Bloomberg — La intervención en las divisas se ha convertido en un campo de batalla clave en los mercados emergentes, especialmente en Asia, ya que la última subida del dólar presiona a las autoridades para que actúen.
En Corea del Sur, Tailandia y Polonia, las autoridades han declarado que vigilan de cerca la volatilidad de las divisas o que intervendrán en caso necesario. Indonesia ha dado un paso más vendiendo dólares y China se ha opuesto repetidamente a la depreciación, dando a entender a los operadores que la estabilidad del yuan es clave.
Los datos de inflación de EE.UU. de la semana pasada, más rápidos de lo esperado, frenaron las apuestas a una reducción de los tipos de interés de la Reserva Federal, lo que sugiere que la batalla contra la fortaleza del dólar no va a terminar pronto. Las crecientes tensiones en Oriente Próximo entre Israel e Irán podrían provocar un nuevo aumento de la demanda del billete verde como refugio.
“En estos momentos, vemos muchas intervenciones verbales de distintos bancos centrales”, afirmó Marcella Chow, estratega de mercados globales de JPMorgan Asset Management en Hong Kong. Dado que parece improbable que la Reserva Federal flexibilice pronto su política monetaria, “podría producirse un mayor debilitamiento de las divisas asiáticas, lo que podría sugerir la necesidad de una mayor intervención verbal”, afirmó en una entrevista en Bloomberg TV.
El repunte de la actividad de los bancos centrales no es más que otro foco de conflicto derivado del giro de la Reserva Federal hacia unos tipos más altos durante más tiempo. En los últimos meses, los operadores han ido reduciendo sus apuestas sobre los recortes de tipos previstos en EE.UU. debido a la rigidez de los datos de precios al consumo, lo que sugiere que los responsables políticos de los mercados emergentes aún tienen mucho trabajo por delante.
La política monetaria
Los responsables políticos tailandeses se enfrentan a una dura prueba a la hora de intentar sostener el baht, que se ha desplomado alrededor de un 6% este año. Su enfoque ha sido utilizar la retórica para intentar subirlo.
“El Comité seguirá vigilando de cerca la volatilidad del mercado de divisas”, declararon en su reunión del 10 de abril. Mantuvieron los tipos de interés para ayudar a la moneda, desafiando los deseos del Primer Ministro, Srettha Thavisin, que ha insistido en la necesidad de relajar la política monetaria.
El Banco Central de Polonia repitió en su reunión del 4 de abril que podría intervenir para reforzar el zloty. Una moneda local más fuerte ayuda a frenar la inflación, dijeron los responsables políticos tras mantener los tipos.
Por su parte, los responsables del Banco de Corea han manifestado que vigilan de cerca la evolución del won, que la semana pasada se vio sometido a presiones. Los comentarios del gobernador Rhee Chang-yong sobre la divisa el viernes contenían terminología verbal de intervención, según dijo el director general Oh Kum-hwa a Bloomberg.
Venta de dólares
El Banco de Indonesia ha ido un paso más allá comprando la rupia para limitar las pérdidas. El Gobernador Perry Warjiyo ha dicho que la intervención y la venta de valores de alto rendimiento serán sus principales palancas este año para apuntalar la moneda.
Su última incursión oficial fue el 2 de abril, cuando la moneda local cayó a su nivel más bajo en cuatro años. En el caso de Indonesia, sin embargo, la culpa no es sólo del dólar: la rupia también ha estado bajo presión debido a la preocupación por los planes de gasto del presidente entrante, Prabowo Subianto.
El Banco Central de Perú, que sorprendió a los economistas con un recorte de los tipos de interés la semana pasada, ha vendido dólares con frecuencia en los últimos meses para apuntalar el sol. Los funcionarios han dicho en el pasado que el objetivo de las intervenciones es reducir las fluctuaciones monetarias.
Aunque no principalmente en respuesta al dólar, el banco central de Israel desplegó ventas sin precedentes de su divisa estadounidense tras el ataque de Hamás en octubre para proteger el shekel.
Muchos de los bancos centrales más intervencionistas se encuentran en Asia, donde se han registrado algunas de las mayores pérdidas de divisas en el último mes.
“Los bancos centrales asiáticos no pueden bajar la guardia”, afirmó Paul Mackel, responsable mundial de análisis de divisas de HSBC Holdings Plc en Londres. Dado que la debilidad de las divisas suele avivar las presiones sobre los precios, “también podría significar que realmente la última milla de la inflación no sólo es difícil para EE.UU., podría serlo para una serie de economías diferentes”, dijo.
El dilema de China
Un ejemplo paradigmático del reto al que se enfrentan algunos funcionarios de los mercados emergentes es el dilema de China sobre el yuan: apuntalarlo y arriesgarse a empeorar la recesión económica, o dejar que se debilite y fomentar las salidas de capital.
El banco central ha optado por lo primero y ha recurrido a sus fiables fijaciones del yuan como instrumento clave. En los últimos meses, los responsables políticos han mantenido el tipo de referencia diario en un rango estrecho, incluso cuando el yuan se ha debilitado, lo que significa que la moneda se acerca cada vez más al límite diario del 2% en torno a la fijación en la que se le permite operar.
Los peligros de relajar su control ya han quedado demostrados. El 22 de marzo, el Banco Popular de China fijó un tipo de cambio más bajo de lo previsto y el yuan sufrió su mayor caída en dos meses.
China está dando prioridad a la estabilidad del tipo de cambio, pero puede que tenga que utilizar más herramientas para mantener a raya la depreciación del yuan si el dólar sigue fortaleciéndose, dijo Khoon Goh, jefe de investigación de Asia en ANZ Group Holdings Ltd. en Singapur.
¿Es hora de comprar?
Con todo, aunque hay pocos indicios de que el repunte del dólar vaya a ceder, algunos analistas sugieren al menos que éste puede ser un buen momento para volver a algunas de las divisas más castigadas.
David Chao, estratega de Invesco Asset Management en Singapur, afirma que la probabilidad de que la Reserva Federal retrase los recortes de tipos tras los datos de inflación de marzo en EE.UU. “se suma a los continuos vientos en contra para las divisas asiáticas”. “Esta podría ser una oportunidad para comprar activos de riesgo de la región.