Bloomberg — Decenas de miles de manifestantes salieron el sábado a las calles de toda Francia para oponerse a la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen, que se prevé que termine en primer lugar en las elecciones legislativas anticipadas convocadas por el presidente Emmanuel Macron para dentro de dos semanas.
Los manifestantes pretenden llamar la atención sobre las políticas del partido nacionalista en materia de derechos humanos, medio ambiente, igualdad de derechos y asuntos económicos.
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Macron hizo una apuesta masiva cuando disolvió la legislatura el domingo después de que su partido fuera derrotado por la Agrupación Nacional en la votación del Parlamento Europeo. La medida estaba diseñada para apuntalar su apoyo en casa, pero abrió la puerta a que Le Pen tomara el control del gobierno francés.
Para complicar aún más las cosas a Macron, un grupo de cuatro partidos de izquierdas acordaron unir sus fuerzas en la votación, y los sondeos indican que la coalición podría convertirse en el segundo bloque más grande por delante del partido Renacimiento del presidente. Dado que Francia tiene un sistema electoral a dos vueltas, con un listón para pasar a la segunda, es posible que muchos candidatos de Renacimiento ni siquiera lleguen a la jornada electoral final.
“Estamos en un momento histórico, en un momento incierto, es un poco como un salto a lo desconocido para nuestra democracia”, declaró el sábado a la radio France Inter Marylise Leon, secretaria general del sindicato CFDT que está organizando las protestas. “Cuando se trata de la extrema derecha, nos movilizamos”.
Se espera que hasta 350.000 personas participen en las marchas en todo el país, según la policía francesa.
La incertidumbre política y la creciente probabilidad de que el próximo gobierno impulse medidas costosas para las finanzas públicas asustaron a los inversores. Los bonos del Estado estuvieron en el centro de la caída, y la prima que los inversores exigen por poseer OAT a 10 años frente a los bunds alemanes registró el mayor salto semanal jamás registrado.
El desplome eliminó unos US$210.000 millones del valor de las acciones francesas, y los bancos Société Générale SA, BNP Paribas SA y Crédit Agricole SA -todos ellos grandes tenedores de deuda pública- perdieron más de un 10% cada uno.
La coalición de izquierdas -denominada Nuevo Frente Popular- se topó con sus propios problemas durante el fin de semana, ya que sus miembros discutieron entre sí. Algunos altos cargos de France Unbowed -el partido de extrema izquierda que unió sus fuerzas a principios de semana con los Verdes, los Socialistas y los Comunistas- arremetieron contra su líder Jean-Luc Melenchon por la lista de candidatos que presentarán.
“Jean-Luc Melenchon ha ajustado cuentas conmigo”, declaró el sábado a la cadena de radio Franceinfo el legislador de France Unbowed Alexis Corbiere, excluido de la lista de candidatos. “Es totalmente mezquino, una mezquindad, un ajuste de cuentas, cuando de lo que se trata es de impedir que la extrema derecha tome el poder”.
Los cuatro partidos de izquierda difieren radicalmente en materia política, sobre todo cuando se trata de cuestiones como Oriente Próximo y la guerra de Ucrania. Así que no es seguro que puedan mantenerse unidos durante las dos rondas electorales.
“No podemos perder el tiempo desgarrándonos”, declaró a la prensa François Ruffin, candidato de la alianza, al inicio de una marcha en el centro de París. “Tenemos que tranquilizar al país, y no podemos hacerlo lanzándonos insultos unos a otros”.
Añadió que la decisión de Melenchon de apartarse de los focos desde el domingo era “una buena noticia” y que eso debe “seguir siendo así para que consigamos hacer una campaña lo más serena y tranquila posible”.
El ex presidente François Hollande se presentará a las elecciones en su circunscripción histórica de Correze, según una persona familiarizada con sus intenciones, que habló bajo condición de anonimato.
La situación en la izquierda refleja la agitación en el partido conservador Los Republicanos, que está inmerso en un pleito sobre si su líder fue expulsado legalmente después de que intentara formar una alianza con el grupo de Le Pen.
Los jueces de París ordenaron el viernes por la noche la suspensión temporal de la expulsión de Eric Ciotti para darle tiempo a presentar una demanda para argumentar el fondo de su caso. Ciotti afirma que sigue siendo el presidente de Los Republicanos, y su abogado había argumentado que se infringieron las normas durante la maniobra para echarle.
Macron ha intentado presentar a sus contrincantes tanto de extrema izquierda como de extrema derecha como no aptos para gobernar el país, y ha calificado a ambos bandos de "incoherentes".
“No están preparados para gobernar”, dijo Macron a los periodistas en la cumbre del Grupo de los Siete en el sur de Italia. “Hoy hay dos bloques extremos que no son responsables y que prometen regalos a la gente que no están financiados”.
Su ministro de Economía, Bruno Le Maire, advirtió a principios de semana de que una victoria de la alianza de izquierdas llevaría al colapso económico y a la salida del país de la UE, al situar los temores sobre la economía en el centro de la campaña.
"Su programa es una completa locura", dijo Le Maire en la radio Franceinfo. "Garantizará la degradación de la economía, el desempleo masivo y la salida de la Unión Europea".
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Funcionarios del nuevo bloque de izquierdas rechazaron las afirmaciones de Le Maire sobre su programa económico. Dicen que los recortes fiscales de Macron para las personas ricas y sobre el capital han dejado un agujero enorme en las finanzas públicas.
Además, no está claro que las tácticas de alarmismo del gobierno vayan a funcionar, y recuerdan a las advertencias de 2016 contra el Brexit y el ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca.
La Agrupación Nacional va camino de ganar hasta 270 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional, frente a los entre 90 y 130 de Macron y sus aliados, según una proyección de la encuestadora Elabe.
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