Bloomberg Línea — En días recientes, cientos de personas han salidos a las calles de Cuba para manifestarse por la falta de alimentos y electricidad. Al grito de “corriente y comida”, la población se ha centrado en Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país, y pueblos aledaños en la zona sureste de la isla.
Las movilizaciones se dan más de dos años y medio después de las protestas populares del 11 de julio de 2021, consideradas las mayores desde la llegada de Fidel Castro al poder.
A la fecha, aún hay decenas de personas que continúan privadas de libertad por defender sus derechos, y en lo que va de las protestas que estallaron el 17 de marzo, ya se reportan también detenciones arbitrarias y violentas, según ha denunciado en redes sociales organización Justicia 11J.
El relator especial sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación de la ONU, Clément Nyaletsossi Voule, dijo que las autoridades deben abstenerse del uso ilegal de la fuerza y de reprimir las protestas. “En su lugar, deben facilitarlas conforme al Protocolo Modelo para las fuerzas del orden”.
En la actualidad, la situación económica de Cuba se ha deteriorado aún más, con una contracción de la economía de hasta un 2% en 2023, según el Gobierno y el 88% de la población viviendo en pobreza.
Los apagones se han convertido en una constante estas últimas semanas. Entre tanto, el gobierno cubano aprobó el 1º de marzo un aumento que quintuplicó el precio de los combustibles.
El ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, explicó la decisión diciendo: “Los precios actuales no reflejan los costos reales que tiene el país. Eran precios obsoletos y provocaban subsidios por parte del Presupuesto del Estado. Somos conscientes de que esto afecta a los costos de los procesos productivos. La medida implica un aumento de la inflación, pero hay un conjunto de decisiones que mitigan su efecto”.
¿Por qué hay escasez en Cuba?
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo en un comunicado que su gobierno atenderá las preocupaciones de los manifestantes, pero también denunció a los “enemigos de la revolución” por tratar de desestabilizar el país y acusó a Estados Unidos de avivar las protestas.
El gobierno cubano culpa de la crisis económica a las sanciones estadounidenses de décadas de antigüedad que han complicado la compra de combustible y alimentos en la isla.
En declaraciones a NBC News en el marco de la Feria Internacional de Informática de La Habana, Díaz-Canel afirmó que “A pesar del recrudecimiento del bloqueo vamos a seguir construyendo nuestra revolución”.
En el espacio “Así las Cosas” de W Radio México, la investigadora de Amnistía Internacional Johanna Cilano dijo que la falta de alimentos y medicinas, además de la persistente falta de energía eléctrica, con apagones diarios de entre 14 y 18 horas en gran parte del país, “no puede ser solo atribuible a las sanciones de Estados Unidos”, sino también de las medidas administrativas de inicio de año conocidas como “el paquetazo económico”, con alzas a los combustibles, transporte público, gas y agua.
De acuerdo con la iniciativa Food Monitor Program recordó que entre febrero y marzo, el gobierno cubano ha reconocido públicamente su incapacidad para suplir dos alimentos tan básicos como el pan y la leche.
Desde hace más de tres décadas, el Estado solo garantiza la leche para los menores de 7 años; edad a partir de la cual los niños cubanos dejan de gozar el derecho a este lácteo.
No obstante, aunque la población infantil en Cuba va decreciendo cada vez más debido al envejecimiento poblacional, la emigración y la profundización de la crisis económica, el abastecimiento de leche infantil se ha venido retrasando y disminuyendo en el último decenio e incluso ha llegado a ser sustituido en la etapa de 3 a 7 años por refresco vitaminado o polvo para batidos, entre otros productos, denunció la organización.