Bloomberg — El sudeste asiático, considerado durante mucho tiempo un hinterland de la tecnología, se está convirtiendo rápidamente en el centro de gravedad del sector.
Los consejeros delegados de Apple Inc, Microsoft Corp y Nvidia Corp son algunos de los jefes del sector que han pasado por la región en los últimos meses, comprometiendo miles de millones de dólares en inversiones y reuniéndose con jefes de Estado desde Indonesia a Malasia. Esta misma semana, Amazon.com Inc. ocupó una gigantesca sala de conferencias en el centro de Singapur para desplegar un plan de inversión de US$9.000 millones ante miles de personas que vitoreaban y agitaban palos luminosos.
Después de décadas de jugar un papel secundario frente a China y Japón, la región de unos 675 millones de habitantes, está atrayendo más inversión tecnológica que nunca. Sólo en centros de datos, las mayores empresas del mundo están dispuestas a invertir hasta US$60.000 millones en los próximos años, a medida que las jóvenes poblaciones del sudeste asiático adopten el streaming de vídeo, las compras en línea y la inteligencia artificial generativa.
La región, tradicionalmente acogedora para las inversiones occidentales, ha llegado su momento, ya que China se está volviendo más hostil a las empresas estadounidenses y la India sigue siendo más difícil de manejar políticamente. Silicon Valley está poniendo sus miras en regímenes favorables a los negocios, una cantera de talentos en rápido crecimiento y un aumento de los ingresos. La llegada de la inteligencia artificial está impulsando a los líderes tecnológicos a buscar nuevas fuentes de crecimiento, creando la infraestructura digital del futuro de la región.
“Países como Singapur y Malasia son en gran medida neutrales a las tensiones geopolíticas que se producen con China, Estados Unidos, Ucrania y Rusia”, afirma Sean Lim, socio director de NWD Holdings, con sede en Singapur, que invierte en proyectos basados en IA y en otras áreas. “Especialmente con las guerras en curso, esta región se ha vuelto más atractiva”.
Por ejemplo, Tim Cook y Satya Nadella se embarcaron el mes pasado en sus mayores giras por el sudeste asiático en años. Las inversiones que prometieron contribuirán a convertir la región en un importante campo de batalla entre empresas de la talla de Amazon, Microsoft y Google en futuras fronteras como la inteligencia artificial y la nube.
La creciente mano de obra de la región la está convirtiendo en una alternativa viable a China como centro de talento para apoyar las operaciones globales de las empresas. A medida que sus gobiernos impulsaban mejoras en educación e infraestructuras, se ha convertido en una base atractiva para todo tipo de actividades, desde la fabricación y los centros de datos hasta la investigación y el diseño.
“Los gobiernos son favorables a las inversiones transfronterizas y existe una gran reserva de talento”, afirma Lim, de NWD.
El sudeste asiático también se ha convertido en un mercado importante de aparatos y servicios en línea. Alrededor del 65% del sudeste asiático será de clase media en 2030, con un creciente poder adquisitivo, según estimaciones del gobierno de Singapur. Ello contribuirá a duplicar con creces el mercado de servicios basados en Internet de la región, hasta alcanzar los US$600.000 millones, según estimaciones de Google, Temasek Holdings Pte y Bain & Co.
Apple, cuyos caros aparatos han estado durante mucho tiempo fuera del alcance de la gran mayoría de la región, está abriendo nuevas tiendas. A finales de abril, el consejero delegado Cook realizó una gira por Vietnam, Indonesia y Singapur, donde se reunió con los primeros ministros y anunció nuevas inversiones, en un momento en que la empresa busca nuevas regiones de crecimiento más allá de China, donde las ventas se han estancado.
En Yakarta, además de las reuniones con los dirigentes del país, Cook se reunió con un influencer local con casi 800.000 seguidores en Instagram para degustar pollo satay, y aprendió lo suficiente de la lengua local como para decir “¿Cómo estás?” en un vídeo que circuló por las redes sociales. En su cuenta X, los clientes locales pidieron a Cook una Apple Store y un mejor servicio de los productos de Apple en el país. Tras el viaje, Apple informó de que sus ingresos en Indonesia habían alcanzado una cifra récord, a pesar de que las ventas mundiales totales disminuyeron.
