Bloomberg — Cuando un Sam Altman de 23 años subió al escenario de la conferencia anual de desarrolladores de Apple Inc. (AAPL) en 2008, se deshizo en elogios por poder utilizar la nueva App Store de la empresa para promocionar su software, un servicio de localización de amigos llamado Loopt. “Creemos que ésta es una nueva era del móvil, y estamos encantados de formar parte de ella”, dijo Altman.
Ahora, 16 años después, Apple vuelve a recurrir al empresario, pero con un giro. Esta vez, la empresa necesita su ayuda tanto como él necesita a Apple.
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Altman dirige actualmente OpenAI, la startup líder en inteligencia artificial generativa. Y Apple, que se apresura a ponerse al día en ese campo, ha forjado una alianza para integrar el ChatGPT de OpenAI en el sistema operativo del iPhone. Aunque es poco probable que el controvertido Altman suba al escenario en el evento, el acuerdo será un punto clave de la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple de la semana que viene, y muestra hasta qué punto ha cambiado el poder en Silicon Valley en los últimos años.
El acuerdo da a OpenAI acceso a cientos de millones de usuarios de Apple, incluidos aquellos que de otro modo habrían dudado en probar ChatGPT. Para Apple, el acuerdo aporta a la empresa la tecnología más candente de la era de la IA -un chatbot con capacidades inquietantemente potentes- que puede emparejar con sus propios servicios.
Apple ha estado desarrollando una gran cantidad de funciones de IA, incluidas las que se ejecutan en sus dispositivos y otras que requieren computación en la nube. También está dotando de IA a su asistente digital Siri. Pero el chatbot propio de la compañía aún no está a la altura.
La asociación con OpenAI es probablemente una “relación a corto o medio plazo” para Apple, dijo Dag Kittlaus, un veterano de la tecnología que cofundó y dirigió el negocio de Siri antes de que fuera adquirido por Apple. “Pero puede apostar a que estarán trabajando duro para construir sus propias competencias aquí”.
El discurso de apertura de la WWDC, pronunciado por el CEO Tim Cook el 10 de junio, se considera el mayor discurso de ventas de Apple en años. La compañía tiene que convencer a los consumidores, desarrolladores e inversores de que puede prosperar en la era de la IA. Y hay una presión añadida porque el negocio actual de Apple está estancado, con un descenso de los ingresos en cinco de los últimos seis trimestres.
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Las dos compañías aún no han revelado públicamente el acuerdo, y los términos del mismo no están claros. Apple, con sede en Cupertino (California), declinó hacer comentarios, al igual que OpenAI, con sede en San Francisco.
Apple tuvo en su día una ventaja en los servicios de IA. Lanzó el asistente digital Siri en 2011, superando en el mercado a Alexa de Amazon.com Inc. (AMZN) y al Asistente de Google (GOOGL). Pero pronto quedó por detrás de sus rivales, y eso fue antes de un cambio sísmico en 2022, cuando debutó ChatGPT.
La presentación del chatbot de OpenAI en noviembre de ese año cautivó la imaginación de los consumidores e hizo que los gigantes tecnológicos se lanzaran a desarrollar sus propios servicios de IA. Todos los grandes pares de Apple han avanzado desde entonces. El chatbot Gemini de Google compite con ChatGPT por la supremacía en el incipiente mercado. Microsoft Corp. (MSFT), el mayor patrocinador de OpenAI, ha empezado a tejer su Copilot asistido por IA en el software. Y Amazon.com Inc. ha hecho demostraciones de una versión de Alexa mejorada con IA.
En cambio, Apple ha mantenido en silencio sus ambiciones de IA hasta ahora. Cook dijo el año pasado que la compañía se andaría con cuidado en el nuevo espacio y sólo añadiría tecnología de IA sobre una “base muy meditada”. Más recientemente, ha argumentado que Apple tendrá una ventaja en IA debido a su “combinación única de integración perfecta de hardware, software y servicios”.
Entre bastidores, los empleados de Apple han estado trabajando furiosamente para respaldar esa promesa. Más o menos en la época del lanzamiento de ChatGPT, pequeños equipos de las divisiones de IA e ingeniería de software de la compañía empezaron a trabajar en un competidor de ChatGPT, utilizando un marco de trabajo denominado Ajax.
