Bloomberg — Un satélite lunar destinado a jugar un papel crucial en su competición con EE.UU. por liderar la exploración lunar fue lanzado por China.
La Administración Espacial Nacional de China comunicó que el satélite de retransmisión Queqiao-2 fue puesto en órbita a bordo de un cohete Long March-8 a las 8.31, hora de Pekín, desde el punto de lanzamiento de Wenchang, situado en la provincia sureña de Hainan.
Dicho satélite, de 1,2 toneladas, resulta esencial para asegurar las comunicaciones de Chang’e-6, una nave espacial que viajará a la cara oculta de la Luna en el primer semestre de 2024.
Dado que la cara oculta de la Luna nunca está orientada hacia la Tierra, Chang’e-6 deberá emplear al Queqiao-2 para retransmitir sus señales hacia y desde el planeta.
China se convirtió en 2019 en el primer y hasta ahora único país en alunizar en la cara oculta de la Luna. La misión de seguimiento Chang’e-6 será la primera en intentar recolectar muestras de allí y devolverlas a la Tierra.
Tanto China como Estados Unidos están trabajando en planes para enviar astronautas a la Luna antes de que finalice la década.
Los lanzamientos de Queqiao-2 y Chang’e-6 son parte de un año muy ocupado para China, con un récord de 100 misiones planificadas, un aumento del 40% con respecto al total en 2023.
El contratista espacial estatal del país, China Aerospace Science and Technology Corp., realizará casi 70 lanzamientos y se espera que el resto lo realicen empresas espaciales chinas.
El Primer Ministro Li Qiang identificó los vuelos espaciales comerciales como una importante industria emergente en su informe al Congreso Nacional del Pueblo de China a principios de marzo.
Toda esa actividad tiene el potencial de exacerbar las tensiones con los países vecinos que podrían estar al alcance de la caída de fragmentos de cohetes.
El miércoles, la Agencia Espacial de Filipinas confirmó el lanzamiento del cohete de China y dijo que se proyectaba que los escombros hubieran caído dentro de las zonas de lanzamiento identificadas cerca de la isla Panay en el sur del país.
“Los restos no quemados de los cohetes, como el propulsor y el revestimiento, están diseñados para ser desechados cuando el cohete ingresa al espacio exterior. Si bien no se prevé que caigan sobre elementos terrestres o áreas habitadas, la caída de escombros representa un peligro y un riesgo potencial para barcos, aviones, barcos pesqueros y otras embarcaciones que pasarán por la zona de lanzamiento”, dijo la Agencia Espacial de Filipinas.
Añadió que la posibilidad de un reingreso incontrolado a la atmósfera de las etapas superiores del cohete “no puede descartarse en este momento”.
La agencia espacial filipina emitió el mes pasado una advertencia sobre los posibles peligros que plantea el lanzamiento de otro cohete chino .
En 2022, Manila emitió una nota diplomática pidiendo una explicación a Pekín después de un incidente entre buques filipinos y chinos en el Mar de China Meridional que involucró presuntos restos de cohetes.
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