Bloomberg — El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió elegir a un nuevo titular del banco central que se centre tanto en la inflación como en el crecimiento económico, intensificando sus críticas a la política monetaria en vísperas de una crucial reunión de tasas de interés.
Lula, que debe elegir este año al sustituto de Roberto Campos Neto, calificó de “político” al jefe del banco central y lo acusó de actuar sin autonomía durante una entrevista en una radio local el martes por la mañana. También apuntó a los mercados financieros, que se han vuelto cada vez más volátiles en medio de los temores sobre el enfoque de su Gobierno respecto al gasto y la tolerancia a la inflación.
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“Voy a elegir a un jefe de banco central que esté comprometido con el desarrollo de este país, con el control de la inflación, pero que también tenga en mente que no tenemos que pensar solo en controlar la inflación”, indicó Lula. “Tenemos que pensar en un objetivo de crecimiento, porque son el crecimiento económico y el crecimiento de los salarios los que nos permitirán controlar la inflación”.
El líder de izquierda añadió que su elección será “maduro y responsable” e “inmune” a las presiones de los mercados financieros. Las tasas de interés actuales están perjudicando el crecimiento y no se ajustan a la realidad económica de Brasil, afirmó.
“No podemos continuar con esta tasa clave prohibitiva”, indicó. “Nuestra inflación está totalmente controlada”.
El real brasileño cayó a un nuevo mínimo anual y los swap de tasas subieron tras las críticas de Lula, que se produjeron un día antes de la reunión de política monetaria, en la que se espera ampliamente que los responsables mantengan la Selic en 10,5%, poniendo fin a un ciclo de recortes que comenzó hace casi un año.
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Ello se produce tras una votación dividida para frenar el ritmo de relajación el mes pasado, que fraccionó al comité de política monetaria del banco entre los miembros designados por el expresidente Jair Bolsonaro –incluido Campos Neto– y los designados por Lula.
El voto dividido amenazó con sumir al banco central en una crisis de credibilidad y aumentó los temores de que adopte un enfoque más suave frente a la inflación una vez que Lula reemplace a Campos Neto y a otros dos directores cuyos mandatos expiran a fin de año.
Las expectativas de inflación se mantienen por encima de la meta del 3% fijada por el banco para el futuro previsible, y los operadores ya prevén aumentos de tasas para septiembre.
Los comentarios también reavivaron las tensiones entre Lula y el banco, al que criticó durante los primeros meses de su presidencia por las altas tasas de interés, un período en el que a menudo atacó a Campos Neto y cuestionó la autonomía de la autoridad monetaria.
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