Bloomberg — Las autoridades europeas están en proceso de negociación para mantener el flujo de suministro a través de un gasoducto clave entre Rusia y Ucrania, en un esfuerzo por impedir que la guerra de Moscú deteriore aún más el suministro energético del continente.
Si bien Europa ha tratado de prescindir del gas ruso, diversos países del este continúan tomándolo a a través de un gasoducto que atraviesa Ucrania. Este acuerdo de tránsito expira a finales del 2024.
Con la guerra en marcha, muchos observadores del mercado prevén que el gas se detenga de forma definitiva.
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Sin embargo, funcionarios de gobiernos y empresas de Europa están dialogando con sus homólogos ucranianos acerca de cómo mantener el flujo de gas en el 2025, según fuentes conocedoras del asunto, que declinaron ser citadas por tratarse de conversaciones privadas.
Una de las opciones que se barajan es que las empresas en Europa compren e inyecten gas de Azerbaiyán en los gasoductos rusos con destino al continente, según estas fuentes. Este acuerdo evitaría a Europa la vergüenza de comprar gas de Rusia en un contexto en el que está tratando de limitar los ingresos de Moscú.
Esta idea está ganando impulso a la vez que se hace más evidente que Ucrania se mostraría a favor. Los ingresos del tránsito ascendieron a unos US$1.000 millones en 2021, lo que supone una aportación crucial para la devastada economía ucraniana. También se teme que los gasoductos en desuso se transformen en objetivos militares o sufran un deterioro que resulte costoso de revertir.
“Hay dos factores que debemos recordar siempre”, declaró el lunes a Bloomberg News Oleksiy Chernyshov, director ejecutivo de la empresa estatal ucraniana Naftogaz. “Uno es que Ucrania cuenta con una increíble infraestructura de tránsito y almacenamiento de gas, que debería utilizarse, y Ucrania está predispuesta a utilizar esta infraestructura porque aporta muchas ventajas.
Descartó cualquier plan que implicara trabajar con Gazprom PJSC de Rusia y dijo que traer gas desde Azerbaiyán “podría tener algún futuro”.
La empresa energética estatal de Azerbaiyán, Socar, no respondió a las solicitudes de comentarios. El Ministerio de Energía de Bakú, que en repetidas ocasiones ha tratado de aumentar las exportaciones a Europa, no pudo hacer comentarios de inmediato. El gobierno ruso y Gazprom no respondieron a solicitudes de comentarios.
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En teoría, un plan para utilizar gas azerí podría beneficiar a Rusia si se estableciera como un intercambio que permitiera a Moscú enviar su gas a otros lugares.
Rusia ha tenido dificultades para encontrar suficientes nuevos clientes para el combustible mientras su infraestructura está preparada para abastecer a Europa, y China está negociando duramente. La idea de los swaps no es ajena a los mercados de petróleo y gas y se utiliza cuando no es posible entregar físicamente combustible de un lugar a otro. Azerbaiyán ya está utilizando su oleoducto hacia Europa a plena capacidad.
Negociaciones
Las conversaciones se encuentran en una fase inicial y las personas familiarizadas con el asunto esperan que las decisiones se tomen sólo hacia finales de este año, cuando la fecha límite de vencimiento (y el comienzo del invierno europeo) agreguen presión. Aún es necesario aclarar muchos detalles y no está claro que se llegue a un acuerdo. Los acontecimientos en el campo de batalla también pueden ser un factor.
Uniper SE, el gigante del gas que fue nacionalizado por Alemania cuando la crisis energética arruinó su modelo de negocio, ha estado involucrado en discusiones, según algunas personas. Un portavoz de Uniper declinó hacer comentarios. Una portavoz del Ministerio de Economía alemán dijo que el gobierno estaba en conversaciones dentro de la Unión Europea.
Eslovaquia es uno de los países clave que podría beneficiarse de un acuerdo de este tipo, y el primer ministro Robert Fico habló de esa posibilidad el mes pasado tras un viaje a Azerbaiyán, sin dar detalles.
“Ahora depende de las negociaciones entre empresas como la rusa Gazprom, las azerbaiyanas, las ucranianas y otras para llegar a un acuerdo sobre las condiciones económicas y de precios”, dijo a los periodistas en mayo. “Si lo hacen, Eslovaquia podría importar gas de Azerbaiyán, parte del cual se quedaría en Eslovaquia y otra parte pasaría a otros países”.
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Un portavoz del gobierno se negó a hacer más comentarios. El ministerio de Energía de Austria, otro país que se beneficiará, no respondió a las solicitudes de comentarios.
Rusia todavía envía alrededor de 15.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa al año, principalmente a Eslovaquia y Austria, donde Rusia sigue siendo un proveedor dominante.
En Austria, el gas ruso ha cubierto más del 80% del consumo austriaco durante cinco meses consecutivos. Europa también importa GNL ruso por barco y, a pesar de los frecuentes debates sobre si debería hacerlo, nunca ha sancionado el gas ruso.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo, cree que el bloque puede soportar el fin del tránsito ruso a través de Ucrania sin ningún riesgo importante para la seguridad. Su plan es confiar en proveedores alternativos y seguir su ambiciosa estrategia climática, que incluye más energías renovables y ahorro de energía.
Algunos Estados miembros son menos optimistas y temen una repetición de la crisis energética. Eso los alinea con los intereses de Ucrania.
“Estoy haciendo todo lo posible para encontrar una solución para que el sistema de transporte de gas ucraniano siga funcionando porque es un gran activo y alguien debería ser un cliente”, dijo Chernyshov. “De lo contrario, se generan pérdidas”.
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