Bloomberg — China, Japón y Corea del Sur buscaron revitalizar la cooperación en materia económica y de seguridad en su primera cumbre tripartita formal desde 2019, en la que el primer ministro Li Qiang intentó persuadir a sus vecinos para que colaboren con Pekín en el mantenimiento de la estabilidad de las cadenas de suministro.
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Durante las conversaciones tripartitas celebradas el lunes en Seúl, Li pidió al primer ministro japonés, Fumio Kishida, y al presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, que rechacen la política de bloque y el desvincularse de China, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
La cumbre se celebra en un momento en que Pekín se ha opuesto al endurecimiento de las normas estadounidenses sobre exportación de chips, que forman parte de un esfuerzo más amplio por obstaculizar la industria de fabricación de chips de China por motivos de seguridad nacional. Japón y Corea del Sur, que se han ido acercando entre sí y a Washington bajo la presidencia de Yoon, son fundamentales en los esfuerzos de Estados Unidos por negar a Pekín el acceso a herramientas y tecnología de fabricación de chips de alta gama.
“Acordamos crear un entorno comercial y de inversión transparente y predecible y establecer una cadena de suministro segura”, declaró Yoon después de la cumbre. En una declaración conjunta, los tres líderes se comprometieron a fortalecer la cooperación en las cadenas de suministro y acelerar las conversaciones hacia un acuerdo de libre comercio, que han estado estancadas durante años.
Yoon y Kishida abordaron las amenazas a la seguridad planteadas por Corea del Norte. Tokio y Seúl han solicitado la ayuda de Pekín para utilizar su influencia económica sobre Pionyang con el fin de frenar las ambiciones atómicas del líder Kim Jong Un.
Justo antes de la cumbre, Japón dijo que Corea del Norte había avisado que planeaba lanzar pronto un cohete para desplegar un satélite. Japón, Corea del Sur y Estados Unidos han afirmado que el programa espacial de Corea del Norte lo ayuda a desarrollar misiles balísticos y viola las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
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“Es importante trabajar por la desnuclearización de Corea del Norte al mismo tiempo que se implementan fielmente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU con el objetivo de lograr en última instancia una Península de Corea libre, pacífica y unificada”, dijo Yoon.
Si bien los tres países están geográficamente cerca, cumbres como ésta son relativamente poco frecuentes. Se suponía que los líderes se reunirían una vez al año, pero el encuentro se estancó durante casi cinco años debido a la pandemia de covid-19 y a las tensiones geopolíticas.
Yeo Han Koo, ex ministro de Comercio de Corea del Sur que ayudó a organizar la cumbre trilateral anterior de 2019, dijo que la brecha entre Pekín y los dos aliados de EE.UU. en materia comercial “no es fácil de salvar” bajo el régimen de control de exportaciones de la Administración Biden.
“Al menos pueden lograr que todos salgan ganando si gestionan los riesgos y previenen el peor de los escenarios de coerción económica y escalada del ‘ojo por ojo’”, dijo Yeo.
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Li dijo a Yoon en su reunión del domingo que ambas partes deben evitar convertir las cuestiones económicas en cuestiones políticas, y Pekín da la bienvenida a las empresas surcoreanas, incluida Samsung Electronics Co. para ampliar la inversión en China, dijo Xinhua.
Los comentarios del primer ministro chino se producen en un momento en que los lazos económicos con sus vecinos se han debilitado y grandes empresas como Samsung y la japonesa Toyota Motor Corp. (TM) han aumentado sus inversiones en fabricación en EE.UU.
El ritmo de la inversión japonesa en China se ha desacelerado, aunque el país sigue siendo la fuente de inversión más importante para Pekín. Las nuevas inversiones cayeron por segundo año en 2023, y el total de dinero nuevo en China y Hong Kong fue menos de una décima parte del gasto en EE.UU., según datos del Gobierno.
Lo mismo ocurre con las empresas coreanas. La inversión en China el año pasado fue la más baja en los últimos 20 años, mientras que las empresas coreanas siguieron invirtiendo en EE.UU. para aprovechar los subsidios a las inversiones en alta tecnología.
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