Bloomberg Línea — El ataque de Irán con drones a Israel, en respuesta al bombardeo contra el consulado iraní en Siria, ha recrudecido el conflicto en Medio Oriente en medio de las amenazas entre ambas potencias y las presiones internacionales para que cesen las hostilidades, con el telón de fondo de la guerra en Gaza.
“La próxima bofetada será más fuerte”, han advertido las autoridades iraníes en un nuevo mural en la Plaza Palestina en Teherán, en medio del recrudecimiento de las tensiones con Israel luego del ataque en la noche del sábado 13 de abril.
Irán ha defendido que el ataque se ha producido en respuesta al bombardeo de Israel al consulado iraní en Damasco, que resultó con la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria el 1 de abril.
Países como EE.UU., Francia y Reino Unido han expresado su apoyo a Israel tras el ataque, que Irán ha denominado como la “Operación promesa verdadera” y que es “parte del castigo a ese régimen ilegítimo y criminal”.
Ante el reciente aumento de tensiones entre Irán e Israel, se ha avivado el debate sobre la posibilidad de que este conflicto desemboque en una tercera guerra mundial. Bloomberg Línea consultó a analistas internacionales y estas son sus perspectivas sobre este escenario.
La naturaleza de los enfrentamientos armados ha cambiado
Analistas como el argentino Said Chaya, coordinador del Núcleo de Estudios del Medio Oriente de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral, descartan la posibilidad de una guerra a mayor escala.
“Lo daría por descartado. No estamos frente a un escenario de una tercera guerra mundial. De todas maneras, las formas como se plantean los conflictos en el siglo XXI no son como las del siglo XX. Hay varios factores que nos permiten ver cómo los conflictos durante los últimos 25 años han ido cambiando la configuración de la guerra en muchos aspectos”, respondió Chaya a Bloomberg Línea.
Explica que si bien existen conflictos tradicionales como el de Ucrania y Rusia, otros factores han influido en transformar la naturaleza de los enfrentamientos armados: “Entonces, tal como la conocimos en la Primera y Segunda Guerra Mundial, no la volveremos a ver”, expresó.
La presión externa para que Israel no responda a Irán por el ataque
El analista italiano Michele Testoni, profesor de IE School of Politics, Economics and Global Affairs de IE University, dice a Bloomberg línea que aunque existe un alto riesgo de escalada de la violencia, es poco probable que se desemboque una tercera guerra mundial.
En primer lugar, argumenta que el ataque iraní tuvo principalmente una función demostrativa, fue anunciado con antelación y causó daños mínimos. Israel ha vuelto a demostrar la eficacia de su sistema de defensa misilística, lo que subraya la asimetría en las relaciones de poder que caracteriza a la región.
En segundo lugar, tanto los países occidentales, como EE.UU. y el Reino Unido, como los Estados árabes, incluyendo Arabia Saudita y Jordania, junto con Rusia y China, están haciendo un llamado abierto a Israel para que no responda. Esta presión externa podría disuadir a Israel de tomar represalias.
El enigma principal, según Testoni, radica en si los partidos de extrema derecha en Israel aceptarán esta petición de contención.
Sobre las consecuencias económicas, Michele Testoni considera que una escalada de las tensiones en Medio Oriente podría determinar una subida del precio del crudo y, por tanto, una nueva crisis inflacionista y una renovada volatilidad de los mercados financieros.
El rol de las potencias mundiales y las decisiones políticas internas de Israel
El especialista en Geopolítica y profesor de Relaciones Internacionales en la ESPM, el brasileño Leonardo Trevisan, dijo a Bloomberg Línea que es poco probable que un conflicto regional como el de Irán-Israel desemboque en una tercera guerra mundial.
Argumentó que este tipo de conflictos no pueden escalar a nivel global sin la participación directa de las principales potencias mundiales, como EE.UU. y China, en la actualidad.
Expresó entonces que la preocupación principal radica en el impacto económico de un conflicto en Medio Oriente, especialmente por un posible bloqueo en el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 30% del petróleo mundial.
Aunque existe la posibilidad de interrupciones en este suministro, manifestó que sería difícil que se materializaran debido a la diplomacia en juego.
La situación actual parece ser más una cuestión de decisiones políticas internas, particularmente en el gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo Trevisan a Bloomberg Línea.
Conflicto Irán-Israel: la regionalización del conflicto
Chaya advierte sobre la posibilidad de una regionalización del conflicto entre Irán e Israel.
