Bloomberg — El cobre se estabilizó tras la mayor caída en casi dos años, mientras las fábricas chinas se resistían a pagar precios récord y los funcionarios de la Reserva Federal hacían comentarios de línea dura sobre la inflación.
El metal alcanzó un máximo histórico por encima de los US$11.000 la tonelada el lunes, ya que las apuestas alcistas presionaron a los titulares de posiciones cortas para que cerraran sus operaciones. A ello siguió una caída del 4,1% el miércoles, la mayor desde julio de 2022, en medio de una recogida de beneficios y de señales de una menor demanda en China.
Lea más: Precios récord del oro y el cobre son otros incentivos para la minería ilegal en Perú
Las fábricas del mayor consumidor de metales del mundo tienen dificultades para repercutir el aumento de los costos del cobre a los clientes que fabrican productos que van desde los aires acondicionados hasta la electrónica doméstica.
En Estados Unidos, las actas de la reunión de mayo del Comité Federal de Mercado Abierto mostraron su preocupación por el “decepcionante” aumento de los precios. El banco central podría mantener las tasas más altas durante más tiempo “en caso de que la inflación no muestre signos de avanzar de forma sostenible hacia” su objetivo del 2%. Eso podría frenar el crecimiento económico mundial.
Lea más: El cobre bate récords sobre los US$11.000 ante apuestas de que una escasez se avecina
El repunte récord del cobre estaba “mostrando signos de relajación”, dijo Jinrui Futures Co. en una nota. Aún así, la promesa de China de intensificar el estímulo junto con las expectativas de que los suministros se ajustarán pueden apoyar los precios elevados a corto plazo, dijo la firma.
Lea más en Bloomberg.com