“Son mercados en los que nuestra cuota de mercado es baja”, dijo Cook en una conferencia telefónica la semana pasada. “Las poblaciones son grandes y están creciendo. Y nuestros productos realmente están progresando mucho.”
Nadella, CEO de Microsoft, también recibió una entusiasta bienvenida tras reunirse con los líderes de Malasia, Indonesia y Tailandia la semana pasada. En Bangkok, bajo las brillantes lámparas de araña de un salón de baile, se le vio estrechando manos y conversando con altos cargos del gobierno y las principales élites empresariales del país.
El atractivo del sudeste asiático se hace evidente si se tiene en cuenta la ralentización de los beneficios en Silicon Valley, que se esfuerza ahora por sentar las bases de la IA, que se prevé se convierta en una tecnología determinante para la industria. En las próximas semanas se celebrarán en Singapur dos importantes eventos sobre IA en los que participarán altos cargos de OpenAI, Anthropic y Microsoft, entre otros, para seguir promocionando las promesas de esta tecnología en el sudeste asiático.
Un catalizador específico para las empresas tecnológicas es la IA generativa, con servicios como ChatGPT que ganan usuarios rápidamente. Según un informe de la consultora Kearney, la aceleración de la adopción de la IA en el sudeste asiático puede suponer un aumento de un billón de dólares en la economía de la región de aquí a 2030.
Esto significa que se necesitan más centros de datos para almacenar y procesar las ingentes cantidades de información que circulan entre creadores de contenidos, empresas y clientes. Según datos de Cushman & Wakefield, se espera que la demanda de centros de datos en el sudeste asiático y el norte de Asia crezca un 25% anual hasta 2028. Esta cifra contrasta con el 14% anual en Estados Unidos. En 2028, el Sudeste Asiático se convertirá en la segunda fuente de ingresos de centros de datos del mundo fuera de EE.UU.
Entre los puntos calientes se encuentra la región de Johor Bahru, en el sur de Malasia, donde Nvidia se asoció el año pasado con una empresa local para construir un parque de centros de datos de IA por valor de 4.300 millones de dólares. Nvidia también tiene en el punto de mira a Vietnam, que el CEO Jensen Huang ve como un potencial segundo hogar para la compañía, según informaron los medios locales durante su visita en diciembre. Huang fue visto disfrutando de comida callejera y café con huevo, una especialidad vietnamita, mientras se reunía con contactos tecnológicos locales vestido con una camiseta negra y vaqueros.
Desde entonces, la empresa ha estudiado las posibilidades de invertir en Hanói, Ciudad Ho Chi Minh y Da Nang, ciudades que Keith Strier, vicepresidente de iniciativas mundiales de IA, visitó el mes pasado.
El sudeste asiático, una región formada por una docena de países política, cultural y geográficamente dispares, no es el mercado más fácil para las empresas internacionales. Según Lim, de NWD, entre los riesgos figuran las dificultades para desenvolverse en las culturas de trabajo locales y la volatilidad de las distintas divisas.
Pero, de momento, las grandes tecnológicas están aprovechando las ventajas de la región, como su mano de obra relativamente barata pero altamente cualificada, útil para crear tecnologías costosas, como los grandes modelos lingüísticos, que requieren no sólo mucho dinero, sino también ingenieros cualificados. La mayoría de las empresas estadounidenses anunciaron programas de formación con los gobiernos locales, y Microsoft prometió formar a un total de 2,5 millones de personas en habilidades de IA en el sudeste asiático para 2025.
“En este cambio influyen factores externos e internos”, afirma Nicholas Lee, director asociado de la oficina de Singapur de la consultora política Global Counsel. “Además de la intensificación de la rivalidad entre Estados Unidos y China y la divergencia de políticas en las principales jurisdicciones, el moderado crecimiento de los ingresos y el aumento de los costes también subrayan la necesidad de que las empresas gestionen los gastos con prudencia.”
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