Bloomberg — El gobierno de Chile presionará a Venezuela para que intensifique la lucha contra la delincuencia en un momento en que América Latina se enfrenta a la amenaza de las bandas internacionales, según declaró en una entrevista un alto cargo del gabinete.
La colaboración con naciones como Ecuador, Perú y Bolivia ha dado resultados, dijo Carolina Toha en la oficina de Bloomberg en Santiago. Chile necesita que Venezuela proporcione información sobre ciudadanos sospechosos de delitos a nivel local, y también ayuda para atrapar a sospechosos que han huido al extranjero, dijo.
“Hay estrategias con toda la región, y con algunos países ha sido más fácil que con otros”, dijo Toha. “Con Venezuela ha sido complejo”.
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Toha, que es ministra del Interior de la nación y se desempeña como presidenta interina esta semana mientras el jefe de Estado, Gabriel Boric, se encuentra en un viaje oficial en el extranjero, habló mientras el gobierno se preparaba para fuertes lluvias en el centro y sur de la nación.
Toha dirige la estrategia gubernamental de lucha contra la delincuencia y es una de las ministras más influyentes y experimentadas de Chile. Sus responsabilidades figuran entre las más difíciles de la política local. Las bandas afiliadas a la organización criminal Tren de Aragua, originaria de Venezuela, hacen temer a los votantes que la violencia esté fuera de control, lo que pesa en el apoyo a la administración.
“Tren de Aragua ha golpeado a toda América Latina”, dijo. “Venezuela tiene la teoría de que desmantelaron la jerarquía de la banda. Pero, la verdad es que hemos visto cómo el crimen organizado es extremadamente dinámico”.
La exdiputada de la Cámara Baja y portavoz del gobierno de Michelle Bachelet, Toha dijo que Chile mantendrá los canales abiertos y buscará soluciones con el gobierno de Venezuela. Chile también expondrá su punto de vista ante organismos internacionales.
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“Venezuela tiene ciertas obligaciones internacionales con nosotros y a nivel multilateral que debe cumplir”, dijo Toha.
El gobierno de Venezuela no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios.
El crecimiento del Tren de Aragua está estrechamente ligado al éxodo de más de 7 millones de venezolanos en la última década. Países como Colombia, Perú, Ecuador y Chile han expresado su preocupación por los secuestros, el narcotráfico y los asesinatos que atribuyen al grupo.
La semana pasada, el gobierno envió una nota de protesta a la administración de Nicolás Maduro después de que el fiscal Tarek William Saab alegara que funcionarios de inteligencia chilenos estaban implicados en el secuestro y asesinato del refugiado político venezolano Ronald Ojeda a principios de este año. Chile ha dicho que Venezuela no está dispuesta a ayudar en la investigación del asesinato.
Mejores cifras
La administración de Boric recibió algunas buenas noticias en abril, cuando los datos del gobierno mostraron que los homicidios cayeron un 6% en 2023 después de haber aumentado el año anterior. Según Toha, las cifras de 2024 muestran una nueva mejora tras el final del verano austral en marzo.
“Las cifras son mejores que las del año pasado, pero aún es pronto”, dijo Toha. “Tenemos que mantener esta inflexión en el tiempo para poder decir que hemos roto la tendencia al alza”.
Un elemento central de la estrategia del gobierno es un conjunto de proyectos de ley contra la delincuencia que en mayo se colocaron en vía rápida, lo que les otorga prioridad legislativa en los próximos meses. Incluye propuestas para crear un Ministerio de Seguridad Pública, proteger infraestructuras críticas y reforzar la capacidad de lucha contra la violencia de los municipios.
Toha dijo que cada vez es más difícil llegar a un consenso debido al aumento de las tensiones políticas en la legislatura. “Hoy en día, el ambiente en el Congreso es muy complejo”, dijo. “Es difícil avanzar en los debates”.
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Para complicar aún más las cosas, las encuestas muestran que la percepción pública de la violencia no ha mejorado. Las mayores asociaciones empresariales de Chile, entre ellas la Sofofa, también han mantenido la presión sobre el gobierno para frenar la delincuencia, señalando el impacto negativo que tiene en las actividades de las empresas.
Toha dijo que la frecuencia de delitos violentos en Chile es mayor que antes, y que esa tendencia está alimentando las percepciones negativas del público.
Ella atribuyó ese cambio a factores que incluyen la creciente fuerza del crimen organizado a partir de la pandemia de Covid-19, el debilitamiento de las instituciones chilenas inmediatamente después de los disturbios sociales en 2019 y los esfuerzos de algunas bandas para aprovechar las olas de migración regional.
“Para el público, ha sido un shock enorme ver que en Chile se cometen crímenes violentos que antes solo conocíamos en las películas”, dijo Toha. “Y ahora, los vemos ocurrir en las calles”.
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