El Banco Central de Brasil recortó su tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual, moderando su campaña de relajación monetaria a medida que aumentan las incertidumbres económicas y fiscales.
Los responsables de la política monetaria, encabezados por Roberto Campos Neto, rebajaron este miércoles la Selic de referencia al 10,5%, tal y como esperaban 22 de los 33 analistas encuestados por Bloomberg. Los once restantes preveían una séptima reducción consecutiva de medio punto.
La decisión estuvo dividida por primera vez desde agosto, ya que cuatro de los nueve miembros del consejo votaron a favor de un recorte mayor, de 50 puntos básicos.
“El Comité subraya que la política monetaria debe seguir siendo contractiva hasta que se consoliden tanto el proceso de desinflación como el anclaje de las expectativas en torno a los objetivos”, escribieron los responsables políticos en una declaración que acompañaba a la decisión. “El Comité también refuerza, con especial énfasis, que la extensión y adecuación de los futuros cambios en la tasa de interés vendrán determinados por el firme compromiso de alcanzar el objetivo de inflación en el horizonte relevante”.
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Campos Neto advirtió a los inversores el mes pasado de que una “gran revalorización” de los activos internacionales aumentaba la incertidumbre hasta el punto de que el banco central ya no podía seguir comprometido con su orientación de una reducción adicional de medio punto. Existen riesgos de que la Reserva Federal mantenga sus tasas de interés altos durante más tiempo, ya que la economía estadounidense sigue firme. A nivel local, el debilitamiento del objetivo fiscal clave del próximo año reavivó la preocupación por el gasto entre los inversores.
“Habían dejado claro que su decisión dependería de las condiciones del mercado”, dijo Alexandre de Azara, economista jefe de UBS BB Investment Bank, antes de la decisión sobre los tipos. “La incertidumbre es elevada”.
La inflación anual se redujo al 3,77% a mediados de abril, ya que los costes de los servicios aumentaron menos que el mes anterior. Aún así, los responsables políticos han dicho que siguen preocupados por las posibles presiones sobre los precios derivadas de un mercado laboral fuerte.
El Gobierno abrió la puerta a un mayor gasto en 2025 al afirmar que aspirará a un presupuesto primario equilibrado -que excluye el pago de intereses- en lugar de un superávit.
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Las estimaciones de inflación se mantienen por encima del objetivo del banco del 3% hasta 2027, mientras los inversores evalúan los cambios en la política monetaria impulsados por la creciente influencia del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva en el consejo del banco. Además, las devastadoras inundaciones de este mes en el sur de Brasil aumentan aún más la presión sobre el gasto.
La decisión del banco podría reavivar las tensiones políticas, ya que Lula pide a su gabinete propuestas para impulsar el crecimiento económico, mientras que muchos aliados siguen criticando a Campos Neto por no relajar la política monetaria con la suficiente rapidez.
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