La migración irregular continúa siendo uno de los ejes del discurso entre Joe Biden y Donald Trump en la antesala de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. En las últimas horas, el candidato republicano criticó a su opositor por suspender las solicitudes de asilo en la zona de frontera de México cuando el promedio de cruces ilegales sea superior a 2.500.
Desde Phoenix (Arizona), donde reapareció en un acto de campaña tras ser hallado culpable de delitos penales por falsificación de documentos contables, Trump afirmó que lo primero que haría, si llegara a convertirse en presidente de los Estados Unidos por segunda vez, sería dar reversa a la decisión del mandatario actual.
“El primer día de mi administración, rescindiré la escandalosa orden ejecutiva del pillo Joe”, aseguró frente a sus simpatizantes.
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Según Trump, la decisión que tomó Biden fue “proinvasión, protráfico de niños... pronarcotraficantes”, razón por la que le pondría fin, así como a las otras políticas de fronteras ejecutadas por su administración.
Lo paradójico de la medida de Biden, pero también de las declaraciones de Trump en Phoenix, es que estuvo amparada en la misma ley usada por el republicano durante su pasado periodo presidencial para restringir la entrada de ciudadanos de países musulmanes.
Trump también aprovechó para referirse a la que sería su fórmula en la carrera presidencial. A Dr. Phil McGraw, reconocido psicólogo y personalidad de la televisión de los Estados Unidos, le dijo que lo hará en la convención del Partido Republicano en julio.
“Todavía no puedo decirte, pero tenemos alguna gente muy buena. Lo haré en la convención. Creo que anunciaré quién será esa persona durante la convención. Creo que es bastante normal, hacerlo durante la convención. Será un periodo interesante”, afirmó.
La polémica decisión de Biden
La orden ejecutiva que le representó a Biden duras críticas de algunos sectores políticos y que estaría relacionada con la búsqueda de legitimidad de cara a los comicios presidenciales, fue anunciada el pasado 4 de junio. Ese día, el presidente de los Estados Unidos aseguró que se suspenderán de manera temporal las solicitudes de asilo en la frontera sur de ese país.
De acuerdo con el mandatario, cada vez que el país registre un promedio de 2.500 cruces diarios, se cerrará la frontera con México, por tanto, quienes crucen de manera ilegal podrán ser devueltos por la Patrulla Fronteriza o deportados directamente a sus países en cuestión de días, incluso horas.
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La única manera de que las autoridades migratorias estadounidenses no deporten a crucen a su territorio de manera irregular y les prohíba el ingreso durante cinco años, será demostrando que sus vidas corren riesgo en sus países de origen o han sido víctimas de trata de personas. Ahora bien, los menores de edad que están sin acompañantes también podrán ingresar.
La orden ejecutiva firmada por Biden solo perderá vigencia cuando el promedio de detenciones diarias sea inferior a 1.500, de lo contrario se suspenderá la solicitud de asilos.
Tanta fue la repercusión del anuncio de Biden que ese mismo día sostuvo una conversación con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para acordar acciones en torno a las causas estructurales de la migración en el continente y buscar cómo atender a la población migrante.