Bloomberg Línea — Brasil está a la cabeza de la primera gran prueba coordinada de la semana laboral de cuatro días en Latinoamérica, mientras la región busca cómo mejorar sus indicadores de productividad laboral, así como controlar la actual fuga de talento y cambiar la cultura que premia el exceso de trabajo.
El test en Brasil comenzó en enero con 22 empresas y se extenderá hasta junio con la participación de empresas de diferentes sectores. El objetivo de la prueba es lograr una productividad del 100% en el trabajo, pero en un 80% del tiempo y manteniendo la totalidad del salario de los empleados.
Las empresas brasileñas que participan en el test adoptaron iniciativas como la de un fin de semana ampliado, con días libres los lunes o viernes, mientras otras permiten que los miembros del equipo elijan el día de la semana para tomarse libre para que siempre haya disponibilidad de personal. Los resultados parciales muestran aumentos de productividad hasta de dos dígitos.
El reto de la productividad
La adopción de la semana laboral de cuatro días está teniendo eco en otros mercados de Latinoamérica, en donde la productividad laboral promedio por hora fue de US$22,1 en 2022, mientras que en los países de la OCDE fue de US$66,7, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
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Asimismo, la fuga del talento sigue siendo un dolor de cabeza que lleva a algunas organizaciones a repensar su modelo, así como a mejorar sus prestaciones y beneficios. Trabajadores inconformes le cuestan a la economía global el 9% del producto interno bruto mundial, según Gallup.
“Para mejorar la productividad de las personas, es fundamental entender qué las motiva. Las actuales estructuras de trabajo utilizan el tiempo como métrica arbitraria de la productividad, a pesar de que hay pocas pruebas que sugieran que esto mejore el rendimiento empresarial”, dijo a Bloomberg Línea el director general de 4 Day Week, Dale Whelehan.
Brasil, el primer ejemplo
La empresa brasileña Vockan, que ofrece un sistema de gestión integrado al sector de fabricación industrial, implementó hace un año y cuatro meses el proyecto de semana de cuatro días. La iniciativa comenzó con el área de Soporte y se ha extendido a otras como Administración, Finanzas y RRHH. Su modelo de trabajo también es híbrido (un día presencial y tres en home office).
Según el CEO de la compañía, Fabrício Oliveira, las cifras consolidadas para 2023 muestran un aumento de la productividad del 43%, así como que el 100% de los empleados considera que su calidad de vida es excelente (90%) o buena (10%).
La también brasileña Innuvem, que ofrece servicios de consultoría, soporte y servicios tecnológicos, permite que cada miembro del equipo elija cualquier día de la semana para tomarse libre. Esto significa que el equipo está activo todos los días de la semana, aunque solo trabajen cuatro días.
Para la organización, la semana de cuatro días “es un catalizador del cambio en la empresa”. Al reducir el número de horas para mantener el nivel de productividad, se animaron a pensar en cómo optimizar y automatizar los procesos, mejorar la comunicación y la gestión del tiempo.
“El número de ausencias es ahora casi nulo, el número de reuniones diarias se ha reducido gracias a una mejor organización y comunicación entre los empleados, aumentando la productividad de cada uno, nuestros equipos están más contentos y mejor conectados”, dijeron.
Los resultados avalan la estrategia
Está previso que los primeros resultados cuantitativos de la prueba en Brasil se conozcan en este mes, explican los promotores de la iniciativa 4 Day Week Global (4DWG) -que ya ha adelantado pilotos de este tipo en Reino Unido y Portugal- y la organización que vela por el bienestar corporativo y la felicidad en el trabajo Reconnect-Happiness at Work. Bélgica fue el primer país europeo en hacer opcional la semana de cuatro días en 2022.
“Cuando empezamos a hablar de una semana laboral de cuatro días escuchamos muchas críticas, como: ‘Ah, eso es para gente que no quiere trabajar, eso va a llevar a las empresas a la quiebra’. Y en realidad estamos discutiendo algo mucho más grande: ¿cómo encajamos el trabajo de forma más armoniosa en nuestras vidas?”, dice en conversación con Bloomberg Línea la ejecutiva brasileña Renata Rivetti, fundadora de Reconnect-Happiness at Work.
La metodología incluye reglas para que las reuniones sean menos improductivas, para que los empleados organicen mejor su agenda y puedan focalizarse en las tareas, así como técnicas para mejorar la comunicación.
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“Las empresas entraron muy motivadas para aumentar su calidad de vida y mejorar sus beneficios”, dijo Rivetti. La mayoría de las empresas que hacen parte de este piloto han escogido el viernes como el día en el que los empleados pueden acceder a este beneficio, aunque en el caso de las personas con funciones estratégicas hay flexibilidad para que pueden elegir otros días.
