Bloomberg Línea — Zamp (ZAMP3), propietaria de los restaurantes Burger King y Popeyes en Brasil, se ha comprometido a pagar al menos 120 millones de reales (US$23 millones) para hacerse cargo de la operación de la cadena de café estadounidense Starbucks en el país, según comunicado divulgado el jueves (6).
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La operación prevista, que depende de la aprobación judicial y reglamentaria, se considera negativa para el perfil de crédito de la empresa, que tiene una deuda de cerca de 1.800 millones de reales (US$342,3 millones) y un nivel de apalancamiento (deuda neta/Ebitda) considerado elevado, de 2,2 veces.
Un acuerdo de compraventa con oferta vinculante fue firmado por Zamp con el Grupo SouthRock, propiedad del inversor estadounidense Kenneth Pope, que solicitó un plan de reorganización en diciembre de 2023.
Para seguir adelante, la transacción depende de la firma definitiva de Starbucks Corporation (SBUX), de la autorización del Poder Judicial, dentro del plan de reorganización, y de la aprobación del Consejo Administrativo de Defensa Económica de Brasil (Cade). El precio final se fijará después de ajustes basados en los niveles de inventario y el número de tiendas realmente adquiridas.
Las acciones de Zamp subiron un 14,65%, reduciendo parte de las pérdidas acumuladas del 42% en 2024 hasta el cierre del miércoles (5).
Zamp no proporcionó ninguna información adicional. SouthRock no respondió inmediatamente a la solicitud de comentarios de Bloomberg Línea.
En 2023, se cerraron más de 55 unidades de la marca Starbucks con resultados negativos en Brasil. La compañía también ha recortado el 20% del equipo directivo directamente vinculado a la marca, según el plan de reorganización aprobado en mayo. La operación cuenta actualmente con 135 tiendas propias en Brasil.
“La adquisición de las operaciones de Starbucks en Brasil por parte de Zamp, si tiene lugar y se financia con deuda, será negativa para su perfil crediticio, ya que aumentaría las presiones negativas existentes sobre la calificación”, valoró la agencia de calificación Fitch en abril, cuando se hizo pública la negociación entre Zamp y SouthRock.
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Zamp no reveló los activos a adquirir ni la forma y plazo de pago. Aún así, Fitch señala riesgos adicionales en relación con la necesidad de capital circulante, principalmente para reabastecer la cadena de cafeterías, así como la necesidad de revitalizar las tiendas y la marca.
“Fitch no ve margen para aumentar el apalancamiento de Zamp y una operación de esta naturaleza conllevaría necesidades adicionales de tesorería y estaría acompañada de riesgos de ejecución relevantes”, señala la agencia.
En sus resultados del primer trimestre, Zamp registró una pérdida neta de 91 millones de reales (US$17,3 millones), una deuda neta de 822,3 millones de reales (US$156,4 millones) y una generación de efectivo operativo de 25,2 millones de reales (US$4,8 millones). La empresa cerró 11 unidades, totalizando 1.028 restaurantes, de los cuales 767 eran propios y 261 franquiciados bajo las marcas Burger King y Popeyes.
El rating a largo plazo de Zamp – AA – está en perspectiva negativa desde agosto de 2023 debido a las frustraciones sobre el fortalecimiento de su generación de caja y la trayectoria de desapalancamiento financiero, que, individualmente, ya implican presión sobre el rating, según Fitch.
La empresa ha atraído a grandes inversores y ha captado fondos en el mercado para reforzar su posición de tesorería. En el primer trimestre, por ejemplo, Zamp concluyó la emisión de un Certificado de Créditos Agrícolas (CRA) por 700 millones de reales (US$133,1 millones) con el fin de ampliar los vencimientos a corto plazo.
En marzo, Mubadala Capital, el brazo inversor del fondo soberano de Abu Dhabi, adquirió una participación del 38,5% en Zamp, con planes de aumentar su cartera minorista en Brasil centrándose en franquicias de restaurantes internacionales. En abril, Affinity Partners, propiedad del inversor Jared Kushner, obtuvo un puesto en el consejo de administración de Zamp.
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La situación de SouthRock, según el administrador del plan de reorganización
Según el acuerdo con Zamp, SouthRock tendrá que crear una nueva empresa para consumar la venta de “determinados activos y derechos” que conforman las operaciones de las tiendas Starbucks en Brasil.
Zamp podrá igualar cualquier oferta presentada por terceros y tendrá derecho a ser indemnizada (break up fee) si su propuesta no resulta vencedora en el proceso competitivo previsto en el plan de reorganización.
En su informe mensual de febrero, el último disponible, el síndico Laspro Consultores informó de que la lista de acreedores de SouthRock ascendía a 1.783 millones de reales (US$339,1 millones) y que las empresas del grupo bajo plan de reoganización, incluida la operación Starbucks, tuvieron unos ingresos netos de 73,8 millones de reales (US$14 millones).
“El margen de ingresos fue insuficiente para cubrir los costos operativos, lo que resultó en una pérdida neta de 20,7 millones de reales (US$3,94 millones)”, reveló el informe.
Fundado en 2015, el Grupo SouthRock se convirtió en el licenciatario maestro de las marcas Starbucks y TGI Fridays en Brasil en 2018. En su solicitud de plan de reorganización, SouthRock citó que los ingresos brutos mensuales obtenidos de las tiendas y cafeterías Starbucks en Brasil superaban los 50 millones de reales (US$9,5 millones).
Al evaluar en febrero el plan de reorganización del Grupo SouthRock, que prevé la venta de activos, la consultora Galeazzi & Associados lo consideró “viable desde el punto de vista económico y financiero”, pero habló de los “riesgos normales del mercado, por razones no previstas ni previsibles en este momento”.
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Entre los acreedores de SouthRock figuran los mayores bancos del país, Itaú Unibanco (ITUB4), Banco do Brasil (BBAS3), Bradesco (BBDC4) y Santander (SANB11). También figuran los bancos Votorantim, Daycoval, Modal, Pine, BS2 y ABC Brasil (ABCB4).
Banco do Brasil tiene la mayor cifra de créditos (134,298 millones de reales o US$25,54 millones), seguido de la filial del Santander en Luxemburgo (45,404 millones de reales o US$8,64 millones), Bradesco (29,133 millones de reales o US$5,54 millones), Santander Brasil (8,775 millones de reales, o US$1,67 millones) y ABC (5,386 millones de reales o US$1,02 millones). Con las cifras de Itaú, la deuda ascende a 2.708 millones de reales (US$515 millones).
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