall Street prevén nuevas medidas y financiación adicional en el intento de Pekín de apuntalar el mercado, después de que los máximos responsables políticos instaran a los funcionarios en una reunión del gabinete a principios de este mes a mantener una “mente abierta” sobre las políticas para reducir el inventario de viviendas y ser más “creativos y audaces” en el despliegue de medidas de apoyo.
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Los promotores inmobiliarios con problemas de liquidez, muchos de ellos en situación de impago desde hace más de un año, cuentan con una reactivación de las ventas para persuadir a los tenedores de deuda y luchar contra su liquidación.
A principios de esta semana, un tribunal de Hong Kong concedió a Kaisa Group Holdings Ltd. más semanas para trabajar en su plan de reestructuración de la deuda, pero también se le advirtió de que ésta podría ser la última oportunidad de la empresa. Dexin China Holdings Co. se convirtió la semana pasada en la última constructora a la que un tribunal de Hong Kong ordenó liquidar.
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La financiación para los promotores se ha mantenido débil desde que el gobierno elaboró una "lista blanca" de empresas inmobiliarias que pueden optar a préstamos a finales del año pasado. Un amplio indicador de la financiación para promotores, que incluye préstamos, bonos e ingresos procedentes de la venta de viviendas, siguió reduciéndose fuertemente en mayo, un 24% menos que un año antes, según mostraron los últimos datos oficiales.
Los inversores aún no están convencidos de que la caída de la vivienda haya alcanzado un punto de inflexión. Las acciones de las promotoras chinas se han hundido aún más en un mercado bajista, cayendo más de un 25% desde el máximo alcanzado a mediados de mayo.
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