Sheinbaum llega a la Presidencia con orgullo de mujer y la expectativa de desmarcarse de AMLO

La presidenta electa tendrá que enviar señales de su estilo propio para gobernar y de que puede llegar a ser tan poderosa para tomar las decisiones que demanda el país

Cierre de campaña de Claudia Sheinbaum, Ciudad de México, 29 de mayo
03 de junio, 2024 | 04:55 AM

Ciudad de México — México acaba de elegir a una presidenta por primera vez en su larga historia política.

Claudia Sheinbaum asumirá el máximo cargo con el el orgullo de ser la primera mujer que ocupará la silla presidencial, pero el peso que implica colgarse esa medalla será mucho mayor ante el dilema de demostrar, por un lado, lealtad al interior del partido que le allanó un camino fácil hacia la Presidencia y, por otro, probarse ante los ojos de quienes esperan ver revelada su visión como gobernante, pese a que ha prometido continuidad al proyecto de su mentor y padre político, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La virtual ganadora aventajó en la elección del 2 de junio con entre 58,3% y 60,7% de los votos, de acuerdo con el Conteo Rápido del Instituto Nacional Electoral (INE). Durante el cierre de las campañas electorales de 90 días mantuvo una distancia de 25 puntos porcentuales sobre la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, de acuerdo con el Barómetro Bloomberg.

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Esto demostró que el poder que ostenta López Obrador sirvió para que fuera fuertemente cobijada por los seguidores de Morena, el movimiento civil que gestó en 2011 y que terminó convirtiéndose en el partido político que lo llevó finalmente al poder en 2018, tras dos intentos fallidos en el pasado.

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A Sheinbaum, desde que fue destapada como la favorita para suceder al primer presidente de izquierda en la historia de México, se le ha tachado de ser una “copia” y una “calca” de AMLO -como se le conoce al presidente-, no solo al prometer la continuidad en los proyectos inconclusos que dejará su antecesor, sino hasta por repetir de la misma manera los mantras del mandatario en sus discursos, incluso hasta en el hablar.

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Si el presidente dice, “no re-gre-sa-rá el avión pre-si-den-cial”, ella remacha: “no re-gre-sa-rá el avión pre-si-den-cial”, mientras el pueblo vitorea.

A partir del 1 de octubre, cuando López Obrador le coloque la banda presidencial, la más importante expectativa sobre Sheinbaum es que tendrá que desmarcarse de él y enviar señales de que tiene un estilo propio para gobernar y de que puede llegar a ser tan poderosa para tomar las decisiones que demanda la complejidad del país.

Cuando se apagan los reflectores, entre las élites empresariales y económicas fuera y dentro del país, existe la percepción de que Sheinbaum es muy distinta a puerta cerrada, a como se mostró en los mítines de campaña, cuando sirvió de bocina a las frases de AMLO más taquilleras para contener a los rivales políticos como “el bloque opositor conservador”, los “neoliberales”, “fuera máscaras”.

Según personas que asistieron a esas reuniones, y que dieron su punto de vista sobre Sheinbaum en condición de anonimato a Bloomberg Línea, la describen como una mujer metódica, que escucha y que es menos radical en algunas de las políticas públicas en las que López Obrador no ha dado su brazo a torcer, sin embargo, la sorpresa vendrá cuando verdaderamente dé su manotazo en la mesa y sea ella quien se quite la máscara de ser una “calca” de AMLO.

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Sheinbaum además está rompiendo un techo de cristal que, independientemente de filias y fobias políticas, muy probablemente sirva de inspiración para miles de mujeres en un país que aún lucha contra la misoginia y el machismo, sin embargo, ella no comparte del todo esta metáfora que se usa para referirse a las barreras que tienen las mujeres en la vida pública.

Para ella el feminismo tiene apellido: feminismo social y que todas las mujeres rompan el techo de cristal. La primera presidenta mujer cree que la lucha por la igualdad es un asunto social al que también aplica la máxima de AMLO “Por el bien de todas, primero las pobres”, ya que busca luchar por los derechos humanos y la igualdad sustantiva de las mujeres.

Lo que sí ha dejado claro, sin titubeos, es que guardará el legado de AMLO, quien le dio el bastón de mando en septiembre de 2023 para ser la candidata presidencial de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), justo nueve meses antes de la elección.

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Sheinbaum debe separarse de AMLO

AMLO BASTON DE MANDO A SHEINBAUM

La doctora, como le llaman sus más cercanos colaboradores por su grado académico en Ingeniería Eléctrica, tiene en sus manos darle una nueva cara a México en términos económicos, políticos y sociales, sin polarizar al país en colores partidistas.

Genevieve Signoret, una macroeconomista norteamericana, socia de TransEconomics, una gestora de fondos de capital riesgo y fondos inmobiliarios privados estadounidenses, dijo en entrevista que Claudia Sheinbaum no ha mostrado que la unidad le sea una prioridad, pero deberá buscarla.

“Su postura de abnegada devoción ante AMLO manda la señal de que prefiere gobernar por conflicto y polarización al igual que él. Pero, si yo fuera su asesora, le aconsejaría lo contrario”, apuntó.

Sheinbaum alineó sus propuestas de campaña con la plataforma política de AMLO, pero cuando le preguntaron en diversos foros sobre la relación de la inversión privada y el Gobierno, principalmente en el sector energético, abrió la puerta al capital privado y revisar esquemas de inversión.

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Personas consultadas por Bloomberg Línea, que prefirieron el anonimato, dijeron que esperan el manotazo de Sheinbaum en la mesa, respecto de decisiones de AMLO en el manejo de Petróleos Mexicanos (Pemex) y su situación financiera, en la aplicación de la austeridad en el Gobierno y en el discurso sobre las empresas.

