Bloomberg — François Villeroy de Galhau, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, ha manifestado que el Banco Central Europeo no debería rechazar la idea de una reducción consecutiva de los costes del crédito en sus reuniones tanto de junio como de julio, en contra de la postura de otros responsables monetarios, que se muestran incómodos ante la perspectiva de recortes de forma sucesiva.
En declaraciones al diario alemán Boersen-Zeitung, Villeroy se mostró partidario de la “máxima opcionalidad” tras la rebaja de la tasa de depósito del mes que viene, que, en su opinión, solo puede verse truncada por un shock.
“A menudo he leído que solamente hay que reducir las tasas una vez cada trimestre, una vez que se conozcan las nuevas proyecciones sobre la economía, y, por tanto, hay que excluir el mes de julio”, declaró en la entrevista. “¿Por qué, si actuamos reunión a reunión y nos guiamos por los datos? No quiero decir que deberíamos comprometernos ya con el de julio, pero conservemos nuestra libertad respecto al calendario y al ritmo”.
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Aunque la mayoría de los responsables políticos coinciden en junio, en general son reacios a apostar por una hoja de ruta posterior a esa fecha, dado que los “aumentos de los salarios” y la inflación de los servicios resultan inflexibles, la tensión en Medio Oriente pone en peligro los precios energéticos y los recortes de las tasas estadounidenses se están retrasando.
Aun así, algunos han entrado en el debate: el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, declaró a Bloomberg este fin de semana que un segundo movimiento del BCE podría tener que esperar hasta septiembre.
Esta cautela también es evidente en los mercados. Este mes redujeron las apuestas a la flexibilización monetaria y ahora solo descuentan dos reducciones de un cuarto de punto en 2024, frente a las tres anteriores. Para julio no se prevén cambios.
Villeroy dijo que el BCE tiene un “margen significativo” para flexibilizar la política monetaria hacia un nivel neutral que se cree que está entre el 2% y el 2,5%. Calificó de “razonables” las expectativas del mercado sobre dónde se estabilizarán finalmente los costos de endeudamiento,actualmente se prevé una tasa terminal de alrededor del 2,8% dentro de cinco años.
En un discurso pronunciado el lunes en Dublín, el economista jefe, Philip Lane, dijo que el BCE no está comprometido con “ninguna velocidad específica” de reducción de tasas. Reiteró que los funcionarios “continuarán siguiendo un enfoque que depende de los datos y reunión por reunión para determinar el nivel apropiado y la duración de la restricción”.
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En cuanto al impacto de la política estadounidense en las decisiones del BCE, Villeroy dijo que ni él y ni sus colegas se dejarían guiar mucho por la Reserva Federal, que comenzará a reducir las tasas a finales de este año.
Si bien esto podría fortalecer el dólar frente al euro, el jefe del Banco de Francia dijo que el impacto en la inflación sería inferior al 10% y que las condiciones financieras más estrictas en Estados Unidos podrían, de hecho, ser desinflacionarias para Europa.
En su opinión, el déficit presupuestario de EE.UU. es más preocupante, ya que podría modificar significativamente las tasas de interés a largo plazo, endureciendo las condiciones y alimentando la inflación.
“La política fiscal estadounidense es la realidad que nadie quiere ver”, afirmó.
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