Bloomberg Línea — Las brechas de género siguen siendo una constante en el acceso a productos y servicios financieros, pese al impulso que la tecnología y las fintech le han dado al sistema bancarios en América Latina.
En la región, en promedio, el 21% de las mujeres está en un nivel ‘óptimo’ de inclusión financiera, según el Grupo Credicorp. En orden, el escalafón lo lidera Panamá (37%), Chile (36%), Argentina (28%), Ecuador (25%), Colombia (23%), México (22%), Perú (14%) y Bolivia (11%).
Frente a la situación de Bolivia, Ximena Behoteguy, presidenta del directorio del Banco FIE, el tercero con mayor número de clientes en el país, reconoció el camino que todavía falta en su país y en la región para una inclusión integral en el sistema financiero para las mujeres, hablando de un “ecosistema empresarial” para ellas, y no solo de “crédito”.
“Somos de los países (Bolivia) de la región donde se sufren más feminicidios. Una mujer con independencia económica tiene mejores condiciones para salir de círculos de violencia”, dijo Behoteguy en entrevista con Bloomberg Línea, quien hace parte del Banco FIE hace 30 años, y del cual se convirtió en presidenta del directorio en 2012, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo en el sistema financiero boliviano.
¿Cuáles son los desafíos para mejorar la inclusión financiera?
En palabras de Behoteguy, hay que pensar de una manera más holística en cuanto a las necesidades de las mujeres. “Las mujeres son las que ahorran más y ahorran más en el bienestar del hogar”, al señalar que el ecosistema financiero y empresarial debe pensar más en este sector.
La banquera también dijo que se necesitan espacios de conexión para mujeres, “que no sean los típicos masculinos”, donde puedan reunirse a capacitarse, a intercambiar sus productos, a ofrecer sus productos y además a vincularse con la tecnología.
“Nosotros partimos de un hecho muy importante: no se deben crear productos para mujeres, porque nuevamente las estás poniendo en una situación de inferioridad. Cuando nosotros partimos de un postulado muy claro que es que queremos igualdad. Entonces, nosotros no hemos trabajado solamente en productos financieros pensando en la parte comercial o cómo incluir a las mujeres, sino hay un fuerte postulado feminista que entiende que las mujeres estamos buscando la igualdad de oportunidades”, aseguró.
El microcrédito es el 75% de la cartera del Banco FIE, de un total de US$2.453 millones al cierre de 2023, con un foco especial en las cadenas productivas. Además, de 250.132 clientes en total, el 53% de la clientela es mujer.
El empoderamiento femenino, en su visión, no puede ser una “moda”, sino entendiendo cuáles son las brechas históricas que tienen las mujeres para lograr su igualdad en términos de economía. Behoteguy es fundadora de la Cámara de Mujeres Empresarias Ejecutivas y Emprendedoras de La Paz.
La brecha de inclusión financiera entre hombres y mujeres, de no achicarse, representará un costo de oportunidad en el mercado financiero, pues de acuerdo con Ernst & Young, para 2028 las mujeres controlarán el 75% del gasto discrecional de los consumidores en todo el mundo.
Lo que puede aportar la automatización a la inclusión financiera de las mujeres en LatAm
Un informe reciente realizado por BID Invest y CCX, que tuvo en cuenta a 240 instituciones financieras en 13 países de la región, encontró que la brecha crediticia de las mujeres en la región asciende a US$86.000 millones, siendo uno de los niveles más altos del mundo.
“La transformación tecnológica es un paso crucial para construir un ecosistema financiero más inclusivo y equitativo porque permite visibilizar oportunidades de negocios en segmentos donde antes no se prestaba atención por no contar con las herramientas suficientes que eliminen los sesgos”, explicó Marina Mero, CMO de uFlow, una compañía de tecnología aplicada al mercado financiero.
La falta de oportunidades laborales y la informalidad, son factores que influyen en las oportunidades de acceso a productos financieros, precisó el estudio. En Perú, por ejemplo, el 76,3% de las mujeres trabajan desde la informalidad, lo que limita su potencial de ingresos y dificulta aún más su acceso a la financiación. En Colombia, esta cifra supera el 52,8%, y en México es muy similar, alcanzando el 53,32% de la población.
Para Mero, la recopilación de información sobre la solvencia o el comportamiento crediticio de los clientes sin enfoque de género ya no es suficiente.
De acuerdo con la CMO de uFlow, con emplear análisis de datos alternativos, implementar motores de automatización de decisiones, y modelos de inteligencia artificial, las empresas financieras pueden evaluar la solvencia crediticia de mujeres sin historial crediticio formal de manera más ágil y sin subjetividad humana.
Al tiempo, se abre la posibilidad de crear productos financieros personalizados adaptados a las necesidades específicas de las mujeres, representando más oportunidades de negocios para el mercado financiero.
“Los motores de decisiones ofrecen una oportunidad única para transformar el panorama de la inclusión financiera en Latam, permitiendo a las instituciones financieras automatizar y hacer más eficientes y rápidos sus procesos de evaluación crediticia. En otras palabras, con unas buenas políticas de crédito que incluyan a los segmentos no bancarizados mediante la incorporación de fuentes alternativas de datos que muestren el historial crediticio de las mujeres en retails u otras entidades financieras no bancarias, se podrían ofrecer productos personalizados y acordes a las necesidades y capacidad de pago”, finalizó.