Bloomberg Línea — En los últimos diez años, el mercado de capital riesgo en Brasil ha sido testigo de una notable evolución impulsada por una creciente cultura emprendedora y la búsqueda de innovación. El escenario ha pasado de una fiebre de startups a un entorno considerado más maduro, en el que los inversores han dado prioridad a los fundadores con experiencia empresarial y un historial probado.
En el primer episodio del videocast Como Falar Faria Limês (‘Cómo hablar la lengua de Faria Lima’, en español), una nueva producción de Bloomberg Línea, Paulo Tomazela, CEO de Bossa Invest, y Alexandre Dubugras, cofundador de las startups Sindria y Alud, hablaron sobre el universo del capital de riesgo en Brasil en una entrevista con la editora Ana Carolina Siedschlag.
Tomazela y Dubugras evaluaron cómo el cambio refleja una mayor sofisticación por parte de los emprendedores – que buscan actualizarse con la constante evolución de los negocios – y de los inversores, que ahora buscan no sólo ideas prometedoras, sino también equipos capaces de ejecutar y escalar negocios de forma consistente.
Según Tomazela, Bossa Invest, una de las sociedades de capital riesgo más activas de Brasil, analiza cada año entre 2.500 y 2.800 planes de negocio e invierte en alrededor del 2% al 3% de este universo. Dice que los proyectos descartados son a veces interesantes, pero pueden no cumplir los criterios de escalabilidad.
“Nos fijamos en empresas que tengan un historial de crecimiento de ingresos sin aumento de costes, así como en la experiencia del fundador. Si han pasado por algún tipo de ciclo, aunque haya salido mal, es importante”, afirma.
Dubugras, que comenzó su carrera emprendedora en 2018 y ha navegado por diferentes sectores con sus empresas, señaló la importancia de la resiliencia del fundador en tiempos en los que “el dinero ya no llega como antes”.
Hasta 2021, Brasil había sido testigo de un notable aumento de la inversión en startups. Según encuestas de la plataforma Distrito, las aportaciones de capital alcanzaron ese año los US$9.400 millones, multiplicándose por 2,5 respecto a 2020, impulsadas por los bajos tipos de interés en todo el mundo.
Recordó que durante el auge de las inversiones de capital riesgo al final de la pandemia, muchos profesionales dejaron empleos tradicionales para abrir sus propias startup, pero que con el tiempo ha dejado de ser una realidad tan frecuente.
“Para conseguir una buena inversión, hay que tener una referencia. Hay varias formas de conseguirlo, pero que te recomiende alguien que ya tiene éxito, como un unicornio, por ejemplo, es una de las mejores maneras”.
La conversación forma parte del nuevo videocast de Bloomberg Línea, grabado en los estudios de B3 (la bolsa brasileña) en São Paulo. La serie de ocho partes habla con profesionales de diferentes áreas para profundizar en el corazón del mundo financiero y empresarial brasileño de una manera divertida, accesible y esclarecedora.