Bloomberg Línea — Se estima que la energía hidroeléctrica proporciona actualmente más del 15% de la electricidad mundial, pero ante las olas de sequía que han afrontado regiones como Latinoamérica, en medio de los efectos del fenómeno de El Niño, y la alta dependencia de esta fuente de países como Ecuador y Colombia, se abren interrogantes sobre el futuro de esta alternativa y la necesidad de acelerar aún más en la transición energética.
En los países dependientes de las hidroeléctricas, y en ciclos secos del Fenómeno de El Niño, “la generación puede caer a lo largo del año a la mitad o menos de la mitad y eso es una gran preocupación”, dijo a Bloomberg Línea el director de la Fundación Ivy y exsecretario de Energía uruguayo, Ramón Méndez, en el marco del Séptimo Encuentro y Feria Renovables Latam, celebrado en Barranquilla.
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De acuerdo con Méndez, esto significa un reto para los países más dependientes de esta fuente porque implica que “hay que hacer mucho más respaldo térmico” e incrementar “fuertemente la participación ordenada y estructurada” de las fuentes eólicas y solares para evitar los racionamientos como los que actualmente enfrentan los países de la región y mitigar los efectos climáticos.
La actual sequía en países como Ecuador y Colombia ha generado una crisis que se evidencia en medidas como los cortes de electricidad en el caso del primero y racionamientos de agua en el segundo, así como la suspensión de jornadas laborales. Colombia le estaba suministrando energía a su vecino antes de afrontar su propia crisis, pero tuvo que interrumpir ese plan para no poner en riesgo la estabilidad eléctrica de Colombia, dijo el presidente colombiano, Gustavo Petro.
Una de las claves de Uruguay, que ha alcanzado una cifra del 98% de fuentes renovables en su matriz eléctrica, radica en su capacidad para aprovechar diversas fuentes de energía renovable, incluyendo la hidroeléctrica, eólica y solar, dijo Méndez. En su opinión, se requiere “repensar de una forma muy profunda los sistemas desde el punto de vista regulatorio y legal, el rol de las instituciones, y fundamentalmente cómo se diseña mercado y se fija precio”.
No es posible intentar mirar Netflix con los módems de la década del 90. Bueno, es la misma forma, no es posible hacer funcionar en un sistema con alta participación de fuentes renovables con modelos que fueron diseñados para la participación conjunta de la energía hidráulica y la energía térmica con base a combustibles fósiles.
Director de la Fundación Ivy y exsecretario de Energía uruguayo, Ramón Méndez.
Méndez resume que la estrategia consiste en optimizar los vínculos entre las distintas fuentes y generar una complementación entre ellas para diversificar mejor la generación de energía, disipando los impactos que se pueden producir por situaciones como los choques climáticos.
“La muy buena noticia que tenemos es que lo que se ha probado hoy en día es que las fuentes renovables no convencionales, y en particular la eólica y la solar, pueden filtrar esa variación interanual en función del fenómeno de El Niño de la generación hidráulica y prácticamente eliminar su efecto”, recalcó.
Explicó, además, que “aunque parezca paradójico, poner energía eólica o energía solar, que es esencialmente intermitente, que no se puede controlar en que momento se va a poder tener, esto permite hacer un uso del agua tan diferente, que en particular disminuye el impacto climático sobre la generación hidroeléctrica y genera sistemas mucho más robustos”.
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El exsecretario de Energía uruguayo mencionó que en el caso de su país, aproximadamente la mitad de la electricidad proviene de fuente hidráulica y la otra parte de fuente eólica y solar, además de biomasa, “llegando al casi 100% de la electricidad a lo largo del año exclusivamente mediante fuentes renovables”.
“Eso ha permitido no solamente reducir a la mitad de los costos de generación, lo cual no es ninguna sorpresa porque las energías renovable hoy en día son más baratas que cualquier otra fuente de generación fósil, sino que permitió hacer un uso del agua de las represas muy diferente y, por lo tanto, ha desaparecido en Uruguay prácticamente la dependencia al fenómeno de El Niño, o tiene un impacto mucho menor, ya que se utiliza el agua de los embalses de otra forma”, dijo.
La diversificación, una posible salida a los choques climáticos en las hidroeléctricas
Uruguay ha demostrado que la combinación estratégica de energías renovables puede mitigar las fluctuaciones en la generación hidroeléctrica, reduciendo así su dependencia y los impactos negativos. El año pasado, por ejemplo, el país afrontó una sequía histórica y la producción de energía hidroeléctrica cayó a su menor nivel en 20 años, pasando de 4.184 GWh generados en 2022 a los 3.431 GWh del 2023, lo que pudo compensar con la combinación de otras fuentes e importaciones desde Brasil.
En la actualidad, dijo Méndez, el país está desarrollando la electromovilidad y, por otro lado, implementando su hoja de ruta para producción de hidrógeno verde tanto a nivel nacional como para exportación.
Dado que el país ha avanzado en la carrera por la descarbonización del sistema eléctrico, el reto ahora se concentra en la electrificación de la demanda energética en múltiples usos, aunque hacia el futuro Méndez anticipa que quizá se requerirá una “nueva molécula que reemplace a los combustibles fósiles” para unas aplicaciones muy específicas a nivel industrial.
