Bloomberg Línea — El Banco Mundial (BM) ajustó a la baja sus proyecciones de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe y ahora espera que el PIB regional se expanda solo un 1,6% en 2024, por debajo del 2,3% estimado tanto en enero pasado como en octubre, lo que será “insuficiente para impulsar prosperidad” y con esto retrocede a los niveles de la década de 2010.
“A pesar de la sólida gestión macroeconómica de la región, las perspectivas de crecimiento siguen siendo bajas, no solo debido a las condiciones mundiales, sino también a temas estructurales que nunca han sido abordados”, dijo el Banco Mundial en sus nuevas proyecciones de crecimiento.
La rebaja del desempeño del PIB está asociada a bajos niveles de inversión y consumo interno, altas tasas de interés, elevados déficits fiscales, caída de los precios de las materias primas y la incertidumbre en las perspectivas de importantes socios como Estados Unidos, China, Europa y otros países del G7.
Estas son las tasas más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo e insuficientes para impulsar la prosperidad, según el BM.
Un escenario global adverso, caracterizado por tensiones geopolíticas y eventos como las interrupciones en el transporte a través del Canal de Suez y el fenómeno de El Niño, podría empeorar aún más las perspectivas regionales.
En el frente fiscal, el gasto público sigue siendo elevado. Las tasas de interés elevadas, aunque estén cayendo en algunos países, siguen presionando el servicio de la deuda. Las transferencias extraordinarias a individuos vulnerables y empresas que tuvieron lugar durante la pandemia siguen disminuyendo, aunque de manera incompleta, mientras que en muchos países los demás gastos no disminuyen o han aumentado.
Banco Mundial
Las nuevas proyecciones del Banco Mundial para 2025 apuntan ahora a que la economía crecerá 2,7%, por encima de la proyección de enero del 2,5%. Y para el 2026 espera que el PIB regional crezca un 2,6%.
La economía de la región que más crecerá este año será Guyana con una proyección del 34,3%, mientras que las de peor desempeño son Argentina con -2,8% y Haití con -1,8%, sin contar Venezuela.
Entre las economías regionales, otras de buen desempeño en 2024 serán República Dominicana con 5,1%, Paraguay con 3,8%, y Nicaragua con 3,7%. Se proyecta que Uruguay crecería un 3,2%, Perú un 2,7%, México un 2,3%, Chile un 2%, Brasil un 1,7%, Colombia un 1,3% y Ecuador un 0,7%.
El economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, William Maloney, señaló que “a medida retrocede el impacto de la pandemia, las tasas de crecimiento de la región vuelven a los niveles de la década de 2010″.
“Esto muestra que la región no ha abordado los problemas persistentes que bloquean su potencial, incluidos los bajos niveles de educación, infraestructura deficiente y altos costos de inversión, que también alimentan el descontento social”, consideró.
La violencia en LatAm bloquea la atracción de inversiones
A estos factores, se suma el hecho de que la violencia “se ha vuelto más severa y generalizada” en algunos países de Latinoamérica, lo que está “comprometiendo los avances en la atracción de inversiones logrados por la estabilidad macroeconómica”.
El Banco Mundial se refirió puntualmente al asesinato del candidato presidencial en Ecuador, que “es solo el recordatorio más reciente de una ola de violencia que crece en la región, tanto en intensidad como en alcance geográfico”.
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El organismo señaló que Latinoamérica y el Caribe “es la región más violenta del mundo, y la única donde la violencia crece”.
“A pesar de los avances encomiables en gestión macroeconómica de la región, la mayor inseguridad se vuelve un factor adicional que refuerza el descontento ciudadano y reduce el atractivo de la región como destino de las inversiones”, detalla el documento.
Bajo crecimiento del PIB de LatAm es una “barrera para el desarrollo”
En el informe del organismo, titulado Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?, advierte que la dinámica de la región viene siendo obstaculizada por los bajos niveles de acumulación de capital y de crecimiento de la productividad a largo plazo.
Advierte que a “pesar del entusiasmo en torno al nearshoring, la inversión extranjera directa (IED) en términos reales sigue por debajo de los niveles observados hace doce años, mientras que los anuncios de inversiones greenfield siguen disminuyendo, incluso en México”.
Además, según el reporte, las grandes inversiones detrás de la reciente suba en IED tuvieron lugar en el sector de los recursos naturales, mientras que la inversión en manufacturas sigue disminuyendo.
El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, expresó que “el bajo nivel de crecimiento, de manera sostenida, no es solo una estadística económica, sino una barrera para el desarrollo”.
De acuerdo a Jaramillo, esto se ve reflejado “en servicios públicos reducidos, menos oportunidades de empleo, salarios deprimidos y mayor pobreza y desigualdad”.
“Cuando las economías se estancan, el potencial de su gente se ve limitado. Debemos actuar con decisión para ayudar a América Latina y el Caribe a romper con este ciclo”, aseguró.
Nuevos desafíos para el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe
El Banco Mundial señala que, ante el limitado crecimiento resultante de la acumulación de capital o el aumento de la productividad, se espera que una fuerza laboral en declive conduzca a un crecimiento aún más lento.
Además, el incremento en la demanda de pensiones y cuidado de la salud para los ancianos, financiado por una base impositiva cada vez más reducida, ejercerá una mayor presión sobre los presupuestos.
El cuidado de los ancianos impondrá una carga adicional a las familias, especialmente a las mujeres, que asumen de manera desproporcionada las responsabilidades domésticas, lo que probablemente resulte en una disminución de su participación en el mercado laboral.
“Una fuerza laboral que envejece plantea desafíos adicionales para el crecimiento, la estabilidad fiscal y los hogares”, señala el reporte.
Impulsar la competencia podría ayudar a las economías de la región
Una vía para revitalizar el crecimiento, según los analistas, es “evitar la tentación de limitar la competencia, lo que podría perpetuar el actual ciclo de baja productividad y crecimiento”.
En este sentido, les recomienda a los países de la región corregir los marcos de competencia y mejorar la posición de los países de la región en el mercado global. Por lo anterior, han planteado las siguientes acciones:
- Fortalecer las agencias de competencia. El informe contiene nueva evidencia de que las agencias nacionales de competencia efectivas tienen un impacto positivo en la productividad, las ventas y los salarios. Reforzar estas agencias incluye garantizar su independencia y hacer cumplir su capacidad para hacer cumplir las regulaciones antimonopolio y a favor de la competencia, especialmente para las empresas más grandes. Esto supone también promover prácticas efectivas de gestión pública y capacitar a funcionarios.
- Apoyar las políticas de innovación. La competencia per se no es suficiente para que las empresas prosperen. Las empresas deben estar preparadas para una mayor competencia, tanto nacional como internacional. Esto requiere políticas complementarias que estimulen a las empresas a innovar y ascender en la escala tecnológica para que puedan competir, adoptar nuevas técnicas y crecer.
- Potenciar la capacidad dirigencial. Mejorar los conocimientos de gestión ayudará a las empresas a responder a los mercados, identificar nuevas oportunidades, desarrollar planes de negocios y estimular a los trabajadores. Esto debería ir acompañado de una agenda para mejorar la educación en todos los niveles, preparando a los estudiantes y a la fuerza laboral para prosperar en entornos competitivos.