Bloomberg — Narendra Modi juró el domingo su cargo como primer ministro de India por tercer mandato consecutivo, prolongando su liderazgo otros cinco años, tras un duro revés electoral que le obligó a compartir el poder por primera vez.
Modi juró el cargo en una ceremonia celebrada en la residencia presidencial del centro de Nueva Delhi ante unos 8.000 invitados, entre los que se encontraban dirigentes de Bangladesh, Sri Lanka y otros países vecinos, magnates como Mukesh Ambani y estrellas de Bollywood.
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Varios ministros del antiguo gabinete de Modi también juraron sus cargos, aunque aún no se conocen sus nuevas carteras. Entre ellos estaban Amit Shah, un aliado clave de Modi que era ministro del Interior, Rajnath Singh, que dirigía Defensa, y Nitin Gadkari, encargado de Transportes. También juraron sus cargos Nirmala Sitharaman y Subrahmanyam Jaishankar, que dirigieron los ministerios de Finanzas y Asuntos Exteriores, respectivamente, en la administración anterior.
La toma de posesión del primer ministro pone fin a días de intensas luchas por el poder en la capital, después de que su partido, el Bharatiya Janata, perdiera la mayoría absoluta en la cámara baja del parlamento tras unas maratonianas elecciones de seis semanas de duración. El revés obligó al BJP a formar gobierno en colaboración con sus aliados, lo que permitió a Modi volver a ser primer ministro de la nación más poblada del mundo, pero le dejó mermado políticamente y dependiente de sus socios.
Sobre el nuevo gobierno siguen planeando cuestiones clave, como quién ocupará los principales puestos del gabinete. Aliados del BJP aspiran a puestos clave, y la ceremonia del domingo sigue a días de negociaciones internas entre los miembros del bloque liderado por el BJP, conocido como Alianza Democrática Nacional. El viernes, los miembros de la NDA se reunieron en el Parlamento para refrendar oficialmente a Modi como su líder.
Con su investidura, Modi es sólo el segundo primer ministro elegido para tres mandatos consecutivos. El primer líder del país tras la independencia, Jawaharlal Nehru, gobernó India durante 17 años tras su independencia de Gran Bretaña en 1947.
El revés electoral de Modi este año pone fin a una década de gobierno mayoritario del BJP, un periodo marcado por un crecimiento económico sostenido, pero también por lo que los críticos han calificado de centralización del poder y retroceso democrático.
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En su tercer mandato, Modi se ha comprometido a continuar el desarrollo económico del país y a trabajar para alcanzar el objetivo de convertir a India en un país desarrollado en 2047. Su gobierno se enfrenta a enormes tareas, como la lucha contra el desempleo, especialmente entre los jóvenes, y la inflación, cuestiones que contribuyeron a la decepción del BJP en las urnas.
El BJP obtuvo 240 escaños en solitario y 293 con aliados en la Cámara Baja del Parlamento, la Lok Sabha, de 543 escaños. En las elecciones de 2019, el BJP obtuvo 303 escaños.
Los analistas afirman que un Gobierno liderado por Modi que debe responder ante sus socios es un resultado positivo para India tras una década de gobierno de partido único.
“Tienes a Modi, que sigue liderando el gobierno, sigue siendo capaz de impulsar la reforma económica, sigue siendo visto como un líder muy capaz y un líder popular para los próximos cinco años dirigiendo la democracia más poblada del mundo, pero un líder que necesita comprometerse”, dijo Ian Bremmer, presidente de la firma de consultoría de riesgo político Eurasia Group, en un seminario web con Menaka Doshi de Bloomberg TV.
“Esto acabará siendo bueno para el pueblo indio y para el papel de India en el mundo”, afirmó.
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