El jefe de software, Craig Federighi, presionó a los directivos para que dotaran a la última versión del sistema operativo del iPhone y el iPad -conocido internamente como “Crystal”- de tanta IA como fuera posible. La división de servicios de Eddy Cue se puso a trabajar en una nueva infraestructura de centros de datos para alimentar los servicios de IA en línea. El personal también empezó a investigar cómo podría llegar la IA a Apple Music y a las aplicaciones de productividad ofimática de la compañía.
Apple descubrió que su IA es lo suficientemente capaz como para impulsar funciones como la transcripción de notas de voz y la edición de fotos, así como nuevas capacidades de búsqueda en el navegador web Safari y respuestas automáticas en apps como Mensajes. Pero determinó pronto que OpenAI y Google estaban muy por delante en chatbots y asistencia sobre la marcha.
Eso puso a Apple en una situación difícil. La propia tecnología de la compañía no estaba preparada, y a los ejecutivos les preocupaba el daño a la reputación de un chatbot deshonesto. Algunas personas dentro de Apple incluso tienen una aversión filosófica a tener un chatbot en absoluto, personas familiarizadas con la situación han dicho.
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Pero para entonces estaba claro que los consumidores esperarían que Apple ofreciera un servicio de este tipo, y eso puso a la compañía en el camino hacia su acuerdo con OpenAI. Hace varios meses, la empresa empezó a reunirse con la startup -junto con Google y otros proveedores de chatbot- para integrar la tecnología en su software iOS.
Al externalizar la función de chatbot, Apple puede distanciarse de la propia tecnología, incluidas sus ocasionales imprecisiones y alucinaciones, dijeron las personas. Pero también vincula a Apple con una startup acosada por la agitación y la controversia. Altman, que ahora tiene 39 años, fue destituido brevemente el año pasado por razones que siguen siendo turbias, y recientemente provocó la ira de la estrella de cine Scarlett Johansson por una voz de IA imitada.
Aunque Apple sigue en conversaciones con Google para utilizar Gemini en sus dispositivos, el fabricante del iPhone llegó primero a un acuerdo con OpenAI. Al final, Apple podría ofrecer varios chatbots de terceros, pero está negociando los acuerdos caso por caso, según las personas con conocimiento de la situación.
Apple eligió a OpenAI como su socio inaugural de IA por varias razones, dijo una de las personas. Consiguió mejores condiciones comerciales que las que ofrecía Google, y Apple cree que la tecnología de OpenAI es la mejor disponible en el mercado. Integrar la IA de Google en el iPhone también podría haber dado la impresión de que el mayor rival tecnológico de Apple le había ganado en una nueva área vital.
OpenAI, por su parte, obtendrá la gigantesca exposición que supone estar profundamente integrada en algunos de los smartphones y tabletas más vendidos del mundo. Aun así, la implicación de Apple puede traer un nuevo escrutinio a las preocupaciones sobre seguridad y privacidad que se arremolinan en torno a ChatGPT. Dependiendo de lo profundamente que Apple planee integrar el chatbot con su software, también podría significar que OpenAI tenga acceso a información personal, lo que podría inquietar a algunos usuarios.
Pero se espera que Apple ofrezca sus nuevas funciones de IA como un servicio opcional, según las personas familiarizadas con el asunto. Así que los clientes recelosos podrían fácilmente mantenerse al margen si lo prefirieran.
En cualquier caso, el acuerdo OpenAI es probablemente una medida provisional. Apple tiene un largo historial de acabar incorporando tecnología externa, como cuando sustituyó los chips de Intel Corp. (INTC) por su propio silicio.
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Apple también está mirando más allá de los chatbots. Su objetivo es utilizar grandes modelos de lenguaje -una tecnología clave detrás de la IA generativa- para ayudar a impulsar un par de dispositivos robóticos que está desarrollando en secreto, dijeron las personas.
Eso incluye un brazo robótico de sobremesa con una gran pantalla similar a la del iPad. La empresa también ha estado trabajando en un robot móvil que puede seguir a los usuarios y realizar tareas en su nombre. Y está buscando equipar sus AirPods con cámaras y funciones de IA.
De forma más inmediata, existe la oportunidad de que Siri finalmente esté a la altura de su potencial, dijo Kittlaus. Eso podría traer cierta reivindicación a una empresa que urdió el sueño de un asistente personal inteligente bajo el cofundador Steve Jobs.
"Ya no hay limitaciones técnicas para hacer realidad la visión original de Siri", dijo Kittlaus.
--Con la colaboración de Rachel Metz y Shirin Ghaffary.
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