Bogotá — Luis Carlos Reyes, director de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), se convirtió en un fenómeno de TikTok por sus explicaciones tributarias, pero en materia de recaudo de impuestos la entidad que lidera no ha tenido el mismo éxito.
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Reyes se ha convertido en uno de los funcionarios del Gobierno Petro con mayor aceptación. Su humor y autenticidad para explicar aspectos del régimen tributario como los dependientes económicos, las responsabilidades de las personas naturales y la importancia de la factura electrónica, lo han acercado a personas que no manejan con destreza los temas fiscales.
Primer año del recaudo de impuestos
Hay que explicar que la meta de recaudo de impuestos es establecida, conjuntamente, entre el Ministerio de Hacienda y la DIAN. Esta se determina a partir de proyecciones de crecimiento económico, precios de materias primas, entre otras variables.
Para el centro de estudios económicos ANIF, cuando a la economía le va bien, a las finanzas públicas les va mejor. Explica que un crecimiento de 1% en la actividad económica se traduce en un aumento más que proporcional en el recaudo. Es decir, la mejor estrategia fiscal es apostarle al crecimiento económico.
Eso explica, en parte, que en el primer año de Reyes como encargado del recaudo tributario se haya quedado a COP$11 billones, unos US$2.900 millones, de la meta que quedó consagrada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo que entregó el Gobierno.
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ANIF explica que como resultado del alto crecimiento económico y las dos últimas reformas tributarias, los ingresos tributarios del Gobierno Nacional Central se incrementaron 62,7% entre 2021 y 2023, pasando de 13,6% a 16,6% del PIB.
Sostiene el centro de estudios que desde el primer trimestre del año pasado la economía ha mostrado un menor dinamismo, que con un rezago ya ha empezado a impactar adversamente el recaudo impositivo.
Los datos de recaudo a enero de este año muestran que la desaceleración de los impuestos internos, que comprenden renta, IVA, GMF y el impuesto de timbre, entre otros, continúa con una tasa de crecimiento real de 4,8% del trimestre móvil, mientras los externos se contraen 33,6% en términos anuales.
Sectores débiles también impactan
Para ANIF, la desaceleración en el recaudo tributario también está asociada a la divergencia sectorial de los últimos trimestres, donde sectores que tienen tasas de tributación más altas, o mayor formalidad y por tanto contribuyen de manera importante en materia impositiva, están teniendo un peor desempeño.
En otras palabras, los ingresos del Gobierno estarían afectados no solo por un menor crecimiento económico, sino también por la composición de dicho crecimiento.
Los sectores que durante el período 2020-2022 más aportaron al recaudo tributario, como minas y canteras, industria, comercio tuvieron un pobre desempeño en 2023, y de acuerdo con las cifras preliminares de 2024 continuarán con un bajo dinamismo durante este año.
El valor agregado del sector de minas y canteras tuvo una caída en términos nominales de 27,1% anual durante el cuarto trimestre de 2023, cuando en el mismo período de 2022 exhibía un crecimiento de 32,4%.
Esta caída se explica en buena parte por la reducción en los precios de petróleo con un perfil de producción relativamente constante que no alcanzó a contrarrestar el efecto precio.
Por su parte, la industria se contrajo en términos nominales 1,31% en cuarto trimestre de 2023 cuando crecía a un ritmo de 15,9% en igual periodo de 2022.
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¿Revancha para Reyes en 2024?
ANIF explica que la dinámica de crecimiento de toda la economía y el desempeño sectorial en 2024 continuarán presentando un reto para las finanzas públicas.
El Gobierno espera un recaudo tributario de COP$290 billones este año, un 10,3% superior al del año pasado. En 2023 recaudó COP$263 billones, pero la meta era de COP$274 billones.
Los expertos del centro de estudios creen que al riesgo de menor recaudo hay que sumarle el faltante fiscal que muy probablemente ocurrirá en la medida que los ingresos asociados al arbitramento de litigios por COP$10 billones programados para este año no se materialicen.
Frente a este inmenso reto fiscal y presiones de gasto en sectores tan álgidos como el de salud, ANIF considera que el Gobierno debería trabajar en una estrategia de priorización de gasto y plantear un recorte en el presupuesto de tal suerte que los programas más relevantes queden atendidos, pero las cifras de gasto no solo sean consistentes con la regla fiscal, sino logren anclar el déficit público a un nivel inferior de 5.3% del PIB para este año.