Destaca la importancia del posicionamiento de Israel en las próximas horas y la capacidad del presidente estadounidense, Joe Biden, para contener cualquier respuesta agresiva por parte de Israel.
La agresión iraní se fundamenta en la defensa de su prestigio frente a sus aliados regionales, lo que podría desencadenar una escalada de violencia si Israel responde de manera contundente, opinó.
El experto subraya que Estados Unidos es el único poder capaz de contener a Israel, pero su influencia está condicionada por la contienda electoral y la opinión pública.
La incógnita radica en cómo responderá Israel frente a esta agresión y si Biden podrá detener una posible operación militar israelí contra los intereses de Irán.
La amenaza de Irán ante una posible intervención y la posible respuesta que prepara Israel
Las autoridades iraníes ya han advertido a EE.UU. que “cualquier apoyo o participación en perjuicio de Irán resultará en una respuesta decisiva”, informó la Guardia Revolucionaria iraní
“Se advierte al gobierno terrorista estadounidense que cualquier apoyo y participación en perjuicio de los intereses de Irán resultará en una respuesta decisiva y lamentable de las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán”, indicó.
Israel, entre tanto, ha dicho que “se ha estado preparando para un ataque directo de Irán” durante varios años y que el 99% de las amenazas lanzadas contra territorio israelí fueron interceptadas. Además, el país se estaría preparando para una “respuesta significativa”, según han dicho funcionarios gubernamentales a medios locales como la cadena israelí Canal 12.
La posición de Latinoamérica en el conflicto
Si bien Latinoamérica se ha mantenido al margen de los conflictos internacionales como los actuales, la situación en Medio Oriente ha generado reacciones de algunos de los principales mandatarios de la región.
“Creo que este conflicto ha despertado, a partir de lo que ha ocurrido en Gaza, una serie de fervores. Vemos cómo Colombia y Chile han salido de esa equidistancia para respaldar la acusación por presunto genocidio que llevó adelante Sudáfrica frente a la Corte Internacional de Justicia en contra de Israel”, dice Said Chaya, de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral.
Por otro lado, explica que Argentina ha mostrado un desmarque de su tradicional postura al alinearse más con Israel, una tendencia que se había anticipado durante la campaña electoral por parte del presidente Javier Milei como parte de su política exterior. Este cambio podría indicar un ajuste en los procesos de alianzas en la región.
Asimismo, se destaca el intento de liderazgo que Brasil está asumiendo en este contexto, reflejando sus aspiraciones regionales.
La propuesta del presidente Luiz Inácio Lula da Silva como mediador en el conflicto árabe-israelí sugiere un papel más activo de Brasil en la diplomacia internacional y en la búsqueda de soluciones a los conflictos globales, consideró.
Posibles impactos para Latinoamérica por las tensiones entre Irán e Israel
Leonardo Trevisan, académico de la ESPM en Brasil, explica que el mayor problema para América Latina en un conflicto de este tipo sería el aumento significativo en los precios del petróleo, lo que desencadenaría restricciones económicas adicionales y agravaría el proceso inflacionario.
Este aumento de la inflación llevaría consigo un incremento en las tasas de interés, lo que a su vez frenaría la actividad económica en la región. Con un crecimiento ya moderado para este año, América Latina se vería afectada por los efectos potencialmente perjudiciales de una crisis petrolera.
En el caso específico de Brasil, como país productor experimentaría beneficios en sus exportaciones de crudo, aunque estos podrían no ser suficientes para contrarrestar la inflación resultante.
A su vez, Testoni dice que los efectos podrían reflejarse efectivamente en el aspecto del precio de los commodities, particularmente el petróleo, pero que en todo caso “el proceso electoral estadounidense es, para Latinoamérica, un evento más importante y con más impacto”.
En su opinión, el conflicto sí está amplificando las diferencias políticas entre muchos Gobiernos latinoamericanos y Estados Unidos.
“El ‘pivote asiático’ de Washington se está manifestando en un desinterés mutuo: tanto de los países de LatAm hacia EE.UU., como de EE.UU. hacia LatAm. Desde el proceso de paz en Colombia hasta la crisis actual entre Ecuador y México, el papel negociador de la Casa Blanca y de la OEA es residual. Parece que los países de LatAm prefieren otro tipo de foros multilaterales y ampliar su abanico de socios comerciales”, analizó al respecto.