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Al tener una formación en temas de energía renovable y cambio climático, los inversionistas y personas que laboran en agencias calificadoras con mayor razón esperan decisiones firmes en cuanto al modelo de negocios de Pemex, que es la empresa petrolera más endeudada del mundo.

Signoret afirmó que la mayor prioridad de la siguiente presidenta será afrontar el problema fiscal. México cerrará 2024 con el déficit fiscal más alto en dos décadas y la ruta del Gobierno apunta a una consolidación fiscal en 2025 que deberá concretar Sheinbaum, de lo contrario, las agencias calificadoras podrían rebajar la nota soberana.

¿Qué representa para México una mujer presidenta?

AMLO inaugura Banco del Bienestar

Banco de México (Banxico) se fundó en 1925 y en 1994 la Constitución le otorgó autonomía al banco central, pero fue en los últimos seis años en los que el organismo tuvo por primera vez a mujeres como miembros de su Junta de Gobierno.

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La primera mujer en integrarse fue la subgobernadora Irene Espinosa en enero de 2018, aún bajo el último año de Gobierno de Enrique Peña Nieto. Le siguió Galia Borja, quien se convirtió en la segunda subgobernadora en 2021, ya con AMLO en el poder. Ambas abrieron paso en el banco central para que, por primera vez fuera liderado por una mujer. Fue así como Victoria Rodríguez Ceja llegó como gobernadora en 2022.

Cuatro días antes de la elección presidencial, durante la conferencia trimestral de inflación del 29 de mayo, las banqueras centrales opinaron desde su experiencia respecto a llegar a puestos ocupados históricamente por hombres.

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Rodríguez Ceja dijo que el hecho de tener una presidenta mujer será un hito para la sociedad mexicana y que la contienda electoral ha sido muestra de la evolución de la sociedad mexicana. “Ha sido un logro de todos que podamos elegir entre candidaturas (de mujeres) y muestra la solidez de la democracia”.

Borja sostuvo que tener una mujer en el más alto cargo del país simbolizará un avance significativo en cuanto a cambiar los estereotipos que existen al respecto del género. “Si bien hemos avanzado en México en la disminución de la brecha de género en diferentes ámbitos, aún es mucho lo que falta, pero ayudará para ir cambiando los estereotipos”.

Espinosa dijo que una mujer presidenta representa un hito histórico y coincidió con Borja sobre que el hecho ayudará a romper estereotipos y establecer políticas a favor de las mujeres. “Estoy segura de que el hecho de que tengamos una mujer presidenta será un impulso invaluable para avanzar en la igualdad de género en nuestro país”.

AMLO, el feminismo y la promesa de Sheinbaum de acabar con el machismo

Fue durante el sexenio obradorista cuando el movimiento feminista salió a las calles del país como nunca antes lo había hecho, llenando plazas emblemáticas para Morena y el presidente, como lo es el Zócalo en el Centro Histórico de Ciudad de México.

AMLO, ataviado con una corbata morada, afirmó el 8 de marzo de 2023 que el feminismo se consolidó en su Gobierno y en el movimiento que él denominó Cuarta Transformación.

Para el presidente, ser feminista es contar con un gabinete paritario y que en 23 de las 32 entidades en las que gobierna Morena, siete están encabezadas por mujeres. Un año después, el 8 de marzo de 2024, AMLO llamó “chiquillas” a las secretarias de Estado de su gabinete cuando se iban a tomar una fotografía al término de la mañanera, lo que le mereció críticas en redes sociales.

En los hechos, sin embargo, el presidente actuó diferente. López Obrador ha dicho que el movimiento de feministas está infiltrado por los “conservadores” y no ha recibido en Palacio Nacional a las mujeres que claman por un alto a los feminicidios. También cerró la puerta a los colectivos de madres buscadoras de sus hijos desaparecidos.

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Sheinbaum, cuando era jefa de Gobierno, respaldó en general la postura del presidente.

La candidata se declaró feminista el 29 de septiembre de 2020, un día después de la conmemoración del Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, cuando diversos colectivos feministas protestaron en la capital y realizaron pintas en calles del Centro Histórico.

“El movimiento feminista merece todo nuestro reconocimiento y simpatía, yo me reconozco como feminista, pero lo que no estamos de acuerdo es con la violencia, no podemos aceptar la violencia de ningún tipo”, declaró la entonces Jefa de Gobierno de la ciudad.

El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) espera que la próxima presidenta de México muestre mayor sensibilidad y empatía ante la problemática de la violencia contra las mujeres.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2022), a partir de 2008 la tasa de homicidios y los registros de víctimas mujeres se elevaron en un 33% en el contexto de la implementación de las políticas de militarización de la seguridad pública.

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De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en los últimos cinco años se han cometido 18.469 asesinatos de mujeres en todo el país. Entre enero y diciembre de 2023 fueron asesinadas 3.408 mujeres, de las cuales solo en 827 casos se investigan como feminicidios.

Esto significa que, en México, cada día son asesinadas 10 mujeres.

En cuanto a las desapariciones, de acuerdo con cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas, actualmente hay un total de 116.302 personas desaparecidas, de las cuales 27.323 son mujeres. El problema de esta cifra es que existe un subregistro, señala el Observatorio.

“Vamos a llegar a la Presidencia, por primera vez en 200 años de la República, y no llego sola, llegamos todas (…) pero sobre todo reconociendo que, con este triunfo, el machismo en nuestro país va a quedar en el pasado”, dijo rimbombante Sheinbaum un día de abril en campaña por Chiapas.

Lo que viene ahora es gobernar y erradicar el machismo, como prometió a las ancestras, a las abuelas, las madres, sus hijas y sus nietas.