Bloomberg — El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que el banco central estadounidense debe ser paciente mientras espera más pruebas de que las altas tasas de interés están frenando la inflación, reafirmando la necesidad de mantener elevados los costes de endeudamiento.
Powell reiteró que probablemente se tardará más de lo que se pensaba en alcanzar la confianza necesaria para bajar las tasas de interés, haciéndose eco de las declaraciones realizadas tras la última reunión de la Fed el 1 de mayo. Describió las tasas actuales como restrictivas según “muchas, muchas medidas”, pero señaló que el tiempo dirá si la política es lo suficientemente restrictiva como para devolver la inflación al objetivo del 2% de la Fed.
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“Pensamos en el efecto de las cosas que estamos haciendo sobre las condiciones financieras más ampliamente y sobre la economía”, dijo Powell el martes durante un evento organizado por la Asociación de Banqueros Extranjeros en Ámsterdam. “Todas esas cosas nos llevan a creer en este momento que la política es restrictiva, y que parece que tardaremos más en confiar en que la inflación baje al 2% con el tiempo”.
“Creemos que probablemente sea cuestión de mantener esa postura durante más tiempo”, añadió.
Durante el debate moderado entre Powell y Klaas Knot, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, el jefe de la Fed reiteró que no era probable que la próxima medida de la Fed fuera una subida de tasas. Powell añadió que es más probable que la Fed mantenga el tipo de interés oficial donde está.
Los responsables de los bancos centrales estadounidenses, incluido Powell, han expresado su decepción por la falta de avances de la inflación en el primer trimestre. A principios de este mes, los responsables políticos mantuvieron su tasa de política de referencia sin cambios en un máximo de 23 años, un nivel que Powell dijo que estaba dispuesto a mantener “durante el tiempo que sea apropiado.”
Powell dijo que espera que la inflación baje mensualmente, pero las cifras de precios del primer trimestre han moderado su confianza.
“El primer trimestre en Estados Unidos fue notable por su falta de mayores avances en la inflación”, dijo. “No esperábamos que fuera un camino de rosas, pero éstas fueron más altas de lo que creo que nadie esperaba”.
“Lo que eso nos ha dicho es que tendremos que ser pacientes y dejar que la política restrictiva haga su trabajo”, dijo Powell.
Precios de producción
El índice de precios a la producción, una medida de los precios al por mayor, superó todas las previsiones de los economistas en abril, según mostró el martes un informe del Gobierno. Dicho esto, varios componentes del informe que se utilizan para calcular el indicador de inflación preferido de la Reserva Federal, el índice de precios de los gastos de consumo personal, fueron más dispares.
Powell describió el informe del martes como “mixto”. El índice de precios al consumo de abril se publicará el miércoles, y los economistas encuestados por Bloomberg estiman que los precios subieron un firme 3,4% respecto al año anterior.
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La economía estadounidense sigue mostrando resistencia incluso con la Fed asentándose en unos tipos más altos a largo plazo. Las nóminas no agrícolas se han situado en una media de 246.000 al mes en lo que va de año, y el desempleo sigue siendo bajo. El informe de empleo de abril, sin embargo, mostró algunos signos de moderación, con un ritmo más lento de crecimiento del empleo y un inesperado aumento del desempleo.
Powell describió el mercado laboral como “muy fuerte”, con signos de enfriamiento gradual y reequilibrio, en parte impulsado por un aumento de la oferta de mano de obra procedente de la inmigración, así como por una relajación de la demanda. Añadió que el mercado laboral está tan tenso como antes de la pandemia de 2019.
Perspectivas europeas
Los responsables del BCE, incluida su presidenta Christine Lagarde, han señalado que empezarán a reducir los costes de los préstamos en su reunión de junio, una opinión de la que Knot se hizo eco el martes. Lo que ocurra después está menos claro y es más controvertido.
Algunos responsables políticos europeos están a favor de una serie de rápidos recortes de tasas para reducir la carga sobre la economía de la zona euro, mientras que otros piden cautela, argumentando los riesgos persistentes para los precios al consumo. Aunque los responsables del BCE insisten en ser independientes de la Fed, parece haber cierto desacuerdo sobre hasta qué punto la política monetaria del BCE puede divergir de la de su homólogo estadounidense.
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