Bloomberg — Las acciones de Nike Inc. (NKE) se hundieron después de que las perspectivas para todo el año de la compañía de zapatillas deportivas no cumplieran las expectativas, avivando las preocupaciones de los inversores sobre la disminución de la demanda y la competencia de las nuevas On y Hoka, así como de su rival Adidas AG.
El propietario de las marcas Jordan y Converse prevé un descenso de los ingresos de un dígito en el actual ejercicio fiscal de la empresa, que comenzó este mes. Los analistas habían esperado un crecimiento de alrededor del 2% este año, según las estimaciones recopiladas por Bloomberg.
Las acciones caían hasta un 18% este viernes por la mañana, la mayor caída de Nike desde 2001. A las 9:35 de la mañana, la caída había aniquilado cerca de US$23.000 millones en valor de mercado. Las acciones ya habían caído un 17% en los últimos 12 meses.
Otros minoristas deportivos como JD Sports Fashion Plc y Puma SE se vieron arrastrados a la baja. Adidas subió a primera hora del viernes en Frankfurt, pero la acción borró más tarde la ganancia.
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Tras años de dominio, Nike se esfuerza por producir calzado de éxito que sustituya a los modelos más vendidos, como las Air Force 1 y las Dunk. El empeoramiento de los resultados aumenta la presión sobre el CEO John Donahoe. Donahoe ha recurrido a despidos y otras medidas de ajuste después de que una iniciativa para dar prioridad a los canales de venta propios de Nike no produjera los niveles prometidos de beneficios y crecimiento.
En los últimos años, Nike también ha reducido su dependencia de socios minoristas, que a su vez han empezado a impulsar marcas rivales. La oleada de competencia de marcas más recientes, como On Holding AG (ONON) y Hoka, de Deckers Outdoor Corp. (DECK), empujó a Nike a prometer que daría prioridad a los deportes, los nuevos productos y los socios mayoristas.
La trayectoria contrasta con la de Adidas, cuyo nuevo CEO, Bjorn Gulden, ha vuelto a apostar por los socios minoristas y ha acelerado la introducción de nuevos productos, como la zapatilla retro Samba, que se ha convertido en un éxito y ha impulsado una nueva era de crecimiento. También ha afinado el enfoque de la empresa en el rendimiento atlético.
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Los ingresos de Nike en el cuarto trimestre cayeron un 1,7%, hasta US$12.600 millones, por debajo de la media de las estimaciones de los analistas. La filial Converse, conocida por sus zapatillas Chuck Taylor, fue la más rezagada: sus ingresos cayeron un 18% debido a las escasas ventas tanto en Norteamérica como en Europa Occidental.
Donahoe asumió el cargo de CEO de Nike en enero de 2020, tras muchos años al frente de empresas tecnológicas como ServiceNow Inc. y eBay Inc. Antes de eso, había pasado casi dos décadas en la consultora de gestión Bain & Company Inc, donde en 1999 se convirtió en CEO.
Algunos analistas han criticado el enfoque de liderazgo de Donahoe, con Sam Poser de Williams Trading argumentando recientemente que los actuales altos ejecutivos de Nike carecen del “instinto y la experiencia que tenía el equipo anterior”. Eso ha dejado a Nike en una situación de “modelo de empuje”, dijo Poser, por el que una empresa tiene que tratar de convencer a los consumidores para que compren sus productos, en lugar del escenario opuesto, en el que la gente lucha por hacerse con los zapatos y la ropa de una empresa.
Se trata de una marcada diferencia respecto a lo que Nike experimentó durante gran parte de la pasada década, durante la cual básicamente duplicó sus ingresos, pasando de US$25.000 millones en 2013 a más de US$50.000 millones. Aunque las ventas anuales cayeron durante el inicio de la pandemia del Covid en 2020, el crecimiento ha sido notable hasta los últimos trimestres.
Ahora, los líderes de Nike están pidiendo paciencia mientras la compañía busca acelerar el lanzamiento de nuevas franquicias en las categorías de fitness y estilo de vida en la segunda mitad de este año fiscal y luego traer más productos nuevos en los próximos dos años.
“Una recuperación de esta envergadura lleva su tiempo”, declaró el director financiero Matt Friend durante la reunión de la empresa con los analistas. Pero advirtió que el cambio de la gama de productos erosionará las ventas a corto plazo.
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Los ejecutivos de Nike culparon de la desaceleración en parte a las marcas de estilo de vida, incluyendo Air Force 1 y Nike Dunks. Las ventas de esta categoría cayeron por primera vez desde el inicio de la pandemia, cuando despegó la demanda de ropa informal.
Según el analista James Grzinic, de Jefferies, estos problemas podrían provocar rebajas de dos dígitos en las expectativas de beneficios de la empresa para este año y el próximo. Además, la era en que las acciones de las empresas de calzado europeas reaccionaban de forma similar a las de Nike se está desmoronando.
Adidas es ahora la “marca deportiva preferida por los inversores globales” a medida que Nike y Lululemon Athletica Inc. (LULU) pierden impulso, dijo Grzinic en una nota.
La debilidad de los canales de venta propios de Nike también es un “motivo de preocupación, ya que el gigante de la ropa deportiva podría estar alejando a sus principales compradores debido a la falta de novedades”, dijo Poonam Goyal, analista de Bloomberg Intelligence.
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