Bloomberg — En gran parte y de forma infravalorada, el trabajo de la Fed estadounidense consiste en perseguir un número escurridizo: r*, o la tasa de interés neutral a corto plazo.
Cuando la tasa objetivo de la Fed está sobre r*, se debería limitar el crecimiento. Cuando es inferior, debe estimular la actividad económica.
Creo que r* es mucho más alta de lo que admite la Reserva Federal, lo que implica que el banco central no está luchando lo suficiente contra la inflación.
R* no es algo directamente constatable. Debe inferirse de cómo reacciona la economía a las tasas de interés a corto plazo. Esto es difícil por tres motivos principales.
Primero, el impacto de las tasas a corto plazo dependen de otros fenómenos financieros como las tasas a largo plazo, los valores bursátiles y los diferenciales de crédito, todos ellos muy variables por sí mismos.
Desde el mes de octubre, las condiciones financieras se han suavizado significativamente a pesar de que la Fed ha mantenido estables las tasas a corto plazo.
Segundo, las variaciones de las tasas actúan con desfases largos y variables: por ejemplo, es posible que todavía no se hayan dejado sentir todos los efectos del endurecimiento de la Reserva Federal del 2023.
Y tercero, en la economía siempre suceden muchos otros acontecimientos además de la política monetaria, como por ejemplo, en el momento actual, una avalancha de inversiones en la IA.
No obstante, r* es un factor excesivamente importante como para ser ignorado. Es necesario emitir un juicio para determinar la posición de la Fed y lo que necesita hacer. Y recientemente, el criterio de los funcionarios no es convincente.
El presidente Jerome Powell ha rechazado principalmente preguntas a r* en sus conferencias de prensa. La proyección mediana de r* de la Reserva Federal (ajustada por una inflación del 2%) apenas se ha movido en años, y finalmente subió 10 puntos básicos hasta el 0,6% en marzo .
El gobernador Christopher Waller argumentó inexplicablemente que r* depende principalmente de la demanda de activos seguros como los bonos del Tesoro estadounidense. Los modelos econométricos formales que estiman r* no pueden incorporar rápidamente el cambio en el entorno económico pospandemia: los datos de los últimos años son demasiado ruidosos y proporcionan muy poca información, como lo han demostrado los esfuerzos por actualizar el modelo Holston-Laubach-Williams .
Hay argumentos sólidos de que r* ha aumentado sustancialmente.
Por un lado, la persistente fortaleza de la economía estadounidense sugiere que la política monetaria no es muy restrictiva. El crecimiento relativamente lento en los primeros tres meses de 2024, una tasa anualizada del 1,6%, subestima el verdadero impulso.
Una medida de la demanda subyacente (las ventas finales reales a compradores nacionales privados) aumentó un 3,1%. El modelo GDP Now (PIB ahora) de la Fed de Atlanta pronostica un crecimiento del 3,5% en el segundo trimestre.
Además, varios factores están reduciendo el ahorro deseado y aumentando la inversión deseada, lo que a su vez hace subir r*.
Por el lado del ahorro, los altos precios de las acciones están haciendo que la gente se sienta más inclinada a gastar, los baby boomers están recurriendo a sus fondos de jubilación y el gobierno estadounidense está endeudándose enormemente (lo opuesto al ahorro) para financiar sus déficits presupuestarios.
Y en el lado de la inversión, la administración Biden ha impulsado gastos de capital en todo, desde fábricas de chips hasta tecnología verde, y la energía renovable (eólica y solar) requiere mucho más capital que el carbón o el gas natural.
Si lo sumamos todo, r* podría llegar al 2%, que era la sabiduría convencional antes de la crisis financiera de 2008 (plasmada en la Regla de Taylor, una estimación mecánica de la tasa óptima de fondos federales).
De ser así, la tasa neutral a corto plazo sería actualmente de aproximadamente 5% (un 2% r* más 3% de inflación), lo que significa que la tasa actual de fondos federales de 5,25% a 5,50% está ejerciendo una restricción insignificante sobre el crecimiento y la inflación.
Quizás el mantra de la Reserva Federal, en lugar de “más alto por más tiempo”, debería ser “más alto indefinidamente” hasta que la inflación se mueva de manera más convincente en la dirección deseada.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.
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