Buenos Aires — Los bonos soberanos de Argentina en dólares sufrieron un fuerte desplome en sus paridades entre mayo y los primeros seis días de junio. Prueba de ello puede verse en que el riesgo país, índice que mide JP Morgan y que refleja la prima de riesgo entre los instrumentos argentinos y los bonos del Tesoro de Estados Unidos, trepó este jueves hasta los 1.596 unidades, lo que representa un 39% por encima del mínimo alcanzado este año (1.148 puntos, el 22 de abril de 2024).
Analistas de mercado consultados Bloomberg Línea creen que este derrumbe en los precios está relacionado, principalmente, a los problemas que tiene el Gobierno para avanzar con su agenda en el Congreso y también con las dificultades para acumular reservas. Aún así, muchos son optimistas en que en el mediano y largo plazo los precios se recuperen y dejen interesantes ganancias.
Confianza en el mediano y largo plazo
“El Tesoro se encamina a acumular cinco meses consecutivos con superávit fiscal, con los mejores resultados desde 2008, y el Banco Central (BCRA) dio importantes pasos para eliminar del déficit cuasifiscal y frenar en seco la emisión monetaria”, resaltó Tobías Pejkovich, economista de Facimex Valores, quien además destacó que, en el frente externo, si bien las reservas netas siguen siendo negativas y el BCRA compró dólares a un ritmo algo inferior al esperado, “no hay que perder de vista que la entidad cerró con el mejor mayo de, al menos, las últimas dos décadas en términos de intervención cambiaria”.
En este contexto, y teniendo en cuenta que la inflación sigue desacelerando, el ejecutivo de Facimex Valores afirmó: “Seguimos viendo valor en los bonos soberanos en dólares con una mirada de mediano plazo”.
Para respaldar esta postura, afirmó que Argentina sigue “subvaluada” con respecto a sus próximos comparables, países que enfrentan desafíos más complejos que el nuestro dado que se caracterizan por tener fuertes fragilidades institucionales, políticas y sociales y, en algunos casos, de seguridad nacional.
“Dentro de los soberanos hard-dollar, priorizamos el AL30 y GD29, a la espera de que la curva se aplane y sin perder de vista sus estructuras aceleradas de amortizaciones. El GD35 puede servir como complemento para aquellos inversores que sean más optimistas”, concluyó.
Por su parte, el estratega de renta fija de Cohen Aliados Financieros, Juan Pedro Mazza, elaboró un informe en el cual se mencionan los diversos riesgos que presenta la deuda argentina. Aún así, tras mencionarlos, aclara que la continua mejora de los fundamentos macroeconómicos persuaden a su equipo a mantener el optimismo.
Respecto de esto último, Mazza subrayó que el Gobierno sigue avanzando en la corrección de los desequilibrios fiscales y que la popularidad del presidente Javier Milei se mantiene elevada, la actividad habría encontrado su piso en marzo y la inflación de mayo se encamina a ser la más baja de los últimos 16 meses.
“En este contexto, los bonos argentinos ofrecen tasas de hasta 24% y compensan por el riesgo al que hay que exponerse”, detalló. Y agregó que el riesgo país debería comprimir a niveles de entre 800 y 1.000 puntos si los bonos logran converger a niveles similares a los de Sri Lanka o Nigeria.
La recomendación de Mazza a es armar una cartera conformada en un 60% de bonos de corto plazo (GD30 o AL30) y en un 40% de bonos de mayor duración (AE38).
En tanto, Joaquín Menéndez, analista de Research Mariva, proyectó: “Si el Gobierno consigue aliviar las tensiones en el frente político y logra aprobar la Ley de Bases, demostrando gobernabilidad, deberíamos ver una recuperación del precio de los bonos soberanos”.
No obstante, sostuvo que “sería clave un levantamiento del cepo”, pero reconoció hoy “es una tarea muy desafiante”.
Riesgos latentes
Menéndez mencionó que el Banco Central encontrará desafíos para acumular reservas en la segunda mitad del año, dada la estacionalidad del sector agrícola y los vencimientos de deuda. Por otro lado, indicó que “los puts de bonos en pesos contra el Banco Central en manos de los bancos y el traspaso de buena parte de la liquidez desde el BCRA a deuda en moneda local de corto plazo constituyen un factor de riesgo que el Gobierno debe administrar”.
Asimismo, Pejkovich reseñó que la principal preocupación del mercado parece estar centrada en lo que suceda en el Congreso con la Ley de Bases y el paquete fiscal.
Por su parte, Mazza alertó: “El BCRA desaceleró fuertemente su ritmo de compras y están en mínimos de la gestión Milei: esto es especialmente alarmante, ya que, en simultáneo, las liquidaciones del sector agropecuario están en su punto más álgido del año”.