Bloomberg Línea — Los desastres climáticos se están volviendo un dolor de cabeza para la industria aseguradora y las empresas en general, especialmente debido al aumento de la frecuencia en la que estos eventos están ocurriendo.
El millonario coste del cambio climático
Se estima que el coste económico derivado de los fenómenos meteorológicos y climáticos en 2023, excluyendo pérdidas por terremotos u otros fenómenos no atmosféricos, alcanzó los US$301.000 millones mundiales, de los cuales las aseguradoras cubrieron unos US$116.000 millones, de acuerdo a un reporte de la firma Gallagher.
Entre tanto, según estimaciones de Swiss Re Institute, en 2023 las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales superaron los US$100.000 millones por cuarto año consecutivo globalmente.
Puntualmente, los daños asegurados causados por tormentas eléctricas severas alcanzaron un nuevo máximo histórico de US$60.000 millones.
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El Barómetro de Riesgos de Allianz sitúa a las catástrofes naturales como las tormentas, las inundaciones, terremotos, incendios forestales y clima extremo como la tercera mayor preocupación para los empresarios en el mundo (con un 26%), solo por detrás de la interrupción del negocio (31%) y los incidentes cibernéticos (36%).
En Latinoamérica, los riesgos asociados a incidentes cibernéticos, catástrofes naturales e interrupción del negocio se sitúan como los más importantes para las empresas en 2024. Las catástrofes naturales ocupan el segundo lugar en Colombia, riesgo que fue catalogado como el más importante por las empresas en México.
Industria de seguros monitorea las catástrofes naturales
“Estamos empezando a ver que cada vez son más cerca y más constantes (las catástrofes naturales). Históricamente en la región teníamos cinco catástrofes al año, excluyendo terremotos. Hoy en día estamos teniendo las mismas cinco días catástrofes naturales, pero estamos empezando a tener 15 minicatástrofes”, dijo en entrevista con Bloomberg Línea el managing director para Latinoamérica de Allianz Commercial, David Colmenares.
El ejecutivo de la firma de aseguramiento mencionó que este fenómeno lo están percibiendo también en aquellos países que no eran considerados catastróficos, en el sentido de estos eventos: “Uno de esos riesgos que las compañías están identificando son las catástrofes naturales, muchas de ellas tienen que ver con el cambio climático y yo creo que la percepción de las personas es mucho más real porque creo que lo podemos ver”.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó en marzo pasado que el 2023 fue el año más cálido desde que hay registros. El año pasado se alcanzó una temperatura media mundial cerca de la superficie de 1,45 °C (con un margen de incertidumbre de ± 0,12 °C), por encima de los niveles preindustriales de referencia.
En su opinión, esta situación está generando conciencia entre los empresarios de la necesidad de protegerse y también de generar cambios al interior de las organizaciones respecto al cambio climático.
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“Los seguros se basan en hacer una proyección sobre toda nuestra historia. Mirar los modelos de 5, 10, 15 y 20 años de historia de qué hemos visto y basado en esto proyectamos qué puede venir. (…) Obviamente, al tener más siniestros, las pérdidas para la industria aseguradora son más altas y tenemos obviamente que aumentar tasas”, dijo.
Aseguradores ven necesarias inversiones en adaptación al cambio climático
Para Colmenares, en este contexto es clave que las empresas inviertan principalmente en proyectos de adaptación al cambio climático para reducir el impacto y que se enfoquen en desarrollar la resiliencia dentro de su negocio frente a estos eventos.
Estar preparado para los siniestros se traduce a final de cuentas en que “no aumentan tanto las tasas de seguro”, aunque matizó que dependerá también del ciclo del mercado y las condiciones del mismo, así como qué tipo de catástrofe climática es.
“En México tuvimos el huracán Otis (en 2023) y estábamos esperando que las tasas de seguro en el país aumentaran más y no aumentaron tanto. Entonces, las tasas de lo que se llama property (seguro contra daños) o multiriesgo están relativamente estables. Hay otras tasas como las de las líneas financieras -no relacionadas directamente con catástrofes climáticas- que están bajando. Depende de ciclos del mercado y de los siniestros al final del día alrededor de todo mundo”, explicó.
En todo caso, expresó que el mercado está siguiendo de cerca estos eventos y los impactos que puede generar en su cartera.
“Apenas uno tenga dos o tres catástrofes de este tipo, genera aumentos de tasas porque el mercado de reaseguros entiende que no van a alcanzar las primas para cubrir ese tipo de riesgos en los años que viene”, explicó.
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