Hemos demostrado en la región que es posible llegar a altos porcentajes de fuentes renovables, independizándonos, por lo tanto, de las fluctuaciones de los commodities energéticos y al mismo tiempo haciendo eso funcionar de una forma robusta y estabilizada en relación con las fluctuaciones climáticas debido a El Niño.
Director de la Fundación Ivy y exsecretario de Energía uruguayo, Ramón Méndez.
Méndez señala la importancia de la estabilidad política y económica de Uruguay como un factor clave para atraer inversiones en energías renovables. La reputación del país como un destino confiable para la inversión extranjera ha contribuido en gran medida a su éxito en el ámbito energético.
“Contar con un país donde hay una estabilidad y una confiabilidad es fundamental y eso, seguramente, más allá de los recursos naturales, es lo que más destaca a Uruguay. A eso le agregamos capacitación en sus recursos humanos y que hay recursos naturales de mucha calidad, una buena complementación de viento y de sol y un concepto económico de desarrollo sostenible”, dijo.
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La sequía golpea a Colombia y Ecuador
Colombia ha sentido los efectivos de la sequía y actualmente ciudades como Bogotá han percibido bajos niveles en sus embalses, provocando racionamientos de agua en la capital.
En el caso de un país como Colombia se tiene que el 70% de su electricidad es suministrada por energía hidroeléctrica.
“Cuando menos llueve y hay baja hidrología, las energías renovables son las que dan la mano porque es cuando más sol y viento hace. Por eso es importante recordar que estas energías las necesita el país, porque además de contribuir en estas coyunturas, son los energéticos limpios y de bajas emisiones, y más baratos y competitivos para los hogares”, dijo a Bloomberg Línea la presidente ejecutiva de la Asociación de Energías Renovables Colombia (SER Colombia), Alexandra Hernández.
Según información del Gobierno, el nivel de los embalses del país subió un punto el fin de semana y se encuentra en 29,5%.
En el caso de Ecuador, el presidente Daniel Noboa renovó el viernes el estado de excepción en todo el país durante 60 días por cuenta de la emergencia en el sector eléctrico.
En medio del racionamiento energético, el Gobierno suspendió la jornada laboral tanto pública como privada los días 18 y 19 de abril y programó mantenimientos en las plantas eléctricas del país, lo que implicó cortes en horarios determinados e “inamovibles”.
El embalse de Mazar, el segundo más grande del país, llegó a registrar un nivel de almacenamiento operativo de 0%, mientras que el de Paute es de 4%, condiciones que fueron descritas como “críticas” por el Gobierno.
En el caso de Ecuador, a comienzos de este mes, las hidroeléctricas llegaron a contribuir con un 79% de la electricidad para cubrir la demanda interna.
La alta dependencia del agua en la generación de energía
Se estima que Sudamérica cuenta con 177 GW de capacidad hidroeléctrica instalada y al 2022 se habían sumado 1.525 MW a la red, de acuerdo con un reporte de la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica (IHA, por sus siglas en inglés).
Hasta esta fecha, Brasil era el segundo país con mayor capacidad hidroeléctrica instalada con 110 GW, solo siendo superado por China con 415 GW. De hecho, en el gigante sudamericano la energía hidroeléctrica se considera la mayor fuente de energía renovable en la matriz eléctrica.
Entre tanto, países latinoamericanos como Venezuela (17 GW), Colombia y México (ambos con 13 GW) entraban al top 20 de los mercados con mayor capacidad hidroeléctrica instalada.
En la región, hay casos como el de Paraguay, en donde la presa de Itaipú, ubicada en el río Paraná, contribuye con alrededor del 95% de su suministro eléctrico y le permite al país depender completamente de fuentes renovables para su energía.
Los países que más capacidad añadida reportaron en el 2022 fueron Colombia (618 MW), Chile (477 MW), Brasil (332 M), Ecuador (84 MW) y Argentina (14 MW), indica el reporte 2023 World Hydropower Outlook.
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El futuro de las hidroeléctricas en LatAm
El Banco Mundial identifica que el cambio climático está teniendo un efecto en la disponibilidad de las hidroeléctricas y que esto será más marcado en el largo plazo, por lo que sugiere que la región debe avanzar hacia un proceso de diversificar y sobre todo sumar fuentes renovables porque “añadir plantas basadas en combustibles térmicos también tiene un problema, que es la volatilidad de los precios del petróleo”.
“Entonces, es complejo porque todavía hay potencial hidroeléctrico, pero al mismo tiempo no puedes solamente ser dependiente de las hidroeléctricas por el tema de El Niño y La Niña y por el cambio climático a largo plazo”, dijo a Bloomberg Línea la responsable de energía del Banco Mundial (BM) para LatAm y el Caribe, Gabriela Elizondo.
Entre tanto, la directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA), Ana Lía Rojas, señaló a este medio que a “nadie se le está ocurriendo construir una hidroeléctrica, menos la hidroeléctrica de embalse, a nadie se le está ocurriendo construir una planta de gas nueva, hay reconversiones”.
Aclaró que “no hay perspectivas” de nueva infraestructura hidroeléctrica “precisamente por la constatación y la concientización de que el recurso hídrico va a ser cada día más escaso”.