Bloomberg — Los principales factores que impulsan la notable resistencia del consumidor estadounidense están perdiendo fuerza al mismo tiempo, lo que sugiere que el reciente retroceso de la demanda de los hogares puede ser algo más que un fenómeno puntual.
Lea más: Copa América: ¿cuáles son las Selecciones con las camisetas más caras del torneo?
La renta real disponible sólo ha aumentado modestamente en el último año. La tasa de ahorro se sitúa ahora en el nivel más bajo de los últimos 16 meses, ya que los hogares han agotado la mayor parte del dinero extra que acumularon durante la pandemia. A su vez, muchos estadounidenses dependen cada vez más de las tarjetas de crédito y otras fuentes de financiación para sostener sus gastos.
Estos factores ayudan a explicar por qué el gasto real - que excluye el impacto de la inflación - cayó en abril, con los consumidores gastando menos en coches, restaurantes y actividades recreativas. Con el mercado laboral también enfriándose, empresas como Best Buy Co. han notado un cambio en los últimos meses a medida que los compradores se decantan por marcas más baratas.
“La ralentización del mercado laboral seguirá limitando el crecimiento de los ingresos y empujará a las familias a moderar el gasto en un contexto de menores reservas de ahorro y mayor endeudamiento”, afirma Gregory Daco, economista jefe de EY, en una nota publicada el viernes. “Teniendo en cuenta la mayor sensibilidad a los precios, el impulso del gasto de los hogares se enfriará gradualmente”.
La caída del gasto de los consumidores en abril comunicada el viernes y la reciente revisión a la baja de la estimación del Gobierno para el producto interior bruto del primer trimestre proporcionan pruebas bastante convincentes de que la economía estadounidense está abandonando el ritmo sorprendentemente fuerte que marcó en 2023.
Es probable que los últimos datos también tranquilicen a los responsables de la Reserva Federal, donde en las últimas semanas ha surgido un debate sobre si su tipo de interés oficial -situado en su nivel más alto en más de 20 años- estaba frenando la economía tanto como esperaban.
El debate surgió a raíz de la fortaleza mostrada por el consumidor estadounidense en los dos últimos años. Si bien ello ayudó a la economía estadounidense a desafiar repetidamente los pronósticos de recesión, desconcertó tanto a los economistas de Wall Street como a los funcionarios de la Reserva Federal. La fuerte demanda de mano de obra, el ahorro tras la pandemia y los considerables aumentos salariales han contribuido a ello.
Pero a medida que la inflación se hace más difícil de controlar, obligando a la Reserva Federal a mantener altos los costes de endeudamiento, la economía estadounidense empieza por fin a ralentizarse. La demanda de trabajadores ha descendido desde sus picos pandémicos, lo que significa que los empresarios ya no aumentan los salarios con tanta rapidez. Los sueldos y salarios avanzaron un 0,2% en abril, la menor subida en cinco meses, según mostró el informe de gastos de consumo personal.
Los últimos resultados empresariales indican que los consumidores dan cada vez más prioridad a los productos de primera necesidad frente a los grandes artículos de consumo discrecional. Y los consumidores de mayores ingresos están reduciendo sus compras o buscando gangas, lo que contribuyó a impulsar las ventas de Walmart Inc. (WMT) y del minorista de descuento Dollar General Inc.
Informe sobre empleo
Los consumidores están tomando «decisiones difíciles con sus presupuestos», declaró Corie Barry, consejera delegada de Best Buy, en la llamada sobre los resultados del primer trimestre. La ejecutiva señaló los cambios en el entorno macroeconómico desde el último informe trimestral del minorista electrónico.
“Hace tres meses, había varios indicadores que mostraban cierta favorabilidad, entre ellos el descenso de la inflación, la persistencia de una tasa de desempleo baja, tendencias alentadoras en la confianza de los consumidores y el comienzo de un repunte del mercado inmobiliario», dijo Barry. «Desde entonces, la inflación sigue siendo alta, los tipos hipotecarios son elevados y los índices de confianza del consumidor tienden a la baja”.
Un nuevo informe gubernamental sobre el empleo, previsto para el viernes, ofrecerá más datos sobre la dirección del mercado laboral. Los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal prestarán especial atención a estas cifras en su intento de controlar la inflación sin quebrar la economía.
Desde este punto de vista, el descenso del gasto de los consumidores en abril ha contribuido probablemente al retroceso de la inflación. Sin embargo, también puede plantear la cuestión de cuánto tiempo puede aguantar la economía.
Andrew Hollenhorst y Veronica Clark, economistas de Citigroup Inc., escribieron tras el informe del PCE del viernes: “Los funcionarios de la Reserva Federal considerarán que el informe de hoy muestra cierto enfriamiento en el gasto de los consumidores, lo que apunta a una menor presión inflacionista». «Nuestra visión de la economía estadounidense no es tan optimista”.
Lea más en Bloomberg.com