En Brasil, actualmente se discute un proyecto de ley para reducir jornada laboral sin pérdida de salario y existe un colectivo denominado Movimento VAT (Vida Além do Trabalho) que busca que se revise en el país el esquema de trabajo 6X1/ (seis días de trabajo por uno de descanso).
“Terminamos dándonos cuenta de que hay varios segmentos que están interesados y que eligieron el piloto para probar, porque si decimos que el futuro tal vez sea más flexible estas empresas quieren ser pioneras en este cambio y ya con una metodología, no solo recortar horas sin hacer estudios ni revisar los datos”, apuntó Rivetti.
Lecciones brasileñas que serán globales
Para la líder de Comunidad en la organización 4 Day Week Global, Gabriela Brasil, una de las lecciones de los otros pilotos en el mundo es que el cambio hacia un modelo de cuatro días debe constituirse en conjunto con todos los actores relacionados y no solo con los líderes de las organizaciones.
“Esta cultura del exceso de trabajo, que está muy extendida, hace que la gente no salga ilesa de eso y es un gran reto que también tenemos aquí en Brasil. Este experimento permite crear modelos frente a una realidad que es muy reciente, en la que vemos que se produce esta sobrecarga”, comentó Brasil a Bloomberg Línea.
En su visión, la implementación de este experimento en la mayor economía de Latinoamérica puede tener eco en otros países de la región para su adopción. 4 Day Week Global ve oportunidad de que se lleven a cabo más pilotos en países como Argentina o Costa Rica, considerando diversos factores como los tamaños de empresas, tipos de clientes, patrones, etc.
Y los resultados pueden motivar a otras empresas. Por ejemplo, los ingresos de las compañías participantes en Reino Unido aumentaron un 35% respecto al año anterior y en Portugal los niveles de agotamiento laboral se redujeron en un 19%.
Sin embargo, una crítica al modelo 4DWG es que las empresas participantes son más bien pequeñas y que los ensayos no son aleatorios.
Más modelos en otros países
Sin embargo, y aunque el camino en Latinoamérica recién se está construyendo, ya se pueden contar algunas experiencias.
Por ejemplo, en Chile otro grupo de empresas comenzará a probar el esquema junto a 4DWG y su aliado local ZM Consultores Laborales, cuyo director, Sebastián Merino, compartió con Bloomberg Línea que las expectativas “son moderadas a altas y están fundadas en los resultados obtenidos en otros pilotos en el mundo”.
En República Dominicana, el Estado ya inició el Plan Piloto Voluntario de Semana Laboral Reducida, con la que los participantes recortarán la jornada laboral de 44 a 36 horas por semana.
En Colombia también hay muestras:
Y aunque los pilotos se realizan en un entorno económico desafiante, los resultados en otros continentes son esperanzadores a medida que crece el debate de reducción de la jornada laboral, pues el promedio de horas semanales trabajadas en Latinoamérica está por encima de Europa occidental y Norteamérica.
Solo países como Ecuador y Chile se han acogido a los parámetros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que recomienda un esquema de 40 horas semanales. Pero en Perú también se está experimentado con los cambios:
Asimismo, marcas de otros continentes han buscado abrir espacios para nuevas formas de trabajar. Ese es el caso de la francesa Decathlon en Colombia:
Un cambio de paradigma
A algunas de empresas que buscan adoptar el modelo en LatAm les preocupa cómo garantizar que no haya una pérdida en la calidad si se trabajan menos horas. Y justamente allí es donde radica la necesidad del cambio de paradigma, pues la denominada actitud workaholic, “de valorizar mucho las horas trabajadas”, es un reto en la región, como explica Rivetti.
Para explicarlo mejor cita como ejemplo a Suecia, donde una persona que trabaja hasta las 10 de la noche puede ser considerada “ineficiente”, mientras que en países latinoamericanos se creería que esa misma persona “se esfuerza y va a crecer en su carrera”.
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“Entonces, ¿cómo empezamos a desmitificar esta asociación de que horas trabajadas generan un resultado? Porque puedo pasar 12 horas delante del ordenador y no hacer nada o puedo pasar una hora hiperconcentrado y hacer todo lo que tengo que hacer. Así que creo que estamos en este cambio en el mundo de empezar a entender un poco eso”, dijo.
En su opinión, el modelo híbrido y remoto ya está modificando la perspectiva y estos esquemas flexibles “están empezando a mostrar que hay nuevas formas de generar resultados y no es a través de la sobrecarga”